3. ◽️Poco tiempo◽️

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Hades

-Estamos perdidos.—

Entré sigilosamente a la habitación de mi padre. Habían pasado ya siete días desde el último partido, uno en el que, por supuesto, perdimos. Mi papá estaba claramente afectado, llevando consigo la carga de la derrota. Durante toda esa semana, y quizás más de un mes, lo vi sumido en un constante estrés. Desde que ese jugador clave se fue, ya no es el mismo.

En su rostro, solo se reflejan el enojo y el estrés, dos emociones que parecen dominar su día a día. Aunque, debo admitir que, tal vez, me estoy acostumbrando a esta nueva versión de él. Sin embargo, no quiero verlo así todo el tiempo. Quisiera encontrar una forma de ayudarlo a superar esta situación, pero por ahora, me siento un poco perdido.

La impotencia me envuelve mientras pienso en cómo ser un apoyo para él. Me encantaría decir las palabras correctas o hacer algo que alivie su carga, pero me siento limitado. Lo único que puedo hacer por ahora es estar a su lado, ofreciéndole mi apoyo en silencio. En la penumbra de la habitación, me comprometo a mí mismo a encontrar la manera de ayudarlo a recuperar su alegría y vitalidad anteriores, incluso si eso significa enfrentar los desafíos junto a él.

-Dime algo que no sepa.— me senté a un lado de su cama. Estaba con su laptop buscando soluciones.

-Si no nos recuperamos en estos dos partidos, no podremos entrar al campeonato.—

Eso implica que nos tocará decir adiós al equipo. La directora ya había lanzado un ultimátum a mi padre. Si no logramos clasificar para entrar al campeonato, estamos en aprietos. Literalmente, ella dejaría de ser nuestro patrocinador y el equipo se vendría abajo para siempre. Estamos en una situación muy complicada, lejos de alcanzar los primeros diez lugares. Solo esos diez equipos tendrían la oportunidad de clasificar, y entre ellos, son los que competirían.

-¿Qué harás?

-Por ahora tenemos que seguir con los entrenamientos, no sé si podré encontrar a otro jugador.— suspiré

-¿Crees que pasaremos?

-Tenemos que intentarlo.—

Sería la primera vez que no logramos clasificar. Éramos imparables cuando teníamos jugadores de sobra, cambios a nuestro favor y, por supuesto, al jugador esencial, bueno, al segundo jugador esencial: el otro delantero. Ganábamos todos los partidos, no importaba la situación; siempre estábamos a salvo de quedar en el último lugar.

-¿Y si no?

-Me despiden, me quedaría sin trabajo.—

-¿¡Qué?!.— esto no me lo había comentado.

-Claro, sin equipo, no hay mucho que pueda hacer

-¿Por qué no me lo habías dicho antes?

-No quería preocuparte

No me gusta cuando se guarda las cosas sólo para él.

-Igualmente lo estaría.—

-Ahora ya lo sabes y no te preocupes, pueda ser que consiga trabajo para otro equipo pero... no sé que tanto tardará eso, tal vez debamos reducir un poco de gastos, o pueda conseguir trabajo haciendo otro tipo de cosas...—

-No, vamos a entrenar duro, lo lograremos.— Le interrumpí antes de que siguiera hablando tan negativamente.

-Tenemos poco tiempo ya.

-Aún hay dos partidos más, podemos recuperarnos.— apreté su hombro. Él sonrió, dio un leve suspiro y tomó sus cosas.

-Me encanta tu positivismo, vamos, llegaremos tarde.

La fama, el fútbol y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora