41. ⬜️ Vacaciones ⬜️

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Hades.

—¡Oliver!.—

—¡Espera, esta fría!.—

—¡El que me está mojando eres tú!.—

Oliver rió a carcajadas mientras seguía jugando con el agua de la manguera. Agua que tendría que ir en plantas, pero se dispuso a mojarme a mí.

Estábamos empacando las cosas para la mudanza, para nuestro nuevo hogar. No está muy lejos de donde vivimos ahora, pero la casa es mucho más amplia, cosa que nos hacía falta, ya que ya no éramos sólo mi padre y yo. Ahora estaba Bruno y Lizbeth.

Aprovechamos las vacaciones para mudarnos, así no tendríamos que dejar nuestros trabajos y estudios aún lado. Éramos así de responsables con nuestros compromisos como estudiante y profesor. Lizbeth si estaba un poco ocupada, Martina, la madre de Oliver, le dio la oportunidad de ser parte de su equipo de trabajo, así que ahora estaba un poco más ocupada que antes, porque él equipo de Martina era grande y profesional, o al menos así había entendido.

Sentía que la semana se pasaba volando, no quería que esta semana terminara.

Oliver y yo decidimos estar todo el tiempo juntos, tampoco es que sea algo costoso, ya que me encantaba estar con él, pero su trabajo también lo mantenía ocupado. Algunas veces lo acompañaba, pero había otras en las que no podía, no porque no quisiera, si no, porque literalmente no podía. Oliver no sólo trabaja para Martina, también hay otras agencias en donde tenían prohibido la entrada de otras personas que no sean modelos o algún trabajador de ahí, no podía acompañarlo, odiaba esos días.

Pero aproveché para buscar trabajo y adivinen, no encontré nada.

Oliver un día me dijo: te contrataré por besarme a cada hora, a cada minuto.

Yo reí, porque pensé que lo decía en broma, luego de un rato me dijo que hablaba en serio.

No pensé que fuera tan difícil conseguir trabajo, esto no me lo explicaron en la escuela. Nunca me prepararon para este tipo de situación. Sólo le agregaban más letras a las matemáticas.

Mi padre seguía en desacuerdo con la decisión que había tomado, no me lo decía, pero su expresión era cada vez más notoria. Le dije que no metiera a Oliver en esto, era mi decisión. Igualmente me ha estado ayudando a conseguir trabajo. Porque así era él, me apoyaba en todo, aunque eso no le pareciera.

Oliver me despertó de mis pensamientos mojando mi rostro con el agua de la manguera desde lejos. Este empezó a reír.
No podía acercarme, porque me mojaba cada vez que lo hacía, él tenía el arma, y yo sólo tenía mi cuerpo. Aunque eso suene mal.

Pero yo tenía otra arma.

—¡Bruno!.— llamé a ese perro que cada vez me tenía más confianza.

Lizbeth me ha estado enseñando mucho sobre cómo cuidar, amaestrar y educar a Bruno. Me ha dado varios consejos para que a mí también me haga caso, como lo hacía con Lizbeth, y ahora también lo hacía conmigo.

—¡El perro! ¡Aleja al perro!.— salió huyendo cuando Bruno corrió hacia él botando la manguera.

Bruno tiene algo con Oliver, no le agrada.
Es culpa de Oliver, si Oliver no le da amor, el perro tampoco lo hará. Así que los dos se odian.

La fama, el fútbol y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora