Feliz navidad // capítulo especial.

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Oliver

Cambiamos mucho, aprendimos y mejoramos. Nos ayudábamos mutuamente y nos apoyábamos en cualquier decisión que tomáramos.

Nuestra nueva vida es así;

—Buenos días.— sentí como Hades tocaba la comisura de mis labios.

Traté de abrir los ojos, pero tenía mucho sueño. Estaba muy cansado por las fotos de ayer, vine hasta tarde y no pude dormir casi nada. Sentía frío, navidad estaba cerca, una vez más.

—Hola...— dije con mis pocas fuerzas.

Sentí la boca de Hades en mi nariz. La empezaba a comer, la masticaba y me hacía cosquillas. Reí aún con los ojos cerrados.

—Voy a comerte si no despiertas.

—¿Qué horas son? Tengo fotos a las... dos...

Separé su boca de mi nariz.

—Es la una de la tarde.

Desperté de golpe, me senté, sentí pesado mi cuerpo, la cabeza me daba vueltas.

—Genial, tengo jaqueca... tengo que... apresurarme...— intenté levantarme, mis pies me fallaron, caí de rodillas.

Sentí los brazos de Hades levantarme del suelo sentándome nuevamente en la cama. Me recosté en su pecho cuando me rodeó con sus brazos. Amaba cuando tenía la habilidad de arroparme con su cuerpo.

—Oliver, no has dormido muy bien esta última semana, me preocupas...

—Está bien, solo... estoy un poco cansado, pero, con un buen café todo pasa rápido.— le aseguré.— ¿Puedes prepararme un delicioso café mientras me baño?— le hice un puchero.

Tenía esa expresión de preocupación. Sabía que se negaría todas las veces que pudiera.

—No quiero que vayas en este estado, ¿no puedes pedir permiso un día solo? Hoy Jonatan me reemplazará en el trabajo, puedo quedarme contigo.

—Este será... la última sesión, lo prometo.

—Eso dijiste la semana pasada.

—¡Está vez es cierto! Estas fotos son muy importantes y... tengo que ir... ya es lo último de la nueva colección de invierno.

—Pero tu salud también es importante...

—Tomaré algún medicamento esta vez, y me cuidaré, no saltaré mis comidas, tomaré agua y luego regresaré temprano.

—¿No te haré cambiar de opinión?

Acaricié su mejilla.

—Es lo último...

Suspiró rendido.

—¿Puedo acompañarte al menos?

Sonreí.

—Eso no puede molestarme.

Su felicidad estaba de vuelta. Últimamente le gusta acompañarme a cada sesión de fotos, hay algunas pequeñas empresas donde no puede acompañarme, ya que quieren que todo sea discreto y no quieren a nadie más que no sea modelo. Pero hay otra empresas donde si le dejan, como la de mi mamá, por ejemplo, y entonces le aviso por si tiene tiempo de ir. Cuando no tiene tiempo, me llama por unos minutos, y cuando si tiene tiempo, su entusiasmo está a flote.

Estoy aquí con él porque mi trabajo queda cerca de donde está viviendo. No quiere decir que me quedaré para siempre.

—Llevaré medicina, aperitivos, y... ¿qué más debería llevar?

La fama, el fútbol y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora