.Capitulo 4: La rana escondida.

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Al ser de día, Mike se despierta y comienza a levantarse de su cama en el piso, para luego fijarse de que Jonathan no estaba en su cama:

—Parece que Jonathan ya se despertó.

En eso, Elmer entra a la habitación donde dormía:

—Mike, ¿qué haces hay parado?, ya estamos listos yo, Jonathan y Rey.

—¡Rayos, se me olvido de que nos teníamos que levantar temprano! —acaba de hacer su falta y quedar mal por la promesa de ayer.

—Mejor apresúrate.

Mike comienza a arreglarse rápido, en el baño se cepillaba con desesperación a la vez que se bañaba con velocidad:

—¡no puede ser, no puede ser! —infundía en su mente.

Cuando se termina de bañar corre rápidamente a la habitación para vestirse:

—Haber, zapatos están aquí, mi playera roja aquí, pantalón aquí, todo listo.

Terminando de vestirse baja corriendo por las escaleras y va hacia la cocina para desayunar monstruosamente a la vez que los tres hermanos lo ven sorprendida mente:

—¡Oye, te vas a ahogar! —dice Jonathan por tal acción nunca antes vista en su vida.

—Si quieres más te dejo la mía —ofrece Rey su desayuno.

—Al fin y al cabo se terminará comiendo la mesa a esa velocidad —dice Elmer aborrecido.

Al concluir el desayuno se levantan de la mesa para salir de la casa. Afuera en la entrada comienzan a planear su ruta:

—¿No podemos ir primero a la playa? —pregunta Mike.

—No, por aquí hay un pantano cerca. Así que a moverse —ordena Elmer como primer paso.

—¡Ah!, yo quería darme un chapuzón —dice Mike en decepción.

—Esto no son vacaciones. Además, de todos modos iremos a la playa. Solo que empezaremos por lo que nos queda cerca —aclara Elmer.

—Entiendo —dice Mike un tanto desconforme.

Mike se desamina por no ir primero a la playa. Los cuatro se adentran hacia el pantano que estaba cerca. En su trayectoria notan como el piso empieza a ponerse blando debido a la humedad de la zona:

—Ya nos acercamos —avisa Jonathan.

—Ahí ni, este piso húmedo va a arruinar mis zapatos naranja favoritos —el pequeño zorro expresa su preocupación por los zapatos.

—Te dije que usaras botas como nosotros, pero ahí tienes, querías usar tus zapatos de color claro —reprocha Elmer.

Rey se siente mal al ver sus zapatos sucios pero la buena voluntad de Mike lo salva:

—Descuida Rey, súbete a mi espalda para que estes más cómodo —la buena parte de Mike se dispuso en ayudar a Rey.

—¡¿Enserio?, gracias! —se alegra Rey.

Rey se sube a la espalda de Mike con mucha felicidad:

—Gracias, Mike —dice Jonathan.

—Sigamos —dice Elmer sin impórtale la situación con esa cara.

—Que seco es —argumenta Mike en voz baja.

A pesar de su forma de ser le hicieron caso. Mike se preguntaba del porque Elmer era de esa forma y aprovecho que él estaba delante guiándolos para así hablar con Jonathan:

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