.Capitulo 48: Un aroma a delicia.

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—¡Rápido, tenemos que ser los primeros en llegar! —insiste Jonathan en la mañana.

—Si... llévame despacio —dice Mike con sueño.

—No seas absurdo. Tu fuiste el quien dijo que si nos íbamos a levantar bien temprano —ratifica Jonathan.

—Lo dije porque al negarse Elmer y Rey yo insistí en apoyarte.

—Es que es obvio que nos negáramos, fíjate a la hora que nos hiciste levantar para nada mas ir a un restaurante —explica Elmer.

—Ese restaurante prepara un rico arroz con huevo que sabe aún manjar —delira Jonathan—. La suerte fue que en el hospital vi un anuncio de que ese restaurante le da arroz gratis a los primeros clientes presentes. Eso es algo que se debe aprovechar.

—Sigamos andando, porque si llegamos al lugar y no somos los primeros pues espero que no se me valla a zafar un ataque de fuego que incendie el local.

—No te apures que yo lo...

—Mike, cállate... —detiene Elmer lo que Mike comentaría, pero se le viene a la nariz un olor a comida—. ¿Huelen eso?

—Huele a comida —argumenta Rey dando unos olfateos.

—Ese olor es que estamos cerca —didacta Jonathan.

Caminan un poco más sin distraerse. La lejanía del lugar no era tanto ya que dieron como ocho pasos largos para luego toparse con el restaurante:

—Estuvimos cerca —inquiere Mike.

—No lo notamos por el material que está construido el lugar, fue por la madera. El color café se camufla bien con los árboles —analiza Elmer.

—Veo a alguien afuera —nota Jonathan.

Esa persona bestia ropa blanca de cocinero más el gorro. Parecía estar abriendo su negocio debido le estaba pasando un trapo húmedo a las ventanas. El entusiasmo de Jonathan lo lleno de valentía para así poder hablar con esa persona paloma:

—Buen día, ¿usted trabaja aquí? —habla Jonathan.

Deja el trapo en la cubeta para atenderlo. La chica le afirma que sí y le pregunta que era lo que deseaba:

—Esto...

Ella jugo con él al decirle que es broma ya que todo aquel que viene a esa hora a su restaurante es por su delicioso arroz gratis:

—Así es, vi esa oferta en un lugar y quise venir a aprovechar... el problema es que no estoy solo —implica Jonathan.

Ella mira atrás para comprobar a tres acompañantes. Ella deduce que están con él y por lo que ve vienen de la aldea de la madera. No le importo puesto que no hay nadie más en su local y el arroz de ese restaurante es suficiente para todos:

—Enserio, muchas gracias —agradece Jonathan.

Dice que no hay de que. Afirma que se llama Eloísa y es todo un gusto recibirlos. Ante la aceptación de la amable paloma y más que les dio el paso a su local, pues mínimo prosiguen a entrar para pagarle con la misma forma que los atendió. Se sientan en una mesa redonda para cinco. Elmer al lado de Mike, Rey al lado de Elmer y Jonathan al lado de Rey. La chica se aproximaba a la mesa con una bandeja en ambas manos con sus respectivos platos a lo que estaban también con bebidas con hielo. Deja la bandeja en la mesa y cada uno toma un plato y una bebida que era agua. El arroz tenía solo huevo con cebollas y hojas naturales consumibles:

—Adelante, no esperen que se enfrié —enfatiza Eloísa.

Jonathan da el primer bocado en la mesa. Mastica con calma para así poder detectar las delicias:

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