Valientes.

.Capitulo 35: La noche del nahual.

Ese mismo día no le dijeron a nadie de lo que paso en la cueva. Incluso cuando Mike se aproximaba a la mesa para cenar se topó en el pasillo con Ricki quien le dijo que no contara lo ocurrido para que su tía no se agraviara más de lo que estaba. Al estar en la mesa sonrió mirando las ricas empanadillas, tamales y carne molida:

—¡Que rico, a comer! —apresura Mike.

—Antes de que llenen sus estómagos, me gustaría saber algo, ¿dónde estaban tú, mi sobrino y Jonathan cuando te mandaste corriendo y ellos te siguieron?

Se queda callado, pero Ricki se las ingenia:

—No ocurrió nada después de eso. Los 3 dimos una vuelta para bajar las malas vibras y ya.

—¿Cómo se ponen a pasear sabiendo que se está hablando mucho de ustedes en esta ciudad por lo sucedido?

Se traga su propia saliva. Su tía lo tenía amordazado ante el argumento que el quería que la convenciera:

—Soy todo oídos, ¿acaso se habrán metido en otro lio más?

—Claro que no, solo... —dialoga Ricki.

—Quiero la verdad.

La presión era la técnica que estaba usando para que escupiera la sinceridad. No conto con que Jonathan apareciera en aquel entonces y la convenciera:

—Hola —va llegando a la conversación—. Estaba oyendo, y solo quería decir que como yo estaba incluido en esa situación, era que nosotros fuimos a los bosques de por aquí para despejar la mente. No hubo personas y nada por el estilo, era un lugar vacío.

Se callo por unos segundos hasta que declaro su conclusión:

—Bien, de todo lo sucedido no me da más que creer en sus palabras. Entiendo la parte en la que hayan querido alejarse un poco de la sociedad ante los rumores, la parte que no entiendo es por qué mejor no se quedaron aquí en la casa, aunque sé que el aire fresco es importante.

Ya podían respirar tranquilos y también cenar. Cuando acaban, Lucy recoge todos los platos sucios con la ayuda de su sobrino, también los lavaron. Mike estaba en su habitación recogiendo sus cosas ante los ojos de Jonathan:

—Mañana nos vamos —avisa Mike.

—Estoy bien contigo. La herida de Elmer no ha sanado casi por completo, pero puede moverse sin que le duela.

—¿Tu, Rey y Elmer ya recogieron sus cosas?

—Hable con ellos y dijeron que está bien, ¿Ricki sabe sobre esto?

—Tratare ese tema con el mas tarde.

—Entiendo.

Se va para después toparse con Ricki en el pasillo, solo que Jonathan no lo vio porque no giro la mirada en dirección en donde el venia. Se pregunto que estuvo haciendo en su habitación. Entra y se sorprende:

—Mike, ¿acaso te vas? —inquiere el mapache.

—Si, pero mañana temprano.

—¿Por qué?, todo no esta tan complicado.

—A tu tía le hemos traído muchos problemas, veo en sus ojos como quiere que ya nos vayamos de su casa.

—Sé que ella ya quiere que no estén aquí...

—Y recuerda lo de hoy, por poco somos comidos por esa mujer araña.

—Entiendo, no te detendré si tú y tus amigos se irán.

Su cara se veía muy deprimida y desanimada ante la de Mike que la conservo firme y seria al momento de decirlo, aunque le doliera. Mike no se calló hasta hay: