.Capitulo 50: Acido y hedor.

75 69 1
                                    

Se revolcaba a gritos y desesperación al estar en la boca babosa y pegajosa de la criatura. Por suerte aún estaba abierta la mandíbula, algo que Mike aprovecho:

—¡Suplente!

El suplente se pone de pie entre los dientes para que no cierre la boca. Mike toma a Jonathan de la mano derecha y lo saca de un jalón bien violento. Jonathan dio muchas vueltas en el suelo terminando boca abajo. Rey lo ayuda. Mike se aleja de la criatura mientras que esta cierra sus fauces destruyendo su suplente. Se reúne Mike con los chicos:

—¿Te encuentras bien? —auxilia a Jonathan.

—Si, si no hubiese sido por ti esa cosa comería más que arroz hoy.

—No hagan esos chistes quieren —dice Rey.

La tierra se agita por unos pasos. Observan al mapinguari y ven como ingiere de un árbol sus ramas y la corteza. La manera en que lo hace es desesperada:

—Parece que le dio hambre —opina Mike.

—Pero se acaba de comer un saco de arroz entero —dicta Rey.

—Tal vez sufra de ansiedad —dice Mike.

—No, nada de eso. Se prepara para otra cosa —presiente Jonathan.

El árbol se cae al ser devorado por abajo. El mapinguari se da vuelta hacia los chicos a la vez que su boca aun masticaba la dura madera. Al haberlo ya despedazado se lo traga:

—En guardia, al parecer comió para reponer fuerzas —advierte Mike.

La criatura hace algo que los chicos no pudieron prevenir; de su gran boca vomita un líquido blanco que sube como un chorro y baja como cascada hacia los chicos:

—¡Esfera de cristal!

Se protege el y protege a los chicos de que ese extraño liquido no les caiga encima. Estando adentro de la esfera esperan a que el líquido se disipe, ya que la vista en la esfera yacía bien bloqueada. Al escurrirse bien ya se podía ver absolutamente al claro eh impactante, una neblina brotaba del suelo:

—¿Y esto? —promulga Jonathan.

—Creo que ese liquido se está disolviendo —supone Mike.

—Chicos, miren por aquí atrás.

Se voltean y se asombran. La roca en donde se escondieron Rey y Jonathan estaba por la mitad:

—Eso que vomito se comió la roca —rige Mike.

—Es acido. El mapinguari nos vomito acido encima —diluye Jonathan ante lo que ve.

El mapinguari se aproxima de forma rápida. Los chicos dan vuelta y miran su siguiente acción. La criatura abre su gran boca y hace intentos para meterse la esfera de cristal en ella:

—¡Rayos, ahora si nos quiere comer! —grita Mike.

Se veía como el aire caliente que exhalaba la criatura empañaba el cristal. Vuelve a vomitar acido, pero encima de la esfera:

—Ya no... resisto... muy pronto... se desactivará el hechizo.

—¡¿Estas bromeando? Ahora no por favor! —Rey se mortifica.

Las esperanzas de que ellos mismos salieran de esa eran bajas, al menos de que alguien los salvara siendo así, una llamarada de fuego hace que el mapinguari se quite de arriba de ellos. Jonathan desvanece el hechizo:

—Al fin, un descanso —dice Jonathan.

—Ese ataque fue de... —impetua Mike quien lo pudo hacer.

Valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora