.Capitulo 46: Fuera abajo.

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De camino a su siguiente destino en el mediodía:

—Te pregunto como siempre, ¿cuánto falta? —dice Mike.

—Falta como unos 20 minutos para llegar a la aldea de la madera —confirma Jonathan.

—Qué bueno, esos tres días que duramos en la aldea del agua después de vencer a Oscuro fueron eternos —argumenta Mike.

—¿Se te olvida el por qué duramos tanto? —recuerda Elmer.

—Como no, tardamos un día completo buscando en los escombros de la casa nuestras cosas. Al segundo día tuvimos que tomarnos un gran tiempo para reparar nuestras prendas. Hoy que es el tercer día estuvimos listos teniendo todo acotejado.

—Recordando también que Maikel tenía otra casa a la que nos acogió, y hay estuvimos esos días restantes —adjunta Jonathan.

Rey hace un sonido en su garganta como si estuviese ronco, indicando que le incomodo la mención de Maikel:

—Ya lo hiciste enojar —diluye Mike.

—Lo sé, ya no opines.

Una voz repentina masculina grita fuera abajo. Un gran árbol iba a caer justamente en donde caminaban los chicos. Elmer toma a Rey y se tira atrás. Mike y Jonathan se lanzan adelante. El árbol cae fuertemente:

—¡¿Quién hizo eso?! —grita Mike.

Un castor con camisa rojo claro, pantalones grises y botas de goma sale de donde cae el árbol. Se disculpa por lo ocurrido ya que afirma no haber pensado en que alguien pasaría:

—Yo creo que usted debió de poner algún aviso o cartel que alerta la tala de árboles —redunda Elmer.

—O si no fijarse constantemente por si pasa alguien si no tiene tiempo para eso —agrega Mike.

Le llega una curiosidad al castor y les pregunta que si son extranjeros:

—Bueno, yo lo que puedo decir es que vengo de pueblo Axel.

—Yo, el zorro y el blanco somos de ciudad Republica.

Se le aclara la duda y recalca que ellos no saben que están en la aldea de la madera:

—¿Tan rápido llegamos? Pero aún falta —ajusta Jonathan.

Les dice que observen bien y que noten a su alrededor los árboles pegados entre sí. La aldea de la madera esta entre ellos. Así que lo denominamos así para expandir más el nombre. Alguien más grita fuera abajo. Todos se echan a un lado debido a que hay ya venía un árbol cayendo, todos menos Elmer, puesto que no se movía y además detuvo el tronco cayente con su mano izquierda sin semejante esfuerzo:

—Vaya, lo atrapo —felicita Rey.

—Ese es mi hermano.

Sale quien derribo el árbol siendo otro castor. El otro tipo que estaba con los chicos va hacia él. Se refiere hacia el nuevo individuo como Manuel y le sermonea que sea más prudente:

—¿Qué acabas decir? Esta es la aldea de la madera y lo sabes —dice Manuel por la libertad del lugar.

Le dice que sea prudente por el momento ya que tienen campesinos. Manuel los mira a cada uno viendo que él tiene razón:

—Está bien Ren, al fin y al cabo ya acabamos. Llevemos los troncos al camión.

Manuel se va a buscar el camión y Ren les informa a los chicos de lo que harán:

—Fue un placer, pero ahora tengo que llevar estos troncos a la aldea de la madera —despide Ren.

—Nosotros vamos allá por igual, llévenos con usted, si quiere. Elmer puede llevar esos dos árboles que derribaron por usted —dice Mike.

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