.Capitulo 47: Hijos come madera.

62 65 0
                                    

Tal y como acordaron en el mediodía se pusieron en marcha. Van montados en el camión obviamente. Ren se estaciona en cualquier parte, ya que el fin es investigar lo pensado. Se bajan y se agrupan:

—Muy bien, ¿cómo lo haremos? —inquiere Mike.

—Esperaremos a Manuel —confirma Ren.

—¿Tu compañero de trabajo participara en esto? —dice Jonathan.

—Prácticamente llegue aquí primero —confirma Manuel.

Se sorprenden, puesto que ellos no se dieron cuenta de que el estuviera allí de repente:

—Que puntual, ¿cuánto tiempo llevas esperando? —promulga Ren.

—Llevo un rato, pero sabes que soy paciente.

—Se me olvidaba.

—Mientras más rápido mejor —expresa Mike.

—Si cierto, lo haremos así. Nos dividiremos en dos grupos de tres planea Ren.

—¿De dos?, ¿porque no de tres? Así sería todo más... —opina Mike.

—¿Fácil? —Manuel frunce el ceño—. Sí, es cierto, pero el problema es que no sabemos lo que este provocando la aparición de tantas termitas, por lo que de dos sería suficiente como para un enfrentamiento.

—Eso tiene lógica. Me iré con Rey —indaga Elmer.

—Y yo contigo mínimamente —dice Mike apresurado.

—No, mejor que sea Manuel —niega Elmer.

—¿Por qué?

—Tú y yo somos fuertes por nuestros elementos, así que no estaría bien que dos personas que saben pelear estén en un solo equipo si habrá más.

—De acuerdo, bien.

—Bueno, como ya todo está resuelto pues a empezar a explorar —dice Ren.

Los dos grupos de dividen. Uno por un lado y el otro por el suyo:

—¿Un momento? Si son dos grupos de tres pues eso significa que... ¡yo también estoy involucrado! —analiza Rey en su mente.

No se podían distraer, era una búsqueda seria de pie a cabeza, ya que la aldea de la madera estaba en juego:

—Ahora me imagino que revisaremos árbol por árbol —expresa Mike.

—No necesariamente —avisa Ren.

Ren se acerca a un árbol y les explica:

—Este árbol es normal y corriente. No se le ve que haiga insectos en su interior. Sin hoyos, sin grietas, y sin orificios, todo está bien.

—Hay que ver a simple vista uno por uno, y notar si tiene termitas o no —expresa Jonathan.

—Gracias por la explicación —agradece Mike.

En el grupo de Manuel andaban con los ojos abiertos sin saber que los asechaban:

—¿En dónde empezaremos? —inquiere Rey después de bostezar.

—Solo hay que...

Una masa blanca se le posa en su cara y lo lleva arriba. Elmer y Rey se da vuelta, puesto que Manuel no termina de redactar su respuesta:

—¿Manuel, donde estas? —exclama Rey.

—¿Pero que, en donde se habrá ido?

Se escucha como algo mueve las hojas de los árboles:

Valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora