.Capitulo 24: Pelea por los alimentos.

98 89 5
                                    

Trago saliva. Una gota de sudor le corrió la frente. Esa situación era el punto de atención de todos los primates que se encontraban:

—Le voy a decir algo, nosotros nos podemos liberar ahora mismo ya que estas lianas no son nada comparado con nuestra fuerza. Y al hacer eso podemos tomar todas las bananas que queremos eh irnos de aquí. En pocas palabras, lo que quiero decir es que no haremos lo que usted diga... —amenaza Elmer.

—Acepto la propuesta. Voy a pelear.

—Sabia decisión -felicita el mandril.

—Mike, no hagamos esto vale.

—No te preocupes. Seré yo quien me enfrente al oponente —diluye Mike.

El mandril se echa a reír. Luego se da la vuelta:

—Lleven a estos individuos en donde hacemos nuestras peleas. Pónganlos en la parte subterránea con barrotes.

Se va caminando en sus 4 patas. Un grupito pequeño de gorilas se los lleva a donde menciono el mandril. Estando allí se encontraban cada uno en una celda con barrotes de madera. El lugar estaba iluminado con antorchas para aclarar la penumbra:

—Dentro de muy pronto pasara una hora —intermedia Elmer—. Cuando Merci y los demás lleguen al punto acordado se preocuparán, ¿sabes?

—No te mortifiques. Es solo una pelea contra un gorila.

—Nunca subestimes a los animales.

—Mira, es como dijiste antes que podíamos escapar de ellos si quisiéramos y es verdad. Pero mira el lado bueno puesto que ese mandril dijo "si ganas aceptare tu punto de vista..."

—"Y si pierden morirán aquí".

—Eso también es cierto, pero recuerda que ellos son primates y nosotros tenemos poderes elementales. En la pelea usare mi elemento agua para nada mas cansar al animal. No atacarlo para lastimarlo por supuesto.

—Por lo menos planeaste todo bien. Solo espero que las cosas no se compliquen.

—Saldrá todo bien. Espero que esta sociedad de primates no planee algo malévolo después de esto.

Una voz hace eco al decir que ya está todo listo. Provino del frente de la celda de Mike a lo que este mira y era un chimpancé:

—¿Qué? —interroga Mike.

—Tu duelo —habla el chimpancé—. Ya se buscó a tu oponente. El otro que viene contigo estará siendo vigilado mientras mira tú combate.

—Estoy listo entonces.

Las 2 carretas las tenían totalmente llenas de sandias hasta el tope, pero solo faltaba que los que tenían que buscar bananas llegaran. Eso era algo que no iba a pasar:

—Se están tardando tanto —se preocupa Merci.

—¿Les habrá sucedido algo? —intuye Jonathan.

—Pueda ser posible. Era nada más buscar las bananas y echarlas en las carretas. Si no han vuelto es porque les paso algo —dice Merci.

—Sería bueno que vayamos a ver que ocurrió —dice Jonathan.

—Tienes razón —dicta Merci.

Los 3 se apuran a la vez que alán de las carretas por no dejarlas. Al llegar encuentran absolutamente nada en la zona de bananas:

—Es aquí donde busco las bananas. Se supone que deban de encontrarse aquí.

—A otro lado no se pudieron haber ido —expresa Jonathan.

Valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora