.Capitulo 11: La Orden Blanca parte 1.

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 A la amanecer ya se escuchaba a las gallinas cantando como suelen hacer. Los trabajadores de la aldea del carbón comenzaban a abrir sus localidades con sus ropas manchadas de carbón. Mike, Jonathan y Rey se habían levantado temprano para ir a un centro de internet:

—Todavía tengo sueño —augura Rey en la mañana.

—Hasta yo, pero a alguien se le ocurrió levantarse a esta hora para nada más ser los primeros en el centro de internet, ¿no es así Mike?

—Mejor temprano que nunca. ¿Ustedes se imaginan la gente que pueda aparecer más tarde en esos lugares?

—Está bien, no pienso agotar mis fuerzas hablando contigo... pero eso sí, si está cerrado te juro que me devuelvo al hotel y te hago esperar aquí —demuestra Jonathan con enojo.

La amenaza de Jonathan deja a Mike sin palabras en el camino. Cuando llegan, tienen la fortuna de que este abierto:

—¡Qué bien! —grita Mike.

—De la que te salvaste —dice Jonathan.

Mike se apresura al mostrador para que lo atiendan y quien lo recibe es una alpaca hembra:

—¿Tienen computadoras disponibles? —inquiere Mike.

—Claro, sígueme.

La empleada les muestra a los chicos la computadora que está disponible para su uso:

—Aquí tienen esta.

—Muchas gracias —agradece Mike.

—A su orden.

Mike la enciende y de paso se conecta con su madre que no la ve desde hace unos días:

—¡Mama!

—¡Mike, hijo, cuanto tiempo!, ¿en dónde haz estado que no eh sabido nada de ti?

—Bueno, diría que eh estado un poco incomunicado por el camino. Sabes a que me refiero mama.

—Lo sé, ¿cómo te está yendo en tu viaje, haz hecho amigos, tienes alguna información de tu padre o qué?

—En la parte de hacer amigos si, chicos vengan.

Mike jala a Jonathan y Rey para que aparezcan en la videollamada:

—Oye, tranquilo —dice Jonathan.

—Que violento —expresa Rey.

—No se quejen y saluden a mi madre.

—Hola —saludan los dos.

—Es un gusto. Me imagino que Mike los está conociendo ahora.

—Diría que desde hace unos 2 o tres días en ciudad Republica —explica Jonathan.

—Ciudad Republica, ¿me están diciendo que Mike los conoció allá y lo están acompañando?

—La realidad es que vivimos en ciudad Republica. Mi madre tenía una terrible enfermedad que nos dejó a todos en mi casa desesperados sin saber que hacer, pero cuando llego su hijo todo cambio. Mike nos dio esperanza y seguimiento, gracias a eso logramos salvar a mi mama —dice Jonathan sin omisión.

—Mi hijo siempre ha sido tan humilde y honorable —dice Lariz de corazón.

—Así es —confirma Rey.

—Mama, sobre papa... todavía no se nada.

—No te decepciones Mike. Tu padre no aparecerá de aquí a la mañana, además no te tomes este viaje solamente para encontrar a tu padre, sino también para hacer amigos y conocer más el mundo en que vivimos. Así que no te quiero ver deprimido.

Valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora