Charlie se encontraba mirando a Bella al fin poder dormirse, su corazón y alma de padre estaba tan cansado, siendo torturado por el dolor de su hija. No quería que aquel mismo dolor que alguna vez su ex-esposa le había hecho sentir, su pequeña hija lo sintiera pero sabía que era cuestión de tiempo para que llegara a sanar el daño hecho por los Cullen. Pero durante varias semanas intentó pensar que ella mejoraría sin intervenir mucho, pero no hubo caso. Por ende, decidió que llamaría a la única persona que podría ser capaz de alivianar una pesadez como la que se sentía en el ambiente familiar y espiritual, por lo que agarró su pequeño Nokia para llamar a esa persona que desde hace bastante tiempo que no sabía de su paradero:
—¿Tío Charlie?—pregunta una voz femenina medio ronca pero con el notable acento escocés.
—Perdón... Perdón por molestar tan tarde —dijo algo avergonzado, había bajado las escaleras y visto la hora, prácticamente eran 23:55pm.
—No te preocupes, ya es de mañana. Estaba visitando unos familiares en casa, por lo que estas llamado a una hora prudente —corresponde la voz femenina con suma tranquilidad—, dime... ¿Ha pasado algo?
—Ah. Yo... Si, Bella. Yo... Yo no sé que hacer, necesito ayuda. Ya no sé cómo ayudarla, ya ha pasado tres meses y no ha mejorado... Me preocupa yo... —dijo descomponiendose, sintiéndose más inútil como padre y pequeño ante su sobrina.
—Estaré llegando tal vez dentro de dos días, aguanta un poco más, Charlie. Sabes que desde que nos vimos, somos familia y la familia Swan nunca se abandona entre sí. —añade totalmente seria y tranquila, mientras se escucha que empieza a mover cosas de aquí para allá.
—Te estaré esperando, muchas gracias... Por las molestias, Tristana.
—No las hay, ¡resiste un poco mas y come, que ya pronto llegaré!
Tras aquello el buen ánimo y fortaleza independiente, como leal que aquella mujer tenía con aquel acento tan marcado de escosia, le había dado más esperanzas de poder con la ruptura que su hija tenía.
Tristana, era su sobrina desde bastante tiempo ya. Nunca había mencionado acerca de su existencia por el simple hecho de que su familia, como Swan, no eran de revelar secretos profundos a cualquiera. Además que, no muchos sabían del linaje de los Swan en escocia, y aquello debía mantenerse aún resguardado. Porque el escudo que usaban en escocia siempre traía caos al país por la búsqueda del unicornio, pero nunca se creería que aquel ser místico siempre estuvo oculto entre ellos mismos como un igual.
Billy, Harry y los de la reserva no conocían a su sobrina Tristana, solo algunos de Forks, justamente porque según ella: -Charlie, aún no es tiempo de mover las piezas del juego de damas. La libertad es una cuestión por la que no estoy ni estaré lista para ceder ante nadie. Sabía que su sobrina era de espíritu libre, indomable, leal y orgullosa, una gran mujer, y por lo poco como necesaria información que le había revelado en aquel entonces, que: - Los Quileute tienen una tradición muy opresora, y sólo entre su gente son leales, no quiero dejar de lado mis principios, mi familia por un estereotipo masculino con muchas hormonas buscando domarme. No soy una mujer que se deje llevar por los ancestro o el sino.
Por lo que, aquellas palabras sabias estaban ligadas a la actitud machista, y celosa que portaban algunos hombres de la reserva Quileute. Y siendo sincero consigo mismo, ninguno sería capaz de siquiera rozar una hebra del cabello pelirrojo de su sobrina, porque primero deberían pasar por su casa e inspección con la compañía de escopeta para asegurarse que realmente estaban preparados para una mujer tan admirable como ella.
«Al menos, dará mejores valores y fortaleza a Bella... Al menos... Creo que lo hará...» pensó antes de caer dormido en el sofa de la sala.
Durmiendo y esperando en momento de reencontrarse con su familiar, y que las cosas al fin fueran como debían ser. Mientras tanto, del otro lado, en Escocia, una mujer de cabellos pelirrojo y ojos marrones, piel blanca tenía reposado su dedo índice y medio entre sus labios para luego dejar un beso de lealtad y nostalgia a unas tumbas que habían marcado su existencia.
❝ Honorables guerreros, hermanos y hermanas, padre y líder. Guerreros imponentes que protegieron de las bestias durante años a la Gran Escocia. Aquí yace la familia Swan Tlalne. Que el honor, el orgullo, pureza y lealtad siempre los guíe en el camino del más allá.❞
Era un día de conmemorar la partida de sus seres queridos pero gracias a la llamada de su único familia latente en el mundo, recobró sentido. Se estaba quedando demasiado tiempo en la nostalgia y melancolía de estar sin la única familia que la adoptó apesar de todo el caos que podría ocasionar tenerla de su lado y en su manada. Porque si, la familia Swan de escocia era la única con el gen metamorfo del lobo, y sólo esto ocurría cada 100 años. Ella esperaba que Charlie también despertara pero al estar tanto tiempo involucrado con gente pueblerina externa a su núcleo no había logrado despertar el gen.
Pero no por ello lo haría menos Swan. Solo que tendría que cuidar y proteger mejor a su único familiar. Porque tío se lo decía de cariño, mas bien, Charlie podría ser su bisnieto. Ella sabía de la existencia de las criaturas que abundaban en forks, sabía la historia. Sabía todo porque en otra vida, todo esto sólo era una fantasía, una historia de Forks realizada por Stephanie Meyer, y solo su adición al mundo místico y fantasioso era lo único diferente en toda la historia. No sabía que cosas cambiarían, pero estaba lista, era justamente para ello que había practicado todo este tiempo para cada situación.
Porque Tristana Marvin's Swan Tlalne, estaba de camino a Forks, y pronto pondría patas para arriba a lobos y sin pesadez a un par de vampiros que no sabrían de su existencia hasta que ella tuviera contacto con su 'prima' Bella.
Tan solo esperaba estar lista para esa aventura, y ayudar a su querido Charlie.
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Prima de Isabella Swan
FanfictionLa imprimación, los vampiros con sus compañeros y las torpezas de Bella son totalmente las aventuras por las que una joven estaría dispuesta en involucrarse sólo para entender la idiotez humana, solo para vivir como humana cuando no lo es. O tal vez...