2𓄹𓈒 Parte 11

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Capítulo 2.

Parte 11. "Hablando de frente"

Carlisle observa a su hijo, y pregunta: «¿Algo más de lo que quieras hablar?»piensa mentalmente, incapaz de decir otra cosa ante lo sucedido. Realmente no tenía ideas de cómo evitar una pelea entre sus hijos, la charla debía pasar con consecuencias incluidas de todas formas.

—Charlie te llamará mañana, por mi comportamiento. —habla entredientes el cobrizo, como si fuera innecesario esa charla.

—Comprendo, intentaré llevar las aguas tranquilas con la familia Swan. —contesta resignado a enfrentar dicha situación incómoda. —Si no hay nada más que hablar, me retiro.

Edward asintió y Carlisle se fue de su habitación, dejándolo solo. El cobrizo se había quedado pensando un momento en todo lo que había hablado con su padre y le había servido para entender la relación de las mujeres. «En el momento no lo había entendido, pero mientras iba hablando con Carlisle llegué a las distintas conclusiones dichas ante él. Reconocí a la nativa, que en el momento no lo hice; recordé el ataque de esa falsa viuda de carácter anormal hacia mi, y por supuesto, el misterio del porqué había reaccionado protector hacia la prima de Bella»reflexiona en privado, tomándose unos segundos antes de ir a enfrentar a sus hermanos adoptivos.

«En conclusión, la Prima de Bella es un misterio, y si llega a tener un control sobre animales como esos, puede ser peligrosa para Bella. Mucho más que los chuchos temperamentales»cerró su conclusión en eso, para así en un cerrar de ojos salir de su habitación por la ventana, con una distancia prudente de Emmett y Rosalie. El vampiro en ese momento era consciente de sus provocaciones burlonas, y salir por la puerta para direccionarse hacia ellos, era muerte súbita.

Mientras que Emmett se encontraba recostado por el tronco de un árbol cercano, Rosalie estaba parada mirándolo con una molesta expresión.

—¿Te apanicaste? —preguntó burlón Emmett al verlo, a una distancia prudente de ambos.

—He venido como pidieron. No hay mucho de qué hablar si ya lo escucharon todo. —dijo Edward, seguro de que la privacidad no se respetara.

—Queremos oír de frente tus molestias hacia nuestra compañera, y aclarar algunos puntos contigo. —dice Rosalie con una postura segura, altanera casi como si se estuviera conteniendo su enorme impulso instintivo de romper a Edward. Lo cual era cierto.

—Bien. —acepto Edward, aun percibiendo el peligro en la modesta tranquilidad que podía trasmitir Rosalie, mientras que la postura de Emmett demostraba peligro.

—¿Por qué fuiste a la casa de Charlie? si sabías bien que el hombre no te tolera ni quiere ver en figurilla. —pregunta Emmett, intrigado. —¿No se supone que en tu época, el respeto a los padres era un requisito indispensable si querías cortejar a la dama? ¡Qué inmoral!

Edward se mordió la lengua aceptando esa verdad, pero no iba a responder nada, podía percibir por los pensamientos al tenerlos de frente que sea cual fuera lo que dijera, terminarían por tocar sus principios morales. Era obvio.

—Fui a dejar a Bella, no iba a entrar. Pero encontré presencias desconocidas. Debía saber si eran un peligro para ella. —respondió el cobrizo.

—¿Y qué encontraste?—preguntó Rosalie, con el ceño fruncido.

—Su compañera es impronta de un chucho, su aroma estaba infestado por ella. ¿Cómo pueden quererla si ya ha aceptado al enemigo y no a ustedes?—pregunta con un tono de burla y curiosidad. — ¿No era que los compañeros eran lo más importante para nosotros?.

Emmett hizo crugir sus nudillos del coraje, «la nativa ya tuvo sexo con ella. Mierda, Rose no estará contenta»piensa inmediatamente mirando a la rubia.

—Mejor cállate, ¿Qué vas a saber tu de estas cosas, si solo tiene al banco de sangre?—sisea Rosalie con ojos dilatandose en negros, enojo.

—Muñeca, concentremonos en lo que necesitamos. —intenta calmar a su esposa el pelinegro, abrazándola por la cintura, reteniendola entre brazos.

Rosalie se relaja en los brazos de su esposo, y recupera la cordura. «Será mía de todas formas, la recuperaré»pensó posesiva la rubia.

—Gracias osito. —susurra calmada.

Emmett le sonríe orgulloso de haber conseguido su intención. Luego mira a Edward y pregunta:

—¿Qué mas le hiciste a nuestra pelirroja?

—Espera, ¿Acaso no te molesta que ya haya tenido relaciones con una chucha Quileute?—pregunta Edward mirando incrédulo Emmett.

—¿Es mujer no?—pregunta con cierto tono superior, fingiendo ingenuidad.

—Si ...—empieza a decir Edward.

«Entonces, su virginidad sigue siendo mía, en el caso que mis sospechas sean ciertas, claro.»piensa soñando con desnudar y tocar aquella piel tan sexy de su compañera pelirroja.

Haciendo que Edward contraiga su rostro en repugnancia. Mirándolo con desagrado a su hermano adoptivo.

—¿Cómo puedes pensar así, aun sabiendo eso?

—Simple. Es mi compañera, y si aceptó a la chucho quiere decir que viene con ella. No me importa nada más, así es cuando una persona es tu compañera verdadera. —admite bastante tranquilo Emmett, mientras besa la mejilla de su esposa, con aire soñador.

—En verdad no los entiendo. En verdad, ella es una amenaza, me atacó una araña protegiéndola. Ella tiene algo que no me gusta. —expresa ya fastidiado por tanta cursilería.

—Algo hiciste para molestar, osea, la quisiste denigrar, eso fue poco para lo que te quiero hacer, Edward. —contraataca a la defensiva Rosalie, sintiendo amenaza de su hermano adoptivo que de su compañera.

—No fue todo. Es una bruja como tu. —gruñe Edward recordando otra cosa.

—¿Cómo? ¡¿Qué dijiste?!—respondió Rosalie con todas las intenciones de acercarse a él. Tanto fue que pensó en alto que, Edward la esquiva sin dificultad.

—Agarro una olla y me la tiró al rostro. Me humilló frente a nuestros enemigos y la familia de Bella. Es una odiosa. —explica recordando la vergüenza que había sentido en el momento, claramente no lo había dañado ni un poco, pero si que había ahuecado la olla. Por suerte y despiste del momento, Charlie no había pillado aquello.

La risa escandalosa de Emmett no tardó en aparecer, sentirse orgulloso era poco, estaba extasiado del carácter que parecía tener su compañera. Tanto que hasta Rosalie no pudo evitar reírse también, disfrutando de la humillación, «es un mujer sexy, te humilló como bien te lo mereces soquete.»pensó rencorosa la rubia.

—¿Algo más de lo que quieran hablar o solo me citaron para burlarse ?—pregunta bastante cansado de esto.

—Si, ahora que hemos entendido el contexto de los hechos, podemos hablar serios. —dice Rosalie tomando una postura bastante amenazante.

—Tenemos un trato, está en ti si aceptar por las buenas, o aceptarlas por las malas. Por una mejor convivencia, por nuestros padres, Edward. —completó la frase el pelinegro fortachón.

Y fue allí, como por un momento, un insólito momento... Las mentes de Rosalie y Emmett quedaron vacías. Dando miedo al cobrizo, al no poder leer sus intenciones.

Prima de Isabella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora