2𓄹𓈒 Parte 14

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Capítulo 2.
Parte 14:
"Debatiendo el miedo al dolor"

La pelirroja de ojos verdosos se encontraba mirando el techo de aquella cabaña, Leah se encontraba bastante preocupada debido a que desde las 7 de la mañana no se movía de ese estado pensativo, ahora ya faltaban minutos para el mediodía. Había pasado más o menos unos cinco días desde que Bella se encontraba castigada por Charlie, que Edward no podía entrar en la casa por que algo no se lo permitía; Bella y él sólo se veían desde la ventana y una rama del árbol más cercano.

Charlie había avisado que sentía que alguien los miraba, hasta incluso había sentido en más de una ocasión que quisieron entrar a la casa pero que no era un ladrón, sino que algo más raro que eso. Tristana solo le había pedido que se tranquilice que no pasaría de eso, que se mantuvieran a salvo en la casa y no expusieran al peligro.

Sin embargo, Bella no pudo acatar a tiempo dicha petición y se escapó al sexto día de la casa para verse en la casa de los Cullen, quedando a merced del depredador y que por si fuera poco, Edward había podido combatir a quién quería arrebatar ropa de Bella, un neofito estaba actuando raro. Por mucha suerte, Jasper pudo acabar con el neófito sin problema alguno, pero eso puso muy inquietos al Clan Cullen, ¿Quién querría aroma de Bella?¿Para qué?¿Quién lo había mandado tras esa misión?«dudas interminables aparecían.

Tristana se reservó la presencia en dichos temas, lo había sabido tras una discusión que Bella y Jacob tuvieron, pero no porque ella lo quisiera así. Tristana sabía algo pero no estaba haciendo nada, y que se tardara era una señal de preocupación.

-No puedo seguir callada.-exclamó Leah mientras en la orilla de la cama, y tocó el rostro de su impronta para que la viera, así dejando de ver un punto ciego en el techo.-Dime qué te tiene así, no es normal que estés como si nada ante el peligro que asecha a tu familia.

Tristana ante la forma que la sacó de sus pensamientos tan sólo pudo sonreír torpemente, mientras lleva su mano a la mejilla de la nativa. Mirándola por unos instantes.

-Solo estoy descansando. Esta semana vamos a viajar, irá fénix con nosotros y otros dos más. Pero me preocupa no saber lidiar mis problemas personales para cumplir con la misión que aún repienso hacer.-comenta vagamente, mientras acaricia dulcemente el rostro de su compañera.

-Esos dos más, son esos caras pálidas que te enfrentaron la otra vez, ¿No?-pregunta Leah sin mucha gracia.

-Si. Quiero hacer una prueba pero me da miedo que se descontrole la situación de mis manos, y no sepa manejarlo de una manera sabia luego. Si mis emociones se tornan incontrolables, mataré a todos vampiros a la redonda, y llamaré la atención de quiénes no quiero.-explica con una mueca en su mejilla.

-No es que sea malo unos caras pálidas menos, pero si te expone no me gusta. Dime la forma y veamos juntas como resolverlo. -pide pensativa, de cierta forma Leah ya se había acostumbrado a tener a la pelirroja ir de aquí para allá, pero que ahora se encontrase ya casi una semana acostada. Levantándose solo para comer y cumplir con las necesidades básicas humanas, era algo sumamente antinatural en ella.

-No te gustará y a mi me da ansiedad, tal vez un poco de miedo. -admite mientras lleva su mano a su garganta donde se siente su pulso acelerarse con inquietud con solo pensarlo.-Leah, yo nunca tuve amores en el plano poliamor, siempre te tuve de crush a ti y mis noviazgos nunca pasaron por largos plazos, siempre termine quedando soltera. Me gusta la soledad, la paz, la tranquilidad, libertad e independencia de poder hacer y tomar decisiones sin tener que calcular en qué no afecte a quienes pudiera interesarle. Me gusta la independencia de la soltería, ser lo que quieras, sin pensar que tus acciones locas pueden verse como imprudentes para gente que te quiere segura y encerrada, sana.

Prima de Isabella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora