La nativa sabía perfectamente que su mejor táctica había sido haber jugado ella con el oral primero en ese round, debido a que la necesidad y carácter pasional de Tristana era muy dominante y absorbente al ser empleado. No era algo agobiante, solo era un acto sexual, cariñoso y apasionado de un nivel tan especialmente placentero al punto que le llevaba bastante tiempo recuperar aliento, energía o fuerzas.
No se quejaba de aquello, le encanta la forma de ser en la pelirroja, aunque claramente había empezado a conocerse mucho mejor desde que tenía cerca a su impronta. Un ejemplo claro era, que había descubierto ser multiorgasmica.
La pasión y devoción que le declaraba apasionadamente con los chupetones, lenguetazos en su clitoris junto con la compañía complementaria de los movimientos de dos dedos de su impronta en su vagina, masajeando la pared superior e íntimo de su capullo de la manera que el movimiento fuera como si convirtiera sus dedos en gancho y comprimiera sutilmente la zona hinchada por la excitación la hacian perder los estribus y liberar su esencia salada en los labios de la pelirroja, una y otra vez. Claro, siempre la dejaba recuperar grandes bicanadas de aire y descanso, pero casi apenas de conseguir bajar del cielo... Ella volvía a subir con el libido al espacio, porque su impronta se montaba encima y rozaba sus intimidades en fricciones tan necesitadas y deseadas al punto que los labios vaginales e hinchados clitoris se friccionaban continuamente en una danza que la volvía a inducir al segundo y tercer orgasmo.
Y lo mejor de aquello, era el placer y gisto de oír gemir al unísono de ella, a su impronta al liberarse también. Era tan recíproco, tan mutuo y en confianza que el placer suyo se volvía la de su impronta y viceversa. Imaginaba que este placer y química sexual estaba ligada al leal amor puro, confianza que ambas mantenían a través de la comunicación y sinceridad.
Aquel día su mente se había perdido al ser capaz de contar seis orgasmos que la dejaron con espasmos, agotada y bañada en sudor y la propia esencia de su impronta. La habitación emanaba el aroma a sexo y sudor, por supuesto luego de ese día debían cambiar de sábanas, solear tal vez el colchón de la cama e incluso caer en la tina.
La ducha sería indispensable para evitar quedarse con más tensión por el agotamiento desmesurado de los orgasmos, su cuerpo aún con su genética lobuna no era capaz de recuperarse de tantas contracciones placenteras, en las mañanas del día siguiente a las noches, tardes de pasión y amor recordaba que si seguían así, llegaría a pedir sillas de ruedas para su propia recuperación. Aunque le daba risa esa dicha y suposición.
Tristana sabía consultar, guiarse por la improvisación y escuchar sus deseos y fantasías, lo sabía con cada mirada atenta cuando estaban en cada momento intimo o no, por eso creía fielmente que si llegaban a pelear, su mejor solución sería un poco de hacer el amor, y terminar ese momento de liberación con una charla reflexiva en las que ellas mismas liberasen con sinceridad y tranquilidad sus inseguridades o problemas. Y aunque fuera extraño para muchos o imposible, era algo que ya hacían de vez en cuando, fomentaba una buena comunicación en pareja, lo cual era óptimo para que un dúo funcionara.
El sexo, hacer el amor o simplemente jugar con Tristana, era simplemente terminar en el mismo hogar siendo uno mismo tal cual uno vino al mundo, desnudo, soñando y luego despertar con un hambre voraz.
Amaba esto, y esperaba vivir lo suficiente como para disfrutarlo con plenitud eterna. Sea en alma o en vejez, esperaba que fuera de la mejor manera posible, por lo que lucharía por siempre tener su relación en un punto sano y justo con la naturaleza de las cosas casuales o no.
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Prima de Isabella Swan
FanfictionLa imprimación, los vampiros con sus compañeros y las torpezas de Bella son totalmente las aventuras por las que una joven estaría dispuesta en involucrarse sólo para entender la idiotez humana, solo para vivir como humana cuando no lo es. O tal vez...