SIN ESPERANZA A LA VISTA

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El trio del anillo se dirige con rumbo a Mordor sin mucho sentido, ninguno conoce el camino, como fue la orden de Dragón; Albus reviso la pequeña bolsa que le entrego, allí estaba su capa, bastante comida y barras de nutrición, ¿Por qué el señor Malfoy tenía eso en su bolsillo? Nunca lo sabrá, podría preguntar, no se atrevería, no...

– Y bien, mi amo, no hay duda de que estamos metidos en un problema – se quejó Sam Gamyi. De pie junto a Frodo, desanimado, la cabeza hundida entre los hombros, Sam entornaba los ojos escudriñando la oscuridad.

Hacía tres noches que se habían separado de la compañía, o por lo menos eso creían ellos: casi habían perdido la cuenta de las horas mientras escalaban afanosamente las pendientes áridas y pedregosas de Emyn Muil, a menudo obligados a volver sobre sus pasos, pues no encontraban una salida, o descubriendo que habían estado dando vueltas en un círculo que los llevaba siempre a un mismo punto.

Los Hobbits se encontraban ahora en la orilla de un alto acantilado, desolado y desnudo, envuelto a los pies en una espesa niebla; a espaldas de ellos se erguían las cadenas de montañas coronadas de nubes fugitivas. Un viento glacial soplaba desde el este.

Ante ellos la noche se cerraba sobre un paisaje. En la cima de alguna montaña a cientos de km de Mordor descansaron, por fin, y aprovecho para revisar

̶ Mordor, entre todos los lugares de los que nos han hablado, el único lugar de la tierra media que no quisiera ver de cerca... al que tenemos que llegar ahora, hay que enfrentarlo mi señor, pero no tengo idea de donde estamos – diviso Sam a lo lejos, una tormenta de fuego, una montaña de fuego que es visible a la lejanía – Gandalf, seguro no imagino que llegaría tan lejos – rio un poco, cansado por tan lejos viaje; husmeando el aire

– Si es mi destino, como creo, ir allá, al lejano país de las sombras, tarde o temprano algún sendero tendrá que aparecer. ¿pero quién me lo mostrará, el bien o el mal? Todas nuestras esperanzas se cifraban en la rapidez. Esta demora – comento más para sí, que para Sam o Albus

– Pasaron muchos reveces en poco tiempo – comento el portador viendo teñirse el cielo de un tono rojizo

Frodo se sintió mal, fue mala idea mirar en esa dirección

– El anillo, ¿no es asi? – concluyo Sam sentándose, es agotador el viaje, sobre todo para su señor

Ese anillo es una carga pesada

– Se hace más pesado – admite finalmente más animado – ¿hay algo de comer? – pregunta a su amigo

No tiene hambre, pero al verlo tan animado, contagia

– Cúbrelo con telas o lo que sea y que no toque tu piel, quizás eso ayude – murmura Albus que en todo el camino no había dicho nada

Jamás se imaginó esta absurda aventura, se siente más tranquilo al saber del rubio, espera saber algo de Scorpius, ruega a sus ancestros que este a salvo, al menos vivo

– Jajajaja – rio con gracia, seguramente su hermano se moriría de envidia si lo supiera, si lo viera ahora

– Hay pan élfico, y más delicioso pan... élfico – lanzo Sam hacia los dos muchachos – por lo general odio la comida foránea, aunque el pan élfico no está nada mal – sonrió disfrutando de su pequeño descanso

El sabor del pan es exquisito, aunque extraña la carne al horno con patatas, junto a su cerveza riquísima

– Hmmm – el portador se permitió reír un poco – nada puede doblegar tu espíritu no... Sam – miro a su amigo agradecido de su compañía

LA VOLUNTAD DE ILUVATURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora