MAS ALLA DE LO INCREIBLE

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– ¡EL CUERNO DE BOROMIR! – gritó Aragorn – ¡BOROMIR ESTÁ EN DIFICULTADES! – se lanzó escalones abajo, y se alejó saltando por el sendero

La llamada del corno era ahora más débil y más desesperada. Los aullidos de los orcos se alzaron, feroces y agudos y de pronto el corno calló. Aragorn bajó a todo correr la última pendiente, pero no hubo rastro del corno. Sacando la espada brillante se precipitó entre los árboles.

Encontró a Boromir. Estaba de rodillas, apoyado en su espada, con un montón de orcos muertos a su alrededor, más aún quedaba uno con vida, uno que iba por la cabeza del león; pero perdió el suyo

Al ver a Aragorn, finalmente se dejó caer, mientras este se arrodilló junto a él. Boromir abrió los ojos y trató de hablar. Al fin salieron unas palabras, lentamente.

– Traté de sacarle el anillo a Frodo – confesó recordando al pequeño Dragón – lo siento. He pagado – dijo viendo de reojo los cadáveres que los rodean

El heredero de Elendil, no supo cómo sentirse al respecto; pero el poder del anillo es poderoso, no le sorprende que un corazón llena de busca de poder como este haya caído a sus encantos

– ¡ADIÓS, ARAGORN! ¡VE A Minas TIRITH Y SALVA A MI PUEBLO! Yo he fracasado – Suplicó como un último deseo

– ¡NO! – dijo Aragorn tomándole la mano y besándole la frente – Has vencido. Pocos hombres pueden reclamar una victoria semejante. ¡DESCANSA EN PAZ! ¡MINAS TIRITH NO CAERÁ! – prometió al moribundo

Boromir sonrió

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No encontró a su hijo por ningún sitio, no hay rastro del rubio, simplemente desapareció, ¿volvió a casa? No, él tiene el Giratiempo; demonios, ¿por qué fue descuidado?

aun con el ceño fruncido y furioso, regreso al lugar donde oyó el cuerno a toda prisa, acabo con los orcos que aún rondaban por ahí en un intento de disipar su ira y dolor, ¿dolor? Si, el no encontrar a su hijo duele, duele como jamás imagino

A lo lejos vio a Aragorn pelar con un orco a lo muggle, cierto, es un muggle, un sucio muggle; a un lado en medio de decenas de cuerpos a Boromir de rodillas, gravemente herido, dos flechas en el pecho, uno en la clavícula...

Se quedó en blanco, ¿qué es esto? ¿qué este miedo abrumador que lo recorre de pronto? Está seguro que su madre lo entreno para no amilanarse por la muerte, entonces, ¿por qué estaba corriendo tan rápido? No podía llegar a ellos, ¿qué este temor por perderlo? Corrió más rápido

Vio al rey acabar con el orco, al león caer sobre sus espaldas; después decirle al rey algo al león, ¿una despedida? ¡¡por merlín!! Ese tipo le caía bien

En un movimiento invisible redujo el largo trecho que los separaba; con el hechizo predilecto del señor oscuro o eso dijo su querido padrino, la desaparición. Jamás sintió la necesidad de usarlo, tampoco es muy hábil en ello

̶ Quítate – empujo a trancos con más fuerza del que quiso, recién se dio cuenta, ¿qué estaba haciendo? – ¿cómo mierda terminaste asi? – regaño fastidiado, intentando respirar con normalidad, arrodillándose a su lado

̶ Lo siento... amigo mío – se disculpó el hombre con una risa forzada, sosteniendo con fuerza su espada

La espada entregada por su rey, por Aragorn, el legítimo heredero del trono de Gondor, el único con la sangre de Isildor, heredero de Elendil

LA VOLUNTAD DE ILUVATURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora