50.- EL ARMA SECRETA

480 59 20
                                    

Minas Ithil

Fuertes gritos y alaridos lo regresaron a la realidad, la fortaleza fue sacudida de forma terrorífica. En medio del estrépito, una trompeta estridente resonando tan fuerte que su corazón vacilo. Y luego unos golpes y rebotes sordos, como si unos grandes arietes batieran la tierra con cada pisada

– ¡Cuidado! ¡Cuidado! – gritó Damrod, su segundo guarda a Faramir – ¡Ojalá el Valar lo desvíe! – siguió apretando su espada

– ¡Mûmak! ¡Mûmak! – dio aviso Faramir a su gente para replegarse dentro de la fortaleza

Scorp se levantó asombrado y aterrorizado, olvidando por completo su cansancio y su hambre

Una mole enorme que irrumpía por entré los árboles y se precipitaba como una tromba pendiente abajo. Grande como una casa, le pareció, una montaña gris en movimiento.

El miedo y el asombro quizá la agrandaban a los ojos al pequeño mago, pero el Mûmak de Harad era en verdad una bestia de vastas proporciones, y ninguna que se le parezca se pasea en estos tiempos por la Tierra Media

Y venía, corría en línea recta hacia los aterrorizados espectadores, y de pronto, justo a tiempo, se desvió, y pasó a pocos metros, estremeciendo la tierra: las patas grandes como árboles, las orejas enormes tendidas como velas, la larga trompa erguida como una serpiente lista para atacar, furibundos los ojillos rojos. Los colmillos retorcidos como cuernos estaban envueltos en bandas de oro y goteaban sangre

Ciega de cólera, la gran bestia se precipitó con un ruido de trueno a través del agua y la espesura. Las flechas rebotaban y se quebraban contra el cuero triple de los flancos. Los hombres de ambos bandos huían despavoridos, pero la bestia alcanzaba a muchos y los aplastaba contra el suelo

Pronto se perdió de vista, siempre trompeteando y pisoteando con fuerza en la lejanía

– ¿Qué mierda, fue esa monstruosidad? – cuestiono con un ligero temblor en su voz Scorp

– ¡Era un olifante! – respondió Faramir aliviado porque esa criatura no se estrellará contra ellos

– Por lo visto he conocido un congénere de esa majestuosidad, apenas con un poco más grandes que vosotros – señalo recordando su salida a un zoológico muggle, cuando su madre aún vivía, bajo la mirada con tristeza, ¿Qué diría ella de esta aventura? Seguramente su castigo duraría toda su vida

– Al parecer sabes sonreír de ese modo – sonrió el capitán levantándose virando en todas direcciones, sin enemigos a la vista

– Todos poseemos recuerdos plenos – respondió viendo a la distancia, con el viento chocando contra su rostro, más ninguna señal de su padre

– Algunas veces recuerdo a mi madre – Faramir estuvo de acuerdo envainando su espada – una mujer increíble, más humana – añadió con tristeza, pues ella falleció cuando era apenas un niño

– Humana, cierto, pero esa mujer aguanto una maldición de lo que significa llevar a un Malfoy en su vientre – rio Scorp con orgullo. Su padre le enseño que no podía recordarla con pena, sino debía estar orgulloso de la madre que le toco – su partida destrozó a mi padre – rio sin saber cómo describir a su padre de ahora

– ¿Cuántos inviernos son los que pesan sobre tus hombros? – cuestionó el acompañante

El rubio alzo una ceja al no comprender

– Preguntas por mi edad – soltó una carcajada – son catorce años humanos – respondió

¿Cuánto Vendrá su padre? Siendo que todavía está en su cuarto año, prácticamente su edad. Rio nervioso ante esta revelación

LA VOLUNTAD DE ILUVATURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora