PRESENTIMIENTO DE CAOS

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El rubio bostezo cansino, extrañaba su escoba, aunque desconociendo ese mundo llamado tierra media, tampoco sería de ayuda, esta inseguro de pisar tierra otra vez, pues no siente sus extremidades inferiores

Pasaron debajo de blancas cadenas montañosas blancas, risco, llanuras y finalmente se encuentran aquí; delante de este castillo que debería ser magnifico, pero en su lugar solo es un castillo decadente; sin brillo ni glamour, cuando mencionaron un reino de oro, se imaginó otra cosa, completamente distante de esta estafa

Había llegado finalmente hasta el castillo; allí muchos hombres sentados vestidos con brillantes túnicas de malla, que en seguida se pusieron de pie y les cerraron el camino con las lanzas, justo como los caballeros de la edad media, algo rústicos, pero al menos algo más digno que el castillo

¡DETENEOS EXTRANJEROS AQUÍ DESCONOCIDOS! – gritaron en la lengua de la marca de los jinetes

Yo entiendo bien lo que decís – respondió en la misma lengua el viejo jinete – pero pocos extranjeros pueden hacer otro tanto. ¿por qué entonces no habláis en la lengua común, como es costumbre en el oeste – pidió

Dragón lo miro extrañado, ¿de qué habla? Él comprende perfectamente el lenguaje, prefirió restarle importancia y apoyarse en el elfo

– Es la voluntad del rey Théoden que nadie franquee estas puertas, excepto aquellos que conocen nuestra lengua y son nuestros amigos – replicó uno de los guardias con las manos en su lanza en advertencia

– nadie es bienvenido aquí en tiempos de guerra, sino nuestra propia gente y aquellos que vienen a Mundburgo en el país de Gondor – continuo otro – ¿quiénes sois vosotros que venís descuidadamente por el llano con tan raras vestiduras, montando caballos parecidos a los nuestros? – cuestiono serio, los han visto a lo lejos; no han visto jinetes como estos, tampoco un caballo como ese blanco

– Decidme, ¿no seréis un mago, algún espía de Saruman, o alguna fabricación ilusoria? ¡hablad, rápido! – exigió el primero con temor

– No somos fantasmas -dijo Aragorn – y estos que cabalgamos son en verdad caballos vuestros, como ya sabíais sin duda antes de preguntar. Pero es raro que un ladrón vuelva al establo. Aquí están Hasufel, Arod, y Hezel que Eomer, el tercer mariscal de la marca, nos prestó hace sólo dos días. Los traemos de vuelta, como se lo prometimos. ¿no ha vuelto entonces Eomer y no ha anunciado nuestra llegada? – cuestiono con mal presentimiento

Una sombra de preocupación asomó a los ojos del guardia.

– De Eomer nada puedo decir –respondió el segundo guarda – si lo que me contáis es cierto, es casi seguro que Théoden estará enterado. Quizás algo se sabía de vuestra venida – analizo, aunque...

– Lengua de serpiente vino a decirnos que por voluntad de Théoden no se permitiría la entrada de ningún extranjero – comento el otro inseguro

– ¿lengua de serpiente? – los ojos del mago centellearon, mientras se inclinaba a mirar al hombre.

Dragón presto atención ante el extraño apodo, frunció el ceño, luego se formó una sonrisa ladina, que solo fue vista por Boromir, quien alzo una ceja curiosa; una emoción nació dentro de su ser, uno como cuando niño esperaba siempre a su querido padrino

– ¿Qué nombres he de anunciar? ¿y qué diré de vos? Parecéis ahora viejo y cansado, pero yo diría que estoy equivocado – acepto el primer guarda, legua de serpiente no es de su agrado

– Yo soy Gandalf – se presentó – he vuelto. ¡Y MIRAD! También traigo de vuelta un caballo. He aquí a Sombragris el grande, que ninguna otra mano pudo domar. Y aquí a mi lado está Aragorn hijo de Arathorn, heredero de reyes; a su lado Boromir, hijo de Denethor, senescal de Gondor, luego Legolas el elfo, Gimli el enano, nuestros camaradas – presento al grupo, aunque fue consiente que no sabía el nombre del pequeño rubio

LA VOLUNTAD DE ILUVATURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora