EL TEMOR DE ROHIRRIN

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Aragorn echó atrás la capa. La vaina élfico centelleó y la hoja brillante de Anduil resplandeció con una llama súbita.

– ¡ELENDIL! – gritó indignado por la insinuación – Soy Aragorn hijo de Arathorn y me llaman Elessar, piedra de elfo, Dunedain, heredero del hijo de Isildor, hijo de Elendil de Gondor. ¡HE AQUÍ LA ESPADA QUE ESTUVO ROTA UNA VEZ Y FUE FORJADA DE NUEVO! ¿ME AYUDARÁS O TE OPONDRÁS A MÍ? ¡ESCOGE RÁPIDO! – exigió con seriedad letal

Gimli y Legolas miraron asombrados a Aragorn, pues nunca lo habían visto así antes. Parecía haber crecido en estatura y en cambio a Eomer se le veía más pequeño

En la cara animada de Aragorn asomó brevemente el poder y la majestad de los reyes de piedra. Durante un momento Legolas creyó ver una llama blanca que ardía sobre la frente de Aragorn como una corona viviente.

Eomer dio un paso atrás con una expresión de temor reverente en la cara. Bajó los ojos.

– Días muy extraños son estos en verdad – murmuró – Sueños y leyendas brotan de las hierbas mismas – rumio aturdido, confuso, hoy es día de sorpresas – dime, señor, ¿Qué te trae aquí? – pregunto guardando su arma, el resto le siguió

– Ya oís te que perseguimos a una tropa de orcos que se llevaron a nuestros amigos. ¿Qué puedes decirnos? – pidió, esto podría ser de ayuda

– Que no necesitas continuar persiguiéndolos – contesto Eomer solemne – Los orcos fueron destruidos – un escalofrío recorrió su cuerpo con el solo recuerdo

– ¿y nuestros amigos? – cuestiono Gimli perdiendo color

̶ seguimos a los Urokai desde hace algún tiempo – añadió el heredero de Isildor deteniendo al otro humano

̶ Ellos llevaban a dos o tres amigos – expone Legolas más tranquilo; debe calmarse

̶ Había dos Hobbits y un niño – hablo el enano con esperanzas renovadas – encontraron a dos Hobbits – insistió dando unos pasos

̶ A sus ojos quizás parezcan niños, eran pequeños – irrumpió Aragorn resignado

̶ No había nadie con esas descripciones – dicta memorando la escalofriante masacre realizada, no está convencido del todo – y si fue asi; matamos a todos y quemamos los cuerpos – señalo el humo a lo lejos demostrando sus palabras

̶ ¿seguro? – pregunto Legolas sintiendo el aire no entraba a sus pulmones

̶ Como lo siento – se disculpó, con duda – Estos caballos servirán mejor de lo que lo hicieron con sus jinetes – les entrego caballos

̶ ¿seguro que no había un niño rubio de ojos plateados? – pregunto Boromir con la ansiedad consumiéndolo, ¿Dónde está?

̶ ¿Te refieres a Dragón? – pregunto el hombre con la curiosidad brillando en sus ojos ¿Se conocen? ¿Cómo? Ese niño no podía ser humano – deberían ir hacia allí – señalo el lugar de la masacre

̶ Está vivo – se alivió el rubio, no sabía lo tenso que estaba

̶ Se dirigió al bosque, junto a otro niño rubio – dicto el jinete recordando el escalofriante poder del menor

Aragorn frunció el ceño al ver la reacción de Legolas, realmente le fastidia bastante, al punto de chirrear los dientes irritado, ¿Quién es ese niño? ¿Cómo se ganó el respeto de semejante personaje? ¿Qué le ve? Demonios no logra comprender su propio sentir

Eomer partió dándoles una última mirada

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LA VOLUNTAD DE ILUVATURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora