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— ¿Michael? –pregunte suavemente, removiéndome entre los brazos de Michael. — ¿Puedo hacerte una pregunta?

El teñido hundió su rostro en el arco de mi cuello y me pegó más a su pecho. Sus brazos estaban alrededor de mi cintura y mis manos jugueteaban con todas las pulseras que traía en su mano.

—La estás haciendo ahora. —dijo él, depositando suaves besos alrededor de mi cuello. Ahogue un gemido.

Realmente me gustaba que estuviéramos pasando la noche juntos por qué nunca antes lo habían hecho y menos en su habitación. Me gustaba la cálida sensación de los brazos de Michael envolverse alrededor mío y su respiración chocando contra la piel de mi cuello.

—Hablo en serio. —murmure, dándome la vuelta y así poder mirarlo de frente. Prácticamente desde que llegamos lo único que hicimos fue meternos a la cama y mantenernos en silencio, acurrucados y en ocasiones era él quien iniciaba una conversación. —Es una pregunta seria.

— ¿Qué sucede, Luke? —pregunto y se acercó un poco de tal manera que podía sentir sus labios a centímetros de tocar los míos. Quería besarlo, en verdad quería hacerlo básicamente por qué besarlo era la mejor sensación que tuve hasta ahora, pero estaba confundido y quería aclarar las cosas con él antes de seguir.

—Uh... ¿Me quieres? —pregunte con un hilo de voz, mirándolo directamente a los ojos. Estábamos a oscuras pero eso no impedía ver el brillo de sus ojos. —Es decir, me quieres de la misma manera en la que yo te quiero.

Michael desvió la mirada por unos segundos y cuando volvió a mirarme lo único que pudo hacer fue soltar un profundo suspiro y apretar mi mano.

—Hemos hablado de esto antes. —murmuró.

—Tú quieres a mi hermano, lo sé. —le dije con una risita nerviosa, sin embargo, era más bien una risita forzada. —Él está casado.

— ¿Podemos irnos a dormir ahora? —pidió Michael cambiando su suave tono por uno más brusco. —Realmente faltan como 3 horas para que amanezca.

—Michael. —suspire. —Por favor.

Para los próximos minutos trate de hablar con él, pero lo único que lograba era que se enojara conmigo por lo que opte por dejarlo pasar por esta noche. Mañana podríamos hablar por la mañana antes de irme. No quería presionarlo con esto, pero necesitaba una respuesta. No quería ilusionarme con alguien que sabía que no tendría no importara cuanto trabajara por qué fuera así. Él estaba enamorado de alguien más y yo, solo quería ser correspondido por una vez en la vida.

No pude dormir en toda la noche por todas las dudas que rondaban por mi cabeza, impidiéndome conciliar el sueño. Michael se durmió apenas terminamos nuestra conversación y sus brazos descansaban alrededor de mi cintura, apoyando la barbilla en mi cuello. Verlo dormir era una de las mejores cosas que podría ver.

A la mañana siguiente fui el primero en despertar y con cuidado de no despertar al otro chico, me deshice de su agarre y salte de la cama. Recogí mis pantalones para después ponérmelos y salir de la habitación sigilosamente.

Incluso después de unos minutos sin los brazos de Michael alrededor de mi cuerpo, todavía podía sentir la sensación de ellos abrazándome con fuerza. Sacudí la cabeza, desechando esos pensamientos y me dirigí a la cocina. La cocina era bastante grande, ciertamente no era tan grande como la cocina que Cal tenía en casa, pero era lo suficiente grande para pasearse por ella. El único defecto de su cocina, era la falta de alimentos en ella.

Me deslice hasta llegar a la alacena y buscar algo de comer en ella, y gracias a su adicción al cereal todavía quedaba un poco. Cogí un plato, y vertí leche en él seguido de los cereales. Era realmente extraño que su casa siempre estuviera en orden, sabiendo que Michael era un desastre.

Roommates » Muke AUWhere stories live. Discover now