Ashton
—Lo lamento tanto, corazón. —me disculpe con Mónica, recordando su embarazo y lo sensible que estaba desde hace un par de semanas.
— ¡Me llamaste gorda! —protesto ella, cubriendo su rostro con ambas manos, y por un segundo pensé que empezaría a llorar, sin embargo, soltó una risita. —Lo único que te pedí fue un helado.
— ¿A las 3:00 de la mañana? —me burlé. Mónica puso los ojos en blanco, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y depositar un pequeño beso en los labios.
—Estoy embarazada. —dijo ella como si fuese algo obvio que debía entender. Todo esto de los antojos en la madrugada comenzaron hace un par de semanas, y sinceramente odiaba tener que salir en la madrugada en busca de botes de helado, fresas congeladas, o alguna hamburguesa a las afueras de la ciudad.
—Y te ves muy hermosa con esa pancita. —susurré.
—Me estás llamando gorda de nuevo. —se quejó ella justo antes de golpear mi estómago. Hice una mueca de dolor, inclinándome a besarla una vez más. —Deja de besarme y ve por mi helado.
—Nena, quiero dormir. —le dije. —Mañana tengo trabajo.
—No querrás dejar a tu bebe con el antojo, ¿o sí? —me dice ella, acariciando ligeramente el pequeño bulto creciente. —Te juró que me está pidiendo el helado.
— ¿Y que ganó de esto? —propuse, dándole una mirada picara. Mónica mordió su labio inferior y me atrajo hacia sí.
—Una cucharada de helado. —susurró.
—Yo estaba pensando en quizás algo de sexo. —propuse mientras me acercaba a sus labios, presionando suavemente sus labios contra los míos. Lentamente tome cada lado de sus mejillas con las manos, acercándola como fuera posible. —No hemos tenido sexo en mucho tiempo, Mónica.
—Porque estoy embarazada. —soltó ella. —No podemos tener sexo como antes.
—Si podemos. —le dije, con la esperanza de conseguir al menos una mamada. —Te lo puedo hacer lento, y no pasará nada.
—Bueno, a mí no me gusta lento. —dijo Mónica, sonrojándose. —Me gusta duro.
— ¿Qué? —pregunte sorprendido. —Estás bromeando, ¿cierto?
—No, ¿por qué estaría bromeando con algo así? —pregunto ella. —Solo he tenido sexo contigo, y me gusta que me lo hagas duro.
—De acuerdo, es bastante incomodo hablar de esto. —le dije, tratando de no sonrojarme ante sus palabras. Mónica siempre fue directa y es una de las cosas que me gustan tanto de ella, pero a veces suele pasarse de directa. La primera vez que tuvimos sexo, yo creía que al menos había tenido algo con alguno de sus ex —novios, pero no fue así. Me dijo que era virgen justo después de terminar. Después de eso, me sentí mal por haberle quitado la virginidad.
— ¿Puedes ir por mi helado? —pidió ella un momento después de silencio entre nosotros. —Ash, quiero un helado.
—No.
— ¿Por qué no? —pregunto ella, haciendo un mohín. Me di la media vuelta, dándole la espalda cuando sentí sus brazos jalarme hacia ella. —Bebé.
—Quiero acostarme contigo y no me lo permites. —le dije dando una vuelta en la cama y quedar de frente una vez más. Mónica apoyo ambos brazos sobre el torso, recargando la barbilla en él. —Con pétalos de rosas.
—Sin pétalos de rosas, por favor. —dijo Mónica dejando escapar una risita. En un hábil movimiento, ella se subió a horcajadas mías. Paso ambas manos por mi pecho, inclinándose a besarme el cuello.
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Roommates » Muke AU
FanfictionEn dónde un torpe y virgen Luke se enamora de un chico que prefiere morir que estar en una relación oficial con él. © eliza | terrormuke 2015