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Luke

Yo más que nadie sabía que el cumpleaños de Michael era hoy y conociéndolo, sabía que no estaba esperando nada grande de mi parte ni de nadie. Es más, probablemente se molestaría si yo hiciera algo grande respecto a su cumpleaños, pero se supone que el día de hoy era especial.

Había pasado alrededor de dos semanas desde que Cal había regresado a Australia por lo que no había problema alguno en poder pasar el día juntos. En parte me alegraba que él ya no estuviera más en Nueva York, por el simple hecho que la relación que había formado con Michael no era exactamente la mejor. Ellos no podían estar solos en una habitación sin que alguno de ellos se sintiera incómodo, o Michael le dijera un par de cosas hirientes.

Así que ahora que él parecía no tener prisa en volver a casa y estábamos básicamente viviendo bajo el mismo techo, quería hacer algo especial por su cumpleaños. Michael merecía una fiesta grande y estaba completamente seguro de que Mónica y mi hermano me ayudarían al respecto.

-Pensé que estarías en tu habitación con Michael. -Mónica sonrió apenas salí de la habitación por un vaso de agua.

-Él no está conmigo. -respondí encogiéndome de hombros. La verdad era que Michael había salido desde la mañana y no he tenido ni una respuesta por su parte, lo cual comenzaba a preocuparme. No quería que nada malo le pasará.

-Bueno, ¿quieres hacer algo? -murmuró ella, mientras apoyaba los codos en el mostrador de la cocina y comía fresas con crema. Los antojos del embarazo seguían y eso tanto a mi hermano, como a nosotros nos afectaba.

-En realidad quería hablar contigo acerca de algo. -mordí mi labio inferior con nerviosismo.

Ella asintió con la cabeza, dejando el recipiente de fresas a un lado y poner toda su atención en mí.

- ¿Qué sucede?

-Hoy es cumpleaños de Michael. -dije en voz baja, como si temiera que el chico saliera de la nada y me escuchará.

Mónica cogió nuevamente la cuchara y se llevó una buena cantidad de fresas con crema a la boca. - ¿Tienes algo planeado para esta noche?

Me encogí de hombros. -Ese es el problema.

Las cosas entre Michael y yo han tenido un buen camino las últimas dos semanas. A pesar de haber tenido uno que otro tropiezo, sentía que ahora nosotros estábamos más cerca que antes. Es decir, yo estaba tratando de abrirme más a él y Michael estaba tratando de ser más comprensivo conmigo acerca de nuestras conversaciones nocturnas.

Michael me confesó que se sintió muy mal al verme salir de la habitación con el cabello revuelto y los labios hinchados el día que regresó y pidió disculpas por todo lo que sucedió anteriormente y quería cambiar. Por supuesto, que toda la culpa no era de él, pero me estaba gustando la manera en la que estábamos trabajando juntos en esto. Sin embargo, yo también estaba tratando de cambiar mi forma de pensar.

- ¿En serio no tienes nada? -Mónica cuestiono, abriendo mucho los ojos sorprendida.

-Nada de nada. -admití, sintiéndome mal conmigo mismo. Michael ha hecho tanto por mí las últimas semanas y quería recompensarlo de alguna u otra forma. -Necesito la ayuda de una chica.

- ¿Sabes a qué hora regresará? -inquirió curiosa, hundiendo la cuchara en el recipiente de fresas.

Lo único que sabía era que Michael ha estado demasiado hormonal conmigo y realmente quería estar con él, pero no ahora. Primero necesitábamos arreglar por completo nuestra relación.

Roommates » Muke AUWhere stories live. Discover now