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Luke

Me detuve en medio de la calle, bajando la mirada al reloj que descansaba en mi muñeca. Hace dos horas tenía que estar en casa y si no regresaba antes de que anocheciera, tendría graves problemas con Ashton. Las calles estaban sorpresivamente vacías, ya que usualmente a estas horas las calles de Sidney estaban repletas de gente.

Cinco minutos después me encontraba en casa. Lentamente introduje la llave y empuje la puerta, entrando.

— ¿Ashton? —llame al chico de rulos. Al no obtener respuesta alguna, comencé a caminar por el largo pasillo adentrándome a la sala de estar.

Mis ojos se abrieron ligeramente, llevándome una mano a la boca. ¿Qué estaba sucediendo?

—Oh, Luke has llegado. —dijo Ashton con una sonrisa de oreja a oreja. Asentí desconcertado, desviando la mirada hacia el chico de ojos verdes, sentado en el sofá con una pierna cruzada sobre la otra. Me sonrió.

— ¿Qué sucede aquí? —logre preguntar nerviosamente. Sin duda, encontrar a mi hermano siendo abrazado por otro hombre no era algo que solía ver. — ¿El -es cómo...?

—No, no claro que no. –me sonrió, despeinando mi cabello. –, es Michael, mi mejor amigo.

—Hola Luke. –saludo el chico de ojos color esmeralda y cabello rojo.

—Uh, hola. –salude de vuelta dedicándole una sonrisa. — ¿Por qué estaban abrazados? —le susurre a mi hermano.

—No sucede nada, tranquilo. –me tranquilizo Ashton, dándome palmadas en la espalda. — ¿Por qué llegaste tan tarde?

—Uh, estaba con alguien. –respondí nerviosamente mientras mordía mi labio inferior. Mire hacia Michael, encontrándome con su mirada por unos segundos antes de que ambos la desviáramos y miráramos hacia otro lado.

— ¿Estabas con una chica? –preguntó mi hermano, alzando ambas cejas a mi dirección. Asentí con un breve movimiento de cabeza, sonrojándome al momento. –, no tiene nada de malo, ¿por qué no la invitas a cenar?

— ¿En serio?

—Claro, hermanito ya eres todo un hombre y puedes traer a tu novia a casa. Además sirve qué también te presento a mi novia. –me guiñó un ojo, codeando mis costillas. Emití un jadeo.

Michael carraspeó, llamando nuestra atención.

— ¿Vendrá Mónica? –cuestionó. El rizado asintió alegremente, haciendo que sus hoyuelos aparecieran. Michael asintió y murmuró algo para sí mismo, inclinándose a la mesita de noche y coger un cigarrillo. Lo puso entre sus labios y lo encendió.

—No puedes fumar aquí. –dijo mi hermano, encogiéndose de hombros. –, mi hermano está presente.

—No me importa

— ¿No has dicho que te molesta el olor a cigarrillo? –se dirigió a mí dirección con los ojos abiertos.

—Sí, pero mi mejor amigo fuma todo el día y creo que estoy acostumbrado.

— ¿Has fumado? –preguntó un curioso Michael. Negué con la cabeza y mi hermano soltó un suspiro de alivio. Aunque Cal fumara todos los días, nunca había tenido esa curiosidad de fumar un cigarrillo. Él siempre me ofrecía pero siempre le decía que no.

—No lo hagas, es malo. –dijo antes de volverse a su amigo. –No le digas que lo haga.

—No lo haré. –Michael exclamó alzando ambas manos en señal de rendición.

—Volviendo al tema, ¿cómo se llama tu noviecita? –Ashton se giró hacia mí, tirando de mi mano para sentarme en el sofá, a su lado.

—No es mi novia aún. –le dije cabizbajo. –, se llama Rosemary.

Roommates » Muke AUWhere stories live. Discover now