Mi respiración era irregular apenas salí debajo de las sabanas.
—Santa mierda. —Michael exhaló desesperadamente, pasándose las manos por sudoroso cabello y enderezarse. — ¿Puedes despertarme todas las mañanas de esta manera?
Dejé escapar una leve sonrisa como sentí el calor subir a mis mejillas y me incliné hacia adelante, presionando mis labios contra los de Michael y salir de la cama.
La noche anterior después de que llegáramos del club por parte de su cumpleaños, no tuvimos tiempo de hacer nada más aparte de quedarnos completamente dormidos y pensé en darle otro pequeño regalo a mi novio al despertar.
—Supongo que sí. —hable pausadamente, buscando entre los cajones de ropa algo limpio que usar. Cogí una de las camisetas de Michael, pasándomela por la cabeza.
—Eres el mejor novio, ¿sabías eso? —Michael sonrió, apoyando su mano debajo de la barbilla mientras su antebrazo yacía sobre el edredón.
Mordí el interior de mi mejilla, volviendo a la cama con el chico y comenzar un largo camino de besos por todo su pecho desnudo sin apartar la mirada de él.
—Lo sé.
—Bebé, acabo de llegar al orgasmo. —me dice, pasando sus pequeños dedos por todo mi cabello, acercándome hacia si como fuera posible. Deslizo mis manos por su pecho, mientras dejó uno que otro corto beso y sigo bajando por el borde de la banda elástica de sus bóxeres.
— ¿No te apetece un orgasmo para dos? —sugerí entre dientes.
Me posicione sobre él, pasando cada pierna a cada lado de su cintura y presionar mis manos contra su pecho, mientras daba ligeros movimientos circulares en su entrepierna.
Michael entreabrió sus labios, formulando un leve gemido y sus manos se aferraron a mis caderas, ejerciendo fuerza y crear fricción con nuestras caderas. Era un sentimiento electrizante volver a sentirlo tan cerca después de mucho.
Sus brazos hacen su camino por los míos, aferrándose fuertemente. Era como si temiera por perder este momento y viceversa.
—M –Michael. —gemí, echando la cabeza hacia atrás y caer sobre su todavía pecho sudado. —Tenemos que...
—Todavía no, bebé —me interrumpe dulcemente, presionando sus labios en mi frente y acariciar la parte baja de mi espalda. —No puedo hacerlo... Todavía.
No podía culparlo por no querer tener sexo conmigo después de lo que hice a sus espaldas. Él estaba trabajando en eso, me lo ha dicho y jurado que pronto volveríamos a hacerlo, sin embargo, mientras hemos estado físicamente distanciados.
Cierro los ojos y dejó que mis pensamientos fluyan mientras me concentro en escuchar los latidos de corazón de Michael. No había nadie a nuestro alrededor, no se oía además de nuestros latidos de corazón, y lo único que deseaba era sentir su piel contra la mía una vez más.
—Te echo de menos. —admití.
—Pronto lo superaremos juntos, ¿de acuerdo? —Michael levanta mi barbilla, pidiéndome que lo miré a los ojos. —Lo prometo.
Asentí ligeramente con la cabeza.
—Te amo.
—Te amo todo el maldito tiempo. —Michael ríe y delicadamente sus labios se hacen presentes contra los míos. Pronto nuestras bocas comenzaron a moverse con rapidez, sus manos ahuecando mis mejillas y mi desesperación por querer tocarlo, el beso termina.
Apoyo mi frente contra la de él, sin apartar ni un segundo mis ojos de los suyos mientras tratamos de recuperar el aliento.
Cada vez que él me miraba directamente a los ojos, podía jurar que mi corazón latía más y más rápido que nunca.
YOU ARE READING
Roommates » Muke AU
FanfictionEn dónde un torpe y virgen Luke se enamora de un chico que prefiere morir que estar en una relación oficial con él. © eliza | terrormuke 2015