[29. Dos Nuevos en la Orden del Fénix]

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Cap. 29

Durante la semana, fui a la biblioteca para dar un repaso para los T. I. M. O. S y me encontré a Hermione y Harry ahí discutiendo algunas cosas y me dijeron que el profesor de pociones también les había escrito una invitación para la fiesta navideña que daría antes de irnos de vacaciones. Hermione dijo que podíamos llevar algún acompañante, Harry tardó en aceptar que invitaría a Ginny y Hermiome tenía todo un plan.

Desde la última vez que tuve que llevar un acompañante a alguna fiesta, fue en el yule ball con Fred, y ni siquiera había terminado bien eso. Pero ahora no estaba Fred conmigo para decirme que nuestros atuendos combinaban. No estaba segura de que llevar a alguien fuera necesario. No volvería a meterme en un lío solo por conseguir pareja para una fiesta de navidad, o el no tener acompañante iba a ser un impedimento para no asistir.

Podía no haber ido con alguien, pero al final tuve una muy bonita compañía.

– Él dorado se ve muy bien en ti, hace resaltar tus preciosos ojos verdes.

– Gracias Luna, tu te vez bastante hermosa.

– Mira, te hice unos aretes – Luna hizo aparecer unos bonitos aretes de rana en sus manos con magia, eran de un tamaño medio, el color verde era brillante y la rana a veces movía los ojos. Eran unos aretes muy lindos.

– ¡Luna, son asombrosos! Envidio tu creatividad.

Luna me puso los aretes, y luego caminamos a la fiesta. Mientras caminábamos, el olor de perfume de hombre impregnaba los pasillos, aunque nadie pasaba frente a nosotras.

El olor me hacía sentir mareada y sentía los ojos arder, aunque solo fue como por dos minutos. No creo que una persona desde el otro pasillo se hubiera puesto toda la botella de perfume para que todos supieran su olor. Era un olor que jamás había olido, y no quisiera volver a oler si iba a marearme de esa manera.

– ¿Escuchas eso? – preguntó Luna mientras caminaba.

– ¿Qué cosa?

– Eso, como alguien respirando.

– Lo siento, no escucho nada.

– Mis sentidos están muy definidos. Puedo ver cada detalle de las cosas. Por ejemplo, mira, en esa esquina alguien acaba de esconder su cuerpo. – Y luego Luna siguió caminando.

No de nuevo, no quiero que vuelvan a espiarme.

– Me alegra que hayan venido. Me alegra verlas por aquí –dijo el profesor – Pasen, por aquí tenemos aperitivos y bebidas que podrían gustarles.

– Gracias, profesor – respondí, y luego él fue a atender a otras personas.

– ¿Quieren algo de aquí? – Neville preguntó con una bandeja de bebidas.

– No gracias, estoy bien. ¿Quieres algo tu Violet?

– No, gracias.

– De acuerdo, nos vemos después chicas.

Neville se fue a otro lado, y Luna y yo nos quedamos de nuevo solas. Constantemente estaba mirando a mi alrededor, a cada esquina, solo para asegurarme de que no estaba siendo vigilada por nadie. Hasta ahora, no había señales de nada, pero la sensación de que alguien veía mis movimientos me causaba irritación.

Lo más extraño es que no sabía de nadie que quisiera saber de mí. Pero por una parte me preocupaba que a veces sentía el estómago resolverse.

– Mira ese señor, parece interesante – se dirigió a un hombre alto y pálido –¿Quieres que te enseñe uno de mis pasos de baile favoritos?

– Claro, ¿Cómo son? – pregunté.

Quédate... Te Quiero || Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora