[ 30. Noche en casa de Remus ]

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Cap. 30

Me separé de remus y corrí a abrazar a Fred.

– Te extrañe demasiado – dije en su oído.

Volver a abrazarlo fue lo mejor de todo. Pude sentirme en casa. Pude sentir de nuevo su cálida piel abrazando la mía. Fred me hacía muy feliz. Abrazarlo fue como hacerlo por primera vez. Se sentía muy bien.

–También te extrañe, Vio – Fred desordenó mi cabello y luego se separó de mí para besarme. Sus labios se movían lentamente, mientras su mano acariciaba mi mejilla y sentía su sonrisa.

–¿Porque viniste aquí? O sea, si ya se que por mi pero ¿y la tienda?, tu…

–Cerramos temprano para venir a verte. Eres tan bonita Vio.

– Wow, Fred. Realmente te extrañé –dije y volví a abrazarlo.
 
– ¿Vendrás mañana conmigo?

–Freddie, sabes que pasaré todo el día contigo. Incluso puedo pasar toda la noche.

–De acuerdo, espero que Remus te deje. 

–¡Vamos Fred! Sabes que siempre los dejo pasar la noche juntos –respondió Remus. – Pero no está noche porque Vio debe ordenar sus cosas en casa, y luego tomaremos chocolate juntos. Aunque, podrías venir si quieres.

–George puede pasar la noche solo – dije.

– Créeme que no la pasara solo – respondió Fred entre risas.

– ¿Qué?

– De acuerdo, vamos, te ayudaré a ordenar tus cosas. –cambió el tema. Típicas bromas de Fred Weasley.

– ¡Harry! Debemos irnos ya. Mañana podrás ver a los Weasley – dijo Remus a Harry, y luego él vino con nosotros.

°°°

En cuanto llegamos a casa, Fred observó todo a su alrededor mientras sonreía. Miraba con atención cada detalle. Aprecié el olor de casa de cuando sabías que habías pasado mucho tiempo lejos de ella, al mismo tiempo que se combinaba con el olor a chocolate caliente. 

Inmediatamente tiré mis cosas al piso y me tiré al sofá donde siempre paso el tiempo junto a Moony, aunque después tuve que hacerme a un lado porque Harry iba a sentarse.

– Pueden estar en tu habitación, en lo que terminó de preparar unas cosas – dijo Remus.

– ¿No necesitas ayuda? Puedo ayudarte, si quieres.

– No, gracias. Estoy bien. Mejor ve a ordenar tus cosas.

Fred me ayudó a llevar algunas de mis cosas a la habitación. Encendí la luz, ya que mi habitación era la última de hasta el fondo.

– ¿Por qué te gustan tanto los cuartos oscuros? – preguntó Fred al mismo tiempo que entrábamos y se sentaba en la cama.

– No lo sé – me alcé de hombros –. Me gusta mucho la oscuridad, por alguna razón me siento mejor que cuando hay demasiada luz.

Me senté a un lado de él. Puse mi mano sobre la suya sobre su pierna, después saco su mano y cubrió la mía. Me miró fijamente a los ojos, me dio una sonrisa, que después yo le regresé. Con su otra mano tomó mi mejilla y comenzó a acariciarla, para después pasar su dedo pulgar sobre mi labio inferior y comenzar a acercarse más a mi.

Finalmente, me besó de manera lenta, mientras sus manos recorrían mis ondulados mechones. Ya no sentía las ondas correr por todo mi cuerpo. Ya no sentía las mariposas. Ahora sentía tranquilidad, sentía comodidad, confortación. Sentía su amor, su necesidad, sus ansias y todos nuestros sentidos conectarse.

Quédate... Te Quiero || Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora