Día 28

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Tener la peor semana de la vida es poco a lado de lo que me pasaba. Me levanté y solo podía pensar en una cosa.

¿Un bebé?

Por un momento me pareció una gran idea, un pequeño y diminuto ser humano con mis cachetes y los hermosos ojos de Nacho, el y yo en una casa, compartiendo nuestra vida, una cuna, noches en vela, cuidarlo y ver a Nacho ayudándolo a dar sus primeros pasos. Los 3 en el parque jugando con un cachorro, verlo entrar al colegio, en navidad poder ver a Nacho disfrazado de santa con nuestro pequeño en las piernas mientras yo llevo galletas de chocolate y nos sentamos frente a la chimenea, su graduación, Nacho ya tendría algunas canas, al igual que yo, mientras lo vemos en la universidad y luego presentándonos a la mujer de su vida, a quien esperaría en el altar al que lo acompañaré para entregarlo a la mujer que ahora sería su esposa, nuestros nietos, Nacho con 2 pequeños nietos mientras yo hablo con mi nuera, sus presentaciones de teatro, los cumpleaños, todos sus logros y penas, realmente veía todo ese futuro juntos.

O tal vez... si Nacho estaba tan molesto y yo eligiera estar con Oliver ¿Se haría cargo? Pasaría la vida con Oliver y mi pequeño, Nacho viene a verlo los fines de semana y se lo lleva algunas navidades a pasarlo con él y su nueva novia, Nacho se casa, se va lejos y solo ve a nuestro hijo en las vacaciones, él vería a Oliver como su padre, se casaría y la foto familiar tendría que ser conmigo y Oliver a un lado y Nacho, su nueva esposa y su hija pequeña al otro. Nuestros nietos a penas lo conocerían como "el otro abuelo" pero mi hijo lo buscaría y llamaría todo el tiempo mientras sus propios hijos crecen y cada vacación es una difícil decisión a que abuelo visitarán y tendremos que convivir todos...también podía ver todo ese futuro.

Pero creo que eso era complicarme demasiado, tal vez estaba adelantándome solo un poco, me levanté y fui a bañarme, no dejaba de tocarme el vientre, el miedo me llenaba el cuerpo y me ponía alerta, estaba asustada, estaba realmente asustada.

-Deberías comer, por el bien de ambos.

- ¿Qué? -mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar a papá.

-Que si no comes tu mamá va a matarnos a ambos.

-Oh, claro-no sabía que más responder, pero si, debería comer, por el bien de probablemente más de uno.

-Estas en extremo distraída-me dijo levantando mi barbilla.

-Y tú en extremo hermoso-le dije intentando evadir el tema.

-Bien jugado-me respondió golpeando mi nariz con el dedo- ¿te llevo?

-Por favor.

Nos levantamos y fuimos al auto, no tardamos en llegar a mi colegio y entré sintiendo mis piernas temblar. ¿Qué pasaría si fuera verdad? ¿seguiría en el colegio? ¿terminaría la secundaria?

-Dan.

-Carajo-Harold me asustó.

-Tranquila no es para tanto, ¿en qué piensas?

-Nada solo tengo la cabeza revuelta.

-Vaya, parece muy complicado.

- ¿Por qué?

-Por que sueles ocultarme las cosas graves, como si quisieras protegerme de algo, no sé porque estés así, pero lo que necesites, sabes que estoy aquí ¿no?

-Lo sé-le sonreí sinceramente, me sentí muy aliviada al sentir a mi amigo cerca, a pesar de no saber lo que me pasaba el había hecho que todo parezca simple, no pude evitar imaginarlo como el tío consentidor, y ahora o en 20 años quiero que sea realidad, si mis hijos aprenden a jugar videojuegos será porque su tío Harold se los enseñará.

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