Día 18 Parte 1

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Quisiera decir que desperté con la música de mamá pero me levanté primero, tenía muchas náuseas y amanecí en el baño, lo que despertó a mi mamá y me hizo un té.

-No tienes que ir hoy a clases si no te sientes bien.

-Tranquila mamá, tal vez fue algo que comí, ya me siento mejor-mentira, me sentía fatal pero no iba a quedarme en casa.

-Está bien, ve a alistarte entonces papá los llevará a ambos.

Obedecí sin chistar, no me sentía muy bien así que fui a bañarme, al salir la música me tranquilizó, pero solo fueron un par de segundos antes de casi ser tacleada por un niño que al parecer estaba muy apurado para entrar al baño. Me vestí y revisé el teléfono para saber de Nacho pero no me habló, me sentía decepcionada. Pero sabía que debe ser por algo realmente importante.

-Buen día-saludé a papá con un beso en la mejilla.

-Hola cariño ¿estás mejor?

-Sí, muchas gracias-me senté para tomar otro té, no tenía ganas de más-pero si para llevarnos tengo que decir que no, me siento fatal.

-Pequeña pinocho-me dijo riendo-en 10 minutos saco el auto-se levantó y se fue ajustándose la camisa.

Terminé de desayunar y fui a la puerta con Santy de la mano, él sabía que no me sentía muy bien y solo tomó mi mano, tranquilo, como si no quisiera ser un problema. Subimos al auto y fui en el asiento del copiloto, llegamos muy rápido, no estábamos lejos.

-Pásenla bien-dijo papá mientras Santy salía de un salto.

-Gracias papá-me acerqué a acomodarle la corbata.

-Parece que eres buena en esto-me dijo mientras se veía en el espejo retrovisor.

-Yo también la utilizo, algo tuve que aprender-efectivamente el traje de mi uniforme "de gala" tenía corbata.

-Un día serás una excelente y hermosa esposa.

-Créeme papá si mi marido usa una de estas salgo corriendo.

Salí del auto y fui al lugar de siempre, Harold ya estaba ahí como siempre.

-Hola chica-salté al escuchar una voz detrás de mí.

-Mi turrón-lo abracé.

-Hola pequeña Dan-David me devolvió el abrazo.

-Ya se entiende lo que hablas ¿y tus mocos?

-Los guardé en un recipiente para tu cumpleaños-me dijo pasando su brazo por mis hombros.

-Justo lo que quería este año secreción viscosa y verde proveniente de la nariz de mi mejor amigo-le dije de forma sarcástica.

-Lo sé, siempre sé exactamente lo que quieres-me dijo riendo, lo abracé por la cintura y fuimos al encuentro de los chicos. Todo seguí su curso normal hasta el recreo donde obviamente no quise comer nada.

-¿Seguro? nunca te vi sin comer en un recreo-Harold estaba preocupado.

-Seguro, esta mañana saqué todo de mi sistema y no es una imagen que quiera repetir.

-Tranquila Dan lo mejor es que te cuides-David estaba preocupado, me abrazó y les conté lo increíble de abrir esa llave dando agua a esa comunidad.

Después de un largo debate de porque regalar manzanilla cuenta como regalar flores terminó el recreo y después de clases hicimos nuestras conclusiones.

-Entonces, para llegar a un empate, la manzanilla está definida como una flor como dijo Harold, pero también como una planta medicinal como dice Dan, pero si está en una bolsita es un alimento-David intentaba llegar a un punto de equilibrio.

-Exacto, lo que quiere decir que depende el estado en la que te regalen, si la decoran y todas esas tonterías que le ponen a un ramo se considera flor, como dice Harold.

-Gracias por admitir tu derrota-dijo altanero.

-¡No es derrota!-le gritamos con David.

-Si se toma un ramo arrancado y se lo pone en una bolsa y se la entrega así es un medicamento ¿feliz?-me dijo David.

-Sí-respondí triunfante.

-Y si te lo da en una bolsita de té solo quiere una cita, o que comas porque estas feo-concluyó Harold mientras reíamos antes de despedirnos y tener que tomar caminos distintos a casa.

-Hola mamá-le dije entrando a la cocina.

-¿Cómo te sientes?

-Sinceramente mucho mejor, me quitaré el uniforme-fui a mi habitación y revisé mi teléfono, nada.

Salí a almorzar y le conté a mis papás sobre el debate con mis compañeros y después Santy nos contó que haría una obra de teatro con su curso, aunque aún no sabía cuál sería ya quería usar una espada, su concepto de teatro no salía de la época medieval.

Mamá llevó a Santy a sus clases de natación y papá fue a trabajar, tenía la casa para mi sola, puse música e hice mis deberes. Entré a mi habitación y tenía una llamada perdida de un número desconocido.

-¿Hola?-hablé dudosa.

-Sirenita.

-Nacho-como si un peso hubiera salido volando de mi pecho me desvanecí en el sillón puf de mi habitación.

-¿Cómo estás?-su voz me tranquilizaba.

-Bien, dime tú ¿Dónde estabas?

-Lo siento, ayer en la mañana mi teléfono cayó al agua y aún no se recupera, tuve que prestarme el teléfono de mi abuela para llamarte, ya no aguantaba no saber de ti, te extraño mucho.

-Y yo a ti-mi corazón parecía volver a su lugar después de escucharlo.

-No te siento bien ¿qué pasa?

-Sinceramente no estaba muy bien esta mañana amanecí con nauseas, aunque ya me siento mejor todavía estoy un poco incomoda-le conté un poco apenada.

-­Como quisiera estar ahí para abrazarte y curarte todo a besos-mientras lo decía podía imaginar sus labios rozando mi cuello y mis mejillas.

-Yo también quisiera que estés aquí, te extraño.

-Y yo a ti mi sirenita amada, te amo.

-Yo te amo a ti ¿Cómo está tu abuelita?

-Muchísimo mejor, parece que tener a su hija cerca la curó.

-Que hermoso, nada como el amor de un hijo.

-Lo sé, un día alguien nos curará el alma así.

-Y será hermoso-le dije sonriendo al aire.

-Quisiera que me cuentes todo lo que estuviste haciendo pero tengo que devolver el teléfono ¿te llamo después?

-Te estaré esperando.

-Más te vale, si no contestas tendré que volver y atarte a mí.

-Creo que ahora no quiero contestarte, me gusta más tu idea.

-Si te ato ya no te suelto ¿estás consciente de eso?

-Es exactamente lo que quiero.

-Tú ya eres mía.

-¿Cuándo se decidió eso?

-Cuando tomé tu cuerpo para amarlo y los latidos de tu corazón se sincronizaron con los míos. En ese momento sellamos el pacto para siempre.

-¿Y tú eres mío?

-Desde el día en que nací.

-Te amo.

-Te amo.

No conté las veces que dijimos te amo antes de colgar, no cuento muchas cosas últimamente, solo me quedé ahí sintiéndolo cerca hasta que me alisté para el trabajo, estaba lista bastante temprano y sin nada que hacer caminé lentamente hasta la plaza de siempre y me senté ahí a esperar.

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora