Día 20 Parte 2

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-Bueno aquí está-llegamos a su puerta.

-Muchas gracias señorita-me dijo sacando las llaves-esto es extraño.

-No hay problema-hice la reverencia que el hacía siempre.

-Ahora que se cómo se ve eso no pienso volver a hacerlo-se reía.

-Me parece un plan perfecto-me reí y giré para irme.

Llegué a casa y me metí a mi habitación, tenía unos minutos antes de tener que ir a trabajar y verlo de nuevo, mi cuerpo se revolvía de pensar en todo lo que pasó, creía poder sentir aún su perfume en mi ropa. Y sonó mi teléfono.

-¿Hola?

-Hola amor-mierda Nacho.

-Hola

-¿Cómo estás?

-Bien, todo bien ¿y tú?

-Extrañándote-mi corazón, sentía que mi corazón se quebraba al escucharlo.

-Y yo a ti

-Te amo...-me dijo susurrando.

-Yo a ti, mucho-no se sentía bien tener esta conversación, no estaba mintiendo pero no se sentía como antes.

-¿Estás bien?

-Sí, lo siento tuve un día bastante largo.

-Por suerte pasado mañana ya estaré contigo-es cierto, la semana pasó volando.

-Ya quiero verte-tenía muchas ganas de llorar y ahora el recuerdo del brazo de Oliver me quemaba hasta el punto de sentir un ardor que me quemaba por dentro.

-Yo a ti mi sirenita, quiero estar contigo.

-Yo también.

-Bueno te llamo después ¿sí?

-Claro, cuídate.

-Te amo, nos vemos.

-Yo a ti.

Colgué y no logré sentirme mejor, para nada. Mi cuerpo se revolvía y mi estómago empezaba a golpearme y ahí va. Corrí al baño y vomité todo lo que acababa de comer ¿Esto es culpa?

Dejé de vomitar y me lavé la cara y los dientes, fui a mi habitación y me acosté un momento antes de volver a salir, no me sentía para nada bien pero logré llegar al trabajo.

-Estás pálida-Manuel apareció, entonces noté que no lo había visto en clases ni había venido al trabajo hace varios días.

-¿Tu dónde estabas?

-Ambos sabemos que no te interesa-Manuel estaba triste, lo podía ver.

-Vamos, nos conocemos desde pequeños, dime ¿qué pasó?

-Mamá tuvo un accidente, tuve que hacerme cargo de ella y de la casa.

-Demonios Manuel, lo siento mucho ¿cómo está ella?

-Destruida, cree que los moretones le dejarán marcas de por vida y eso la deprime mucho.

-Manuel, creo que ya es momento de que entienda que la belleza no lo es todo

-Ahora lo sé-Manuel me vio y tenía los ojos cristalizados-Dan, siempre pensé que la amaba porque era la mujer más hermosa del mundo, que nada se comparaba con ella, pero ahora que la veo así con todos esos moretes causados por el accidente, no puedo dejar de pensar que aun así, aun con todo eso, ella es la mujer más hermosa del mundo, porque es mi mamá y la amo.

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