Día 26 Parte 2

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-Hola mamá-grité al pasar a la sala pensando que estaba en la cocina.

-Hola cariño

-Carajo-mamá estaba sentada en la sala y me asustó.

-Ese vocabulario.

-Perdón me asustaste.

-Está bien ve a cambiarte-me dijo frunciendo toda su cara, como queriendo fingir un enojo.

Salí y mamá ya no estaba, estaba en la cocina, por alguna razón moría de hambre, pero quería algo dulce, así que fui a la vitrina donde estaban los chocolates que mamá siempre guardaba para postre pero que normalmente no se me antojaban.

-¿Qué haces?-mi mamá me descubrió en la sala con el segundo chocolate.

-Moría de hambre.

-Pero Jen, tu almuerzo está listo y tu nunca comes esos chocolates.

-Lo sé, solo se me antojaron, lo siento mucho-le dije antes de terminarme el ultimo pedazo-ahora sí, vamos a comer.

-¿Todavía tienes hambre?

-Muchísima-salté a la cocina y empezamos a comer.

-Por cierto mamá los chicos tienen partido hoy y los iré a ver con David.

-¿Estás segura?-parece que mamá pensaba que era mentira.

-Sí, de hecho el vendrá a recogerme y me llevará.

-Está bien, cuídense mucho y disfruten.

-Por supuesto.

La tarde se fue rápido, me alisté para salir y David llegó.

-Mamá llegaron por mí.

-Buenas tardes señora Dante-David saludó a mamá con la mano,

-David, sabes que para ti soy Jhoselin.

-Lo siento señora...Jhoselin.

-Bueno mamá, tenemos que irnos.

-Está bien, cuídate.

-¡Hasta luego Jhoselin!

-¡Adiós David!-mientras jalaba a David del cuello de la polera intentaba despedirse de mi mamá.

-¿Podrías apurarte? Quiero molestarlos antes de que entren al partido.

-No hay mucha expectativa, no fue como el suyo que era en plena inauguración.

-Sí pero aun así es su primer partido.

-Ok, ok, corramos-David salió corriendo y fui detrás de él, a las dos cuadras se detuvo, hacer deporte no era lo suyo.

-Ya deja de intentar esto.

-Tu...querías...apurarte...-dijo casi sin respirar.

-Pero apurarme implica llegar más rápido, no acelerar 5 minutos y terminar parando por más tiempo del que nos hubiera llevado hacer las cosas con calma.

-No me agradas-me dijo empezando a caminar.

-Ni tú a mí, solo te uso por tu cabezota de genio.

-Y yo para que no piensen que soy gay.

-¿No lo eres?

-No, para nada.

-Rayos, tengo que dejar de presentarte así entonces.

-Sería muy bueno.

Reímos hasta llegar con los chicos. Los vimos hacer algunas técnicas, me robaron a David para pintarle la cara y yo fui con los chicos a pasarnos el balón con algunas del equipo incluidas. El partido comenzó y todos gritaban por todo lado, alguien jaló de mi brazo cuando vi que era David lo seguí de inmediato.

-¿Qué pasa?

-Esta mañana tenías una duda, quiero saber cómo te va con eso.

-¿Esta mañana? Aun no sé qué hacer.

-Dan estoy preocupado por ti, todo esto no te está haciendo nada bien.

-Lo sé David, créeme que lo sé-nos sentamos lejos de la bulla.

-Solo ponlos a ambos, uno a lado del otro e imagina ¿Quién está contigo?

-No es tan fácil David, no es así de simple, pienso en esto todo el tiempo.

-Ese es el problema, deja de pensarlo y empieza a sentirlo.

-No sé qué siento

-El amor no tiene que ser complicado, tiene que ser real.

-¿Cómo puedes decir cosas como esas? Tú nunca te has enamorado.

-No tienes idea.

-¿Tú?-apenas tuviste una novia con suerte ¿qué puedes decir del amor con eso?

-Tú también tuviste solo un novio Dan, déjame recordarte eso.

-Es distinto.

-¿Por qué? ¿Por qué tú estuviste 3 años? ¿Por qué ustedes tuvieron que luchar por su amor? El amor no se mide en tiempo Dan, entiende eso.

-Lo siento solo que-suspiré-no sé qué hacer.

-Dan no hagas nada, la respuesta llegará a ti, solo deja de pensarlo, siéntelo.

-¿Cómo?-estaba apoyada en el pecho de David mientras el acariciaba mi cabello.

-Siéntelo en tus manos, en tos dedos, en tus pies, en tu corazón, así como sientes el mío ahora, siente a donde te dice que vayas y sal corriendo a buscarlo.

-Gracias-le dije abrazándolo más fuerte.

-Dan, cuando todo esto pase y te vea sonreír de nuevo, ahí debes agradecerme, hasta mientras puedes comprar mis consejos con comida.

-¿David?

-¿Si?

-Ya no te quiero tanto-carcajeó y podía sentir los movimientos de su vientre, lo que me hizo levantarme-vamos por unas empanadas de queso de esas que amas tanto.

-Por supuesto que sí.

Cuando volvimos al partido los chicos iban ganando 3-0 y terminaron haciéndolo 5-0 salimos de ahí y la mamá de David ofreció acompañarme hasta mi casa, no podía decirle que no, llegamos y nos despedimos los 3 entré y le conté a papá el partido, a él le emocionaba mucho escuchar esto.

-Y mañana juego yo.

-¡Excelente! Iré a verte-me dijo emocionado.

-¿En serio?

-Claro que iré.

-¿A dónde irás?-mamá entró a la cocina.

-Mañana juego en el colegio.

-Eso es genial, yo también puedo ir.

-¡Eso estaría increíble! ¡Vamos todos!-les dije emocionada.

-Por supuesto.

-Los amo, me voy a descansar.

Fui a mi habitación y después de otro largo día creí poder descansar, pero aunque mi cuerpo estaba cansado mi mente aun no lo estaba, volví al que ahora parecía convertirse en mi lugar favorito para dormir, junto a la ventana, como siempre, esperando ¿esperando que? Aun no lo sé, en cuanto llegue lo sabré.

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora