Oliver

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Cuando había recibido esta llamada esperaba que me dijera simplemente que ya no quería verme más, pero el hecho de que quiera verme me daba algo de esperanza, tal vez era más delicado, tal vez me quiere decir que si, pero con muchas condiciones, o le da un poco de miedo y quiere ver que prometa que la cuidaré, no tengo problema con eso, ella podría pedirme la luna y la traería arrastras.

-Te perdimos con ese llamado-Ximena sonreía coqueta con un bolígrafo en los labios.

-No es nada-la miré de nuevo y después a sus libros, la biblioteca estaba casi vacía, solo los 2 y un grupo de chicos más allá con sus teléfonos.

-Parecía ser algo...pero si tu lo dices, sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa-Ximena tomó mi mano y no dejaba de mirarme a los ojos, levanté la mano fingiendo que arreglaría mis risos para salir de esa incómoda situación.

Y sin prestar atención a lo que dijo siguió haciendo sus deberes frente a la computadora, esa llamada ya no me dejaba concentrarme como antes, Dan podía provocar que cada centímetro de mi piel se erizara, era una niña, y a diferencia de otras mujeres en las que había tenido interés o con las que había estado le faltaba crecer, pero a pesar de eso era tan madura, un perfecto equilibrio entre niña y mujer, cuando llegué a este país no esperaba encontrar a alguien así, simplemente no esperaba encontrar a nadie, parecía que después de todo fue una gran decisión venir, y no sería una mala idea quedarme en esta ciudad, a pesar de la resiente oferta que tuve del intercambio, no sabia que hacer, tal vez con lo que hable con Dan mañana me ayude a aclarar lo que quiero hacer. ¿Dejaría pasar esa oportunidad por ella? No lo sé, tal vez lo resuelva mañana.

La ultima vez que la vi lloraba, no sé por qué, estaba caminando a su casa con audífonos y parecía concentrarse en lo que escuchaba, pero yo lo sabía, estaba tragando cada una de sus lágrimas, no quería que nadie vea su sufrimiento, pero yo podía sentirlo, quise acercarme, pero temía que no le agradara, no quería interrumpir su camino.

- ¿Estás? -Nando me habló en el bus camino al trabajo.

-Si dime.

-Dime tu, te perdimos.

-Para nada-le dije mirando al frente para que no note que efectivamente no tenía idea de lo que hacía.

-Bueno, espero que te encuentres.

- ¿Qué me encuentre a quién?

-Ves lo que digo, no eres el mismo desde que Dan nos dejó-era cierto, no había sido lo mismo sin ella.

-No es para tanto.

- No se si su ausencia en el trabajo te afecta más que su presencia justo aquí-apuntó mi pecho y lo cubrí de inmediato.

- ¿Tan obvio soy?

-Tan obvios fueron ambos, pero las cosas no son fáciles.

-Creo que no debí acercarme a ella así.

- ¿Sabes? Nadie elije de quien va a enamorarse, ni siquiera lo notamos hasta que ya es tarde. Pero de algo estoy seguro, toda lucha por amor vale las heridas de guerra.

-No sé si esta vez sea así, no creo poder soportarlo.

-Yo estoy seguro que si, además vi como la miras, y como te ve ella a ti, no sé cómo terminen las cosas, pero estoy seguro de que Dan resolverá todo en su corazón y hará lo que sea mejor para ambos.

- ¿Realmente lo crees?

-No lo creo, estoy seguro.

-Voy a tener que confiar en ti.

-Confía mejor en lo que te diga tu corazón, el sabe más que yo.

Me quedé pensando, Nando tenía razón, no podía hacer nada, yo ya le había entregado mi corazón entero a Dan, quiera o no era su decisión ahora, odiaba esto, el tener que esperar y que alguien más tenga en sus manos algo tan importante, algo tan mío, mi corazón.

Fue una noche larga, pero al fin dormiré, creo, nunca vi el amanecer si no era estudiando, ahora parecía que un solo nombre podía tenerme despierto lo suficiente para hacerlo. ¿Será nuestro inminente final o nuestro felices para siempre?

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora