Día 13

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Casi sin ganas me levanté por la mañana ni bien lo hice sentí un vacío profundo en el centro de mi pecho y un ardor en los ojos. Escuchaba toda la bulla de la calle, la música de mamá y los gritos de Santy, otro día más, otro pedazo de mi corazón que se iba.

Seguí mi rutina de la mañana con la sonrisa más falsa, dejé que llevaran a Santy hoy y caminé sola hasta el colegio, seguí la mañana como si nada pasara, no pude engañar a nadie pero todos fingíamos que era así. Ellos fingían que me creían, y yo fingía que no me daba cuenta que no me creían, algunas lágrimas salieron a la hora del recreo pero no podía hablar.

Salí del colegio pero esta vez no iría a casa. Tomé un bus, realmente no lo pensaba tenía audífonos en los oídos con música a todo volumen. Cuando llegué a su facultad se acabaron mis ideas, no tenía idea donde era su curso, solo sabía que debía venir en algún momento que tenía una clase hasta las 4:00 y era a penas la 1:00 me senté en la puerta a esperar que pase pero no lo hizo, con el miedo de no haberlo visto decidí quedarme a esperar que salga.

Me acomodé a hacer mi tarea, la terminé, Me puse a jugar con el teléfono, lo dejé para no quedarme sin batería. Pedí folletos para leer, luego los hice aviones. Competí por ver el folleto de que carrera caía en el basurero, ganó ingeniería industrial, pero todos le siguieron. Me apoyé en el espaldar. Me dormí.

-Dan, Dan-alguien movió mi brazo y me levanté de golpe.

-¿Rich?-Ricardo me movía preocupado.

-¿Qué haces aquí?

-Necesito hablar con él-mis ojos se humedecieron de nuevo.

-No es el momento...

-Por favor...-me quebré de nuevo y solo me abrazó.

-No puedo ayudarte, de cualquier forma ya se fue-el saber que estuvimos tan cerca y por quedarme dormida no lo vi me rompió el corazón.

-No entiendo que está pasando...yo, yo lo amo, no sé por qué no entiende que soy totalmente suya.

-Dan, no está bien, nunca lo vi así pero lo siento, solo creo que ambos deben distanciarse, no es bueno para ninguno.

-¿Qué no es bueno? Solo es una pelea podemos arreglarlo, nosotros podemos...

-Dan, vete a casa-besó mi frente y tomó mi mochila sin dejarme terminar de hablar.

Seguí quebrada pero no me permitía llorar, salí de ahí y me fui a casa llegué y no había nadie, entré a mi habitación y me senté en la ventana lo que me pareció una eternidad hasta que oscureció, salí al trabajo con los audífonos puestos pero sin escuchar nada. Llegué y me senté con Nando no le dije mucho seguía fingiendo estar bien hasta que Oliver llegó todos le preguntaron cómo estaba y lo rodearon para verlo, yo estaba sentada en la grada, no quitó los ojos de mi hasta que me levanté para subir al bus.

Nadie dejó que Oliver moviera un dedo mientras movíamos la tubería hasta su lugar, al irnos intenté poder seguir sin hablar pero al salir vi a Oliver, su ojo estaba morado verdoso y tenía toda la cara magullada.

-¿Cómo te sientes?- le dije intentando acercarme un poco más.

-Mejor que tú creo-sonrió de lado mientras me miraba a los ojos esperando que siga hablando, pero no lo hice-te falta descansar...

-Sé exactamente lo que me falta y no es descansar...-le devolví la sonrisa y me fui.

-Dan...-escuché que intentaba hablarme pero me puse los audífonos, fingí no hacerlo y seguí mi camino.

Llegué a casa cansada, le mandé el milésimo mensaje a Nacho y me quedé en la ventana, me cubrí con una colcha viendo si llegaba, esperando que me responda, o al menos sienta donde quiera que esté que lo amo, que nunca voy a dejar de hacerlo, y que quería quitarme este dolor con un abrazo suyo. 

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora