Día 26 Parte 1

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Por suerte hoy no tenía clases, pero alguien no le avisó eso a la radio de mamá.

Hoy si tengo clases, rayos.

Me levanté de la cama a empezar la rutina de siempre, fui al baño y cuando volví de la ducha una corriente de aire me dio escalofríos, entonces reaccioné ¿Cómo llegué a mi cama? Mi corazón me dio un vuelco, Nacho. Tal vez él estuvo aquí pero no tenía como saberlo-

-Buen día-les dije a todos en la cocina.

-Buen día.

-¿Papá tú me llevaste a la cama anoche?

-No ¿Por qué?-no podía decirles mis sospechas.

-Nada, solo no recuerdo como llegué ahí hoy.

-Bien, que tengan un excelente día-papá nos besó en la frente a mi mamá y a mí y salió.

-Espera voy contigo-salí corriendo detrás de él para que nos llevara al colegio, me sentí fatal toda la mañana, mi cabeza iba a explotar.

-Claro corre.

-Hija no te irás sin desayunar-saqué dos panes y puse el jugo en una botella y salí.

-¡Te amo mamá!

-Vas a hacer que nos mate a ambos-papá me habló en el auto.

-Es probable-le dije antes de que arrancara.

Llegamos y salí directamente a ver el cronograma de partidos, los chicos jugaban esta noche y nosotras mañana, recordé cuando hablamos de esto, como lo pensé el partido siguiente era mucho más sencillo que el que tuvimos la semana pasada.

-¿No estas muy pensativa para un partido tan sencillo?-David habló detrás mío.

-Se llama destrucción psicológica del enemigo, y no te vendría mal hacerlo también.

-¿A mí por qué?

-¿No estás en la nómina como suplente?

-No, los chicos están completos.

-Hablaba del de chicas.

-Voy a matarte-corrí antes de que reaccione.

-¡Ámame no me mates!-le dije ni bien me alcanzó

-Ambos sabemos que puedo hacer ambos-me sostuvo de las manos y me mordió el hombro.

-¡Salvaje!

-Gracias-me dijo orgulloso-¿estás mejor?

-Claro-le dije para que creyera que ya no había que hablarlo.

-Igual vamos a hablarlo.

-Claro que no-le dije mientras íbamos donde estaban los de mi curso.

Por suerte las primeras horas pasaron rápido y ya era hora de educación física, como siempre el profesor nos explotó la primera hora y después nos dio la cancha.

-¡Chicos primero!-gritaron llevándose el balón.

-No es justo, también queremos jugar-Alejandra habló por todas.

-Lo siento, esta noche jugamos-Orlando se puso a la cabeza.

-Nosotras mañana, y no tendremos tiempo de entrenar.

-¿Que dices? ¿No te escucho?-dijo Orlando mientras salía corriendo con los chicos a la cancha y las chicas detrás de ellos.

-¿No piensas apoyar a tu equipo?-dijo Harold apoyándose en mi hombro como solía hacerlo.

-En realidad no, estoy segura que ellos ganarán.

-Tienes toda la razón.

-¿Vamos?

-Ok-fuimos donde se sentaban normalmente a los que no les interesaba ningún deporte, a las gradas a esperar la hora, Harold y un par de chicos más contaban lo emocionante que fue su maratón del fin de semana hasta que tocó la campana, volvimos al curso y después por fin el recreo.

A Harold le tocaba comprar y se quedó estancado en la fila de la tienda.

-¿Entonces? ¿Tu fin de semana?-le dije a David que bostezaba a mi lado.

-Nada interesante.

-Entonces solo olvidaste dormir y ya-David se reía.

-Creo que sí, anoche tuve insomnio.

-¿Tú cómo estás? Estuviste muy triste últimamente y por tu cara algo no está bien.

-Nacho sabe lo de Oliver-David me miró extrañado- realmente no pasó nada, en serio, un casi beso pero reaccioné a tiempo y ya, pero estoy sintiendo cosas, cosas raras.

-¿Cosas cómo?

-Como cosas, y Nacho lo sabe, ahora tengo que elegir, si quiero seguir con él.

-Pero eso es sencillo ¿no?

-Yo también lo pensaba, pero por alguna razón me está costando bastante.

-Mira Dan...

-Listo, 3 sándwiches de queso, los siento Dan no conseguí kétchup extra.

-No hay problema-salimos del espacio de la tienda para comer y cuando le di un mordisco al sándwich, mi cuerpo lo rechazó y lo vomité en un basurero, los chicos me miraron congelados.

-No es tan feo sin kétchup-Harold habló y David no pudo evitar reírse.

-Ahora vengo-les dije camino al baño, entré y me mojé la cabeza y la cara antes de salir.

-¿Estás bien?-David y Harold me esperaban afuera.

-Sí, solo que creo que el sol me hizo mal, es todo.

-¿Quieres mi sándwich?-Harold me ofreció su sándwich medio mordido pero realmente no podía ni olerlo.

-No gracias-tocó la campana y volvimos a los cursos, a la salida David quería hablar conmigo pero su mamá pasó por el colegio y decidió recogerlo. Yo me fui a casa.

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora