Día 4

118 27 0
                                    

Me levanté temprano, no sé porque, nunca lo hago pero hoy por desgracia si lo hice, me sentía fatal, y no voy a mentir, tenía la total intención de fingir un colapso nervioso, para no ir a clases, pero no podía hacer eso, no después de quedar tan mal con el golpazo que le di al enano cabeza de hongo, bueno no es que su cabeza parezca un hongo, pero era un enano.
Como pude agarré mi pequeño cuerpo y me levanté, sin ninguna intención de existir estiré mis músculos y me vestí, tomé un jugo de frutas con leche y alisté mi bolso, estaba cansada, me dolía todo el cuerpo y estaba con bastantes ganas de matar a la primera persona que viera.
Entré a mi cuarto para sacar mis llaves y me llevé un susto de muerte al verlo.
-Buen día sirenita...-Nacho mi estúpido adorable novio estaba sentado en mi cama.
-¿Sabes que puedes usar la puerta verdad?
-Es más divertido así-se levantó me tomó de la cintura y me dio un beso corto-¿no crees que es más romántico?
No puedo decirle que no, la verdad era muy romántico.
-¿Solo viniste a probar lo Shakespeare que llevas dentro?
-Vine a escoltarte al colegio-tomó mi brazo y lo enlazó al suyo, es tan tierno, me encantaba estar a su lado, realmente me sentía muy cómoda.
Salimos de casa y subimos a su moto, en un día lunes todas las chicas usan falda, pero yo no, yo uso mi sensual pantalón formal ¿por qué? Bueno ¿alguna vez intentaron subir a una moto con falda? No es ni bonito, ni divertido, es bastante vergonzoso, Nacho tenía a veces la locura de esperarme para llevarme o recogerme del colegio, y no faltó la vez que tuvo que dejar su moto para caminar junto a su novia la de la falda, nunca le molestaba pero a mi si, era incomodo arruinar sus planes románticos, por una falda.
Llegué al colegio y nos despedimos, prometió encargarse del almuerzo no sé qué tenga en mente pero no es el mismo desde el viernes, algo se trae, o tal vez soy yo, cuando conocí a Oliver algo en mi cambió, no sé qué. Pero tengo un sentimiento extraño por él, como si hubiera sido parte de mi vida pasada.
-¿Qué acaso te torturaron y te quitaron la lengua?-dijo David.
-Y las ganas de vivir...-complementó Harold.
No había notado lo que pasaba a mí alrededor, ya estaba en mi curso, sentada en mi lugar e incluso tenía un cuaderno en mi mano.
-Para nada, pero si es cansador, mucho.
Harold se dio por satisfecho con la respuesta y se fue a otra parte del curso, estábamos sin profesor, como siempre llegaría tarde.
-A mí no me engañas, te conozco mejor de lo que tú misma te conoces, algo interesante pasó este fin de semana y no quieres decirlo.
Lo miré extrañada, no sé realmente si fue por la respuesta que me dio o porque no estaba consciente de que algo realmente interesante estaba pasando, ¿acaso Oliver era un verdadero cambio?
-Al parecer no me equivoco, ¿es un chico?
-No digas tonterías, tú sabes que yo estoy con Nacho y...
-Y es justamente lo que no te deja admitir lo que sientes.
-No seas absurdo, no siento nada por nadie más.
-¿Segura?
Bueno, sí, claro, no, no siento nada, pensar en eso me confundía. ¿Pero que me está pasando? que aparezca un tonto con bonito acento no me hará cambiar, sus ideas retrogradas y sin sentido me molestaron, no quiero saber de él.
Llegó el recreo y como siempre nos encontramos con David y Harold, estábamos comiendo papas, extrañamente hoy no hicimos nada loco, estaba muy cansada, y no tenía ganas de incentivarlo.
-Y dinos ¿Qué tal la tortura?-Harold me lanzó un pedazo de papa.
-No fue tan grave, o eso pensaba, no lo sé estoy muy cansada, eso sí.
-¿Qué dijeron tus padres?-David, algún día tendrá que ser menos responsable.
-Bueno mis padres están en un hermoso viaje en este momento con el enano y yo me la pierdo-viendo que eso no era suficiente respuesta para David continué-casi me matan, me castigaron haciéndome perder un hermoso viaje que dieron a papá en su trabajo toda esta semana, debo darme por muy castigada después de eso.
-Y Nacho ¿lo sabe?-Harold interfirió.
-Claro que lo sabe, me castigaron por un mes es difícil escondérselo.
-No eso, lo de tus padres.
-A eso también lo sabe, estamos mucho tiempo juntos, como hace mucho tiempo, cuando estaba acá y podía verlo todas las mañanas.
-Eso es estupendo, Dan, ¡disfrútenlo!-Harold se levantó y se fue con unos chicos con los que compartí el amor por un juego llamado "Call of Duty" un juego sobre la segunda guerra mundial que lo adhirió a su computadora casi un mes entero.
-Y bueno, ahora dime, ¿Quién es ese chico misterioso?
-No hay ningún chico, conocí a varios este fin de semana, ¿quieres que te hable de todos? Bueno puede que me tarde...
-A mí no me engañas-David era una persona muy astuta, aunque no lo pareciera.
-Bueno, si conocí un chico, me confunde un poco, no parece ser del país tiene un acento Español ¿entiendes? "todash shush eshes son muy marcadash" pero no sé, al principio sentía que realmente me gustaría pero ayer se portó como un verdadero idiota, no quisiera verlo nunca más por el resto de...no sé LA VIDA.
-Primero, sabía que no podrías ocultármelo mucho tiempo, la verdad esperaba que lo dijeras mañana o tal vez el miércoles, realmente necesitabas sacarlo, y por el tiempo que pasas con Nacho no creo que hayas tenido el suficiente tiempo para pensarlo.
-Pero no quiero pensar en él, te lo dije, al principio...
-Mira, si lo conocieras de por lo menos un mes puedes decir "al principio y después" sigue siendo solo el inicio y si realmente se portó como lo dices, no vale la pena ni ahora ni nunca, y no te dije que piense en él, sino en lo que realmente sientes por Nacho.
-¿De qué hablas?
-Nadie puede entrar a un lugar donde ya está alguien más, y menos si se trata del corazón.
-Él no está entrando a ningún lugar yo solo dije que me llamó la atención.
-Dan, hubieron chicos que te regalaban hasta las estrellas del cielo, eran tiernos y galantes, pero tú siempre quisiste más a Nacho, nunca te "atrajeron" otros chicos.
-Bueno tal vez solo es el acento...
-Pues piénsalo bien, no es muy bonito verte confundida, no lo has estado desde que quisiste cambiar tus planes de quedarte acá a estudiar cómo te lo pedían tus padres o ir detrás de tus sueños a Barcelona y no creo que este chico haya sido elegido para ti ¿verdad?
-No lo creo, existe un límite para todo, y mis papás no pasarían por esa delgada línea entre una carrera y un marido, simplemente no lo pueden elegir para mí.
-Espero que sea así, no soy bueno con los concejos pero te aseguro que el amor puede o no quedarse para siempre, eso lo deciden ambos corazones.
-¿Quién eres tú y donde dejaste a mi amigo?
-Soy solo yo...-se reía de mí.
-No, mi amigo David solo me diría que deje a ambos y juegue "Resident Evil" con él, este muchacho que tengo acá se comió a Pablo Coelho.
-Solo quiero lo mejor para ti, eres mi mejor amiga y te quiero.
-¡YUJ! ¡Retráctate!
-Está bien, está bien, me retracto, pero tú también lo sientes no lo puedes negar.
-No, no lo puedo negar, pero tampoco lo diré-le guiñé el ojo y me levanté-buen don Coelho, vamos a clase.
La clase no duró mucho, o así lo sentí, salí corriendo, Nacho me esperaba en su moto, las chicas se le quedaban viendo, en especial las que aún no sabían que era mi novio. Aléjense señoritas él es mío.
-Hola chiquita-me tomó por la cintura, como siempre lo hacía, y me besó con la misma fuerza de siempre, parecía emocionado.
-Hola tú.
-Sabes, creo que no podremos estar juntos al año.
Me tomó por sorpresa y me rompí por dentro.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Porque no será divertido, no tendré una novia colegiala-lo golpeé en el hombro al sentir mi temperatura normal volver.
-Eres un tonto-lo sé, lo quiero demasiado para insultarlo como se debe, además no fue un mal chiste.
-Vamos.
Condujo como loco, como lo hace normalmente, esta vez no sé a dónde nos dirigíamos solo lo abracé tan fuerte como pude y le pedí que condujera con calma, poco a poco fui viendo las casas y avenidas alejarse, entramos a una zona de vegetación abundante, muy pocas casas estaban a nuestro alrededor, y todas llenas de plantaciones de maíz, me encantaban sus sorpresas y al parecer esta era otra.
Paró la moto frente a una casa que parecía deshabitada, sacó un par de llaves y la abrió, entramos en silencio, era un comedor bastante amplio, estaba cubierto por sabanas de colores, dejé mis cosas en silencio, muchas veces ya había arruinado sus sorpresas, no volvería a pasar.
Tomó mi mano y me llevó a la parte de atrás donde había un jardín, estaba cubierto de rosas, aunque no era mi flor favorita eran todas preciosas.
Trajo una manta y una canasta, espero que haya comida ahí porque tenía muchísima hambre.
Comimos hablando de tonterías, estaba segura que lo que tenía en el plato era comprado, Nacho era un chico especial, pero la cocina y él, no, no encajaban.
-¿Y qué te pareció?
-Todo estaba delicioso de donde...
-No eso, ¿la casa?
-Es preciosa, es acogedora, tranquila, está alejada del ruido de la ciudad, creo que es simplemente perfecta.
-Me encanta, y mira-me tomó de la mano me levanté de golpe y lo seguí, en la parte de atrás de la casa estaba una pequeña cabaña cerrada y en el interior una piscina, tal vez de unos veinte metros.
-Estoy sorprendida, es más grande de lo que parece.
-Bueno pues ¡al agua!-me levantó y pegué un pequeño pero muy agudo grito, se reía a carcajadas de mí, volvió a ponerme en el piso y sin soltarme me besó, fue uno de esos besos deliciosos en los que la alegría y el amor se juntan formando una acción significativa, un beso, una de las formas que tomamos para decirnos que nos amamos sin decirlo realmente, no importaba nada en este momento, como siempre que estaba con él. Podríamos tener mil problemas incluso hablarlos juntos, pero nunca interferían, todo era poco a lado de lo que sentíamos.
El resto de la tarde se nos pasó volando, entre conversaciones sin sentido, bromas y besos, era todo lo que necesitábamos, y lo más divertido era que no importaba el tiempo que pasábamos juntos, largo o corto, siempre había algo más que compartir.
Me dejó en casa, me alisté para el trabajo comunitario, y como una bomba cayó de nuevo el recuerdo de Oliver, ese insensible, con actitud retrograda, tendría que dejar de pensarlo, es un tipo tan pesado.
Cuando llegué no había nadie, después de cinco minutos estábamos todos, subimos al bus a los asientos de siempre, esta vez Oliver solo se acercó a saludar, no sé si solo yo sentía el silencio alrededor o realmente nadie estaba hablando.
Llegamos y nos pusimos los uniformes, esta vez Nando se ofreció a ayudarme, caminamos  un poco más para seguir abriendo el espacio para las tuberías, cavamos y los chicos llevaban las carretillas llenas de tierra, quien sabe a dónde, nunca los había acompañado, me pareció una eternidad hasta que por fin nos fuimos.
Subimos al bus y en medio camino Oliver se sentó a mi lado.
-Mira, yo quería ver si tu...
-¿Quieres saber si estoy molesta? Pues lo estoy y mucho.
-Lo he notado, quería pediros disculpas-giré a verlo sorprendida-ahora se lo mucho que usted debe ser presionada en casa, y ese debe ser el motivo...
-Mira, no hablaré de mi familia con un perfecto desconocido, y para apoyo psicológico estaba el mismo psicólogo de colegio, si crees que lo necesito libérame de este castigo y derívame a su consultorio.
-Yo solo quiero que compartáis algo de vuestra vida para...
-¿Para qué? Mira si quieres un concejo, deja de ser tan entrometido e intenta ser nuestro amigo, lo menos que necesitamos todos ahora es una persona más que nos diga que es lo que debemos o no hacer.
-Lo siento, solo quiero ayudaros.
-Pues lo estás haciendo todo muy mal.
-Podrías explicarme-tuvo el atrevimiento de poner su mano sobre la mía, la cual se encontraba sobre mi pierna, la levanté de golpe al sentir su tacto y me levante.
-¿Cómo te atreves? Pensé que era un idiota, pero nunca pensé que fueras un maldito enfermo.
Bueno, sé que no actué bien, pero su tacto me puso nerviosa, fue como sentir la mano de las responsabilidades que tenían mis padres para mí, además de ponerme bastante nerviosa, y por si fuera poco sentía que había traicionado a Nacho, lo sé, eso es ridículo, pero así sentía, todo sobre mí.
Todos giraron a vernos, estaba furiosa me paré sobre el asiento y me pasé al de adelante, Oliver no se movió hasta que el bus paró y salió primero como siempre.
-¿Qué fue lo que pasó ahí adentro?-Nando me interfirió cuando iba a casa.
-Ese idiota me tocó, y me proponía una cita, tengo novio, lo amo, y él es un idiota.
-Siento que actuaste un poco, mal, no lo mal intérpretes, no te juzgo pero, eres bastante atractiva, es normal que un chico que se la ha pasado la vida entera sin estar con una chica a la cual amar, quiera intentar algo.
-Pues a mí no me importa ni él ni su poca actividad romántica, y si me disculpas ya debería estar en casa.
Corrí a casa, me sentía tan molesta que necesitaba dejarlo atrás, llegué y encontré a mi tía dormir con la ropa de trabajo sobre la cama de mis padres, la tapé y me fui a la cama, estaba aún más molesta, tanto que olvidé decirle a Nacho que ya había llegado, y en el momento preciso, tomé mi celular y entraba una llamada suya.
-Justamente iba a llamarte-intenté relajarme para que no sospeche que realmente me importaba lo que pasara con Oliver.
-Claro... ¿Me crees tonto?
-Sí, ¿Por qué lo dices?
-Sé que lo olvidaste, como siempre, peor aún con lo cansada que debes llegar por culpa de esos vándalos.
-Realmente estoy muy cansada-no mentía, pero en realidad estaba muy cansa, pero de Oliver.
-¿Nos vemos mañana entonces?
-Por supuesto, pero por favor, procura usar la puerta.
-Eso no está a discusión, descansa.
-Adiós.
Colgué y me fui a la cama, estaba agotada, otro largo día acababa de terminar.

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora