Día 22

85 20 0
                                    


Fingir estar bien nunca fue mi especialidad, y más aún cuando se trataba de dormir sentada frente a una ventana toda la noche, recordé cuando Nacho vino y me llevó a la cama, esta vez no fue así, algo había cambiado y no podía culparlo, todo esto era mi culpa.

Intenté fingir la rutina de cada mañana esperando que no noten la hinchazón de mis ojos. Salí pero no fui directamente al colegio, me senté en la banca de una plaza esperando a que la hora pasara, llegar tarde y perder la primera materia.

Llegué y como esperaba el regente me mandó a la biblioteca a esperar como todos los que llegaban tarde, saqué un libro como si fuera a leerlo y me quedé sentada esperando.

Finalmente entré a mi curso, el partido de ayer todavía era tema de conversación, las chicas estaban emocionadas, el equipo de los chicos jugaba el martes, parecía un partido fácil pero obviamente no se confiarían.

-¿Dónde te fuiste ayer? Te perdiste la cena-Ale vino a interrogarme.

-Sí, lo siento, me surgió algo.

-Bueno, la próxima semana no te escapas.

-¿Te surgió algo?-David estaba a mi lado.

-Me surgió algo-le dije sin verlo

-Y ¿vamos a hablar de ese algo?-lo miré sin saber que responder.

-David, hay veces en las que ese algo es solo mío-sentía que mis ojos se cristalizaban y tragué en seco.

-Como tú digas-quisiera creer que me creyó, ambos sabíamos que no era el momento de hablarlo y que terminaría haciéndolo, pero en este momento no, en este momento intentaba ser fuerte y lo iba a ser.

En el recreo seguí mi rutina de siempre, David y Harold hablaban a mi alrededor intentando incluirme, pero ninguno esperaba que interfiriera sabían que solo necesitaba eso, tenerlos conmigo sin preguntas y sin palabras, la amistad no es solo tener mucho de que hablar, si no también saber cuándo debes callar.

La mañana terminó en un instante, cuando reaccioné ya estaba en mi habitación, acostada en mi sillón puf viendo el techo, realmente no sé qué me dolía, no sabía que sentía, no sabía absolutamente nada, solo repasaba todo lo que pasó cambiando las cosas, como si pensándolo muchas veces lograría cambiar algo, lo que sea.

Ya era hora de salir a trabajar y no tenía el valor de hacerlo, me alisté pero me quedé con la cabeza pegada a la puerta sin poder abrirla para salir, conseguí el valor y fui a la plaza de siempre, estaba llegando un poco tarde y ni bien subí al bus partimos, Oliver me vio subir y pasé delante suyo sin verlo. Me senté con Manuel y le pedí que me contara todo lo que pasaba con su mamá, me sentía mal de usarlo pero quería distraerme un poco y lo más importante, tener a Oliver lejos.

Cuando llegamos nos alistamos mientras hacía lo posible para estar siempre acompañada y que Oliver no se acercara, pero nada se lo impidió.

-Dan...

-No-lo detuve y levanté la mano para detenerlo-nada, Oliver no es el momento.

Por primera vez creo que Oliver entendió que no podía hablar. Ximena y el trabajaron como siempre y yo me entretuve removiendo tierra, lo hice toda la noche hasta que volvimos, ni bien llegamos salí del bus y me fui a toda velocidad.

-¿Cuántas veces vamos a hacer esto?-Oliver apareció delante mío jadeante.

-No lo hagas.

-Dan, lo siento mucho ayer...

-Ayer nada-solo recordarlo me rompía el corazón de nuevo.

-Si lo que siento te molesta voy a alejarme de ti, lo prometo.

-Ese no es el problema.

-¿Cuál es entonces?

Ahí estaba, era el momento, tenía que sacarlo y confesarlo, por primera vez tenía que admitir ante él y lo más importante ante mi lo que sentía.

-Lo que yo siento-mis lágrimas empezaron a caer.

-¿Tú? ¿Quieres decirme que tú?

-Sí, Oliver, yo estaba celosa de Ximena, yo estaba molesta cuando sentía que no notabas mi presencia, yo estoy sintiendo algo que no puedo explicarlo.

-Jen-intentó abrazarme y di un paso atrás.

-No es todo, Oliver-miré mis manos que no podía dejar de mover mientras hablaba-todavía amo a Nacho.

-¿Cómo?

-No lo sé, no lo entiendo, nunca pensé que esto podría pasarme.

-Te entiendo, creo que es difícil diferenciar lo que sientes por nosotros.

-Realmente es difícil-ya no pude detener mis lágrimas.

-Lo que menos quiero en esta vida es verte así-levantó mi carada tomando mi quijada-pero creo que si realmente lo amaras yo no sería un problema.

-Estoy muy confundida, Oliver, no sé qué hacer.

-Tomar las riendas sería un gran primer paso.

-¿Cómo?

-Tomate tu tiempo y aclara lo que sientes, piensa si quieres seguir con un viejo amor o dar paso a una nueva aventura, de cualquier forma yo estaré aquí esperándote.

-¿Elegir?

-En algún momento tienes que hacerlo.

-Creo que sí-miré de nuevo el piso y respiré profundo.

-Me tengo que ir-hice ademán de empezar a caminar.

-Yo te...

-Por favor, quiero estar sola-lo interrumpí y me alejé.

Llegué a casa y entré a mi habitación el día fue un suspiro, me senté de nuevo en la ventana, buscando una respuesta, quisiera saber dónde estaba Nacho, que estaba haciendo, como se sentía, Estés donde estés espero que puedas escucharme decir esto. Lo siento.


**Sigue esta bella historia en sus redes sociales en instagram como @si_te_elijo

y la página en Facebook "Si Te Elijo" gracias por todo**

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora