Día 24

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Sentí un movimiento y me levanté de golpe, cuando lo hice me di cuenta que estaba en la cama de mis papás, ambos miraban hacia fuera de la cama y yo tenía sus espaldas como dos muros, por un momento me puse a pensar en cómo se volvían en uno inmensos escudos que me protegerías de todo lo malo que estaba afuera. Pero ¿quién me protege de lo que está adentro? Con el mayor cuidado posible me arrastré y salí por debajo de la cama, fui a mi habitación y un viento frío pasó por mi espalda, giré y la ventana estaba abierta, mi corazón latía a mil por hora al pensar que Nacho pudo estar aquí. Fui a la ventana y miré alrededor, si en algún momento vino ya no está.

Me cambie de ropa y me acosté, quise dormir pero por alguna razón no lograba hacerlo estaba muy alerta, tenía la esperanza de que Nacho vuelva, al final me fui a sentar a la ventana de nuevo, solo esperando que vuelva a venir, tal vez solo tal vez, verlo de nuevo me ayudaría a decidir.

-Acomódala ahí-escuché a mamá hablando mientras reaccionaba, estaba en los brazos de papá y me acostaba en mi cama.

-¿Qué pasa aquí?

-Nada, sigue descansando-mamá me hablaba mientras me tapó con las sabanas, le hice caso.

El olor a comida me despertó, estrujé mi cara y vi a mí alrededor mientras intentaba terminar de volver en mí. Al hacerlo tomé mi teléfono que estaba entre las colchas, eran las 12:25, había dormido toda la mañana, me levanté para ir al baño y no encontré a nadie en el camino, cuando volví tampoco, no era la mejor compañía ahora así que no molestaría a nadie, entré de nuevo a mi habitación y me quedé ahí durante un largo rato hasta que alguien entró.

-Buen día dormilona-era mi papá.

-Buen día-le dije sonriendo.

-¿Cómo te sientes hoy?

-Muy bien-le dije sentándome.

-¿Quieres hablar de algo?

-No realmente-le dije negando con la cabeza.

-¿Qué tan segura estás?-me dijo dudoso.

-Uno 80%-le dije.

-Solo por el otro 20%, ¿vamos a comer algo? Muero de hambre.

-Está bien-le respondí saliendo de la cama, papá me abrazó y salimos así a la cocina, al entrar mamá palideció, vio a papá y el intentó disimular que negaba con la cabeza, mi mamá entendió.

-Buen día cariño ¿comemos?-si en algo no era buena mi madre era fingiendo.

-Por favor-solo dije eso hasta que sirvió la comida, Santy no dejaba de hablar mientras yo me centré en comer, mi mamá me miraba de reojo entre cada bocado, terminamos de comer y salí de la cocina, entré de nuevo a mi habitación, a mi cama y a llorar, solo llorar, intentaba taparme la boca para que no se escuchara pero creo que no podía engañar a nadie. Llegada la noche mis lágrimas se habían secado, mis ojos se cansaron de llorar y mi cuerpo casi no lo resistía, me tapé con una colcha y volví a la ventana, solo miré las estrellas un par de horas más antes de quedarme profundamente dormida de nuevo.

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