Dia 6 Parte 2

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- ¿Qué pasa? -Nacho me interrumpió.

-Nada solo pensaba en algo que pasó...-me bloqueé completamente y no podía sacar a Oliver de mi mente.

-Bueno ese algo, que salga de tu mente, sea lo que sea.

De inmediato me di cuenta que él pensaba que lo que me tenía así era mi idea de hablar de sentimientos. Pero ¿con que cara podría decirle ahora que lo...bueno, que siento eso si tenía a otro chico en la mente?

-No te preocupes ya saldrá- fue lo único que se me ocurría responder.

-Chiquita sé que te prometí que saldríamos mañana pero no creo que sea posible, tenemos un examen muy complicado el viernes y estudiaremos con los chicos.

-No hay problema acaricié su rostro, ese hermoso rostro para mi tan perfecto que me fascinaba admirar- ¿quieres comer algo?

-Me encantaría, de ti princesa todo sabe mejor, pero, acabamos de comer.

Era cierto tenía la mente totalmente perdida, no sabía que responder y al parecer él lo sabía.

-Ven acá- fue lo único que me dijo antes de tomarme de la cintura y ponerme en sus piernas como un bebé.

A veces seguro que pensaba que era uno, me lo cantaba bajo, teníamos tantas canciones juntos, cualquiera que fuera me encantaría, aunque no la conozca. Pero no era así canto "Be here" de "Parachute"

Esa canción tocaba muchas fibras delgadas dentro mío, quería correr, mi vida fue siempre correr, escapar, perderme y encontrarme. Y él estuvo siempre conmigo, conociendo todas mis facetas, y enamorándolas una a una, ya debía crecer, era el momento, ya no tenía que ser la bebé que debe ser protegida, siempre lo supe y por más que intente llevarme el mundo por delante y causar temor en mis compañeros y conocidos, esto es lo que realmente soy, una persona que como todas también necesita que la cuiden, una persona que necesitaba confiar, una persona que necesitaba amar y ser amada. Pero no siendo una bebé, siendo una mujer.

Me levanté para secarme el cabello, saqué la secadora y Nacho me ayudó a sacar la toalla de mi cabeza. Se sentó en la cama con una pierna en el piso y la otra cruzada sobre la cama me senté delante de él, tomó la secadora y con la ayuda de sus dedos empezó a acariciar mi cabello frente a ella. Siempre era muy cuidadoso conmigo se tomaba mucho tiempo para estar conmigo, aunque sea en estos pequeños detalles, sabía que siempre tenía muchas cosas que hacer y si no las tenía se las daba solo, pero jamás me dejó de lado, era parte de todos sus planes.

Ningún silencio era incómodo con él, pero le encantaba tararear y decirme algunas frases al oído. Después de mucho tiempo logramos terminar, el guardó la secadora mientras yo me peinaba. Lo puse todo en una trenza y me acosté a su lado.

Después de un momento me desperté asustada y sentí a Nacho durmiendo a mi lado, acaricié su rostro para que despertara, estaba a punto de oscurecer, soñoliento aun bajó mis brazos y me acercó a él para seguir durmiendo. Intentaba moverme, pero se me complicaba, Nacho era muy fuerte y dormido era como peso muerto.

-Shhh...soñando...-me dijo con una vos lenta y rasposa.

- ¿Se puede saber con qué? -logré girar y verlo dormir, su cuerpo desprendía mucho calor.

-Vi a una princesa que quería vivir un cuento al revés.

- ¿Qué? - le dije divertida.

Se levantó un poco, se apoyó en la parte trasera de mi cama y me acodo en su hombro.

-Pues esta princesa debía ser la bella durmiente, y en vez de eso se convertía en la bella que no dejaba dormir.

-Eres muy cruel-le dije entre risas el beso mi frente con una sonrisa aun soñolienta.

- ¿A qué hora quieres que te deje en tu parada? -me dijo después de reír un poco más sobre nuestras caras después de dormir.

-A la misma hora de siempre...me levanté para elegir que ponerme mientras Nacho intentaba volver a dormirse-ammm...debo vestirme...-se tapó la cara muy fuerte con la almohada luego se levantó y salió de la habitación todavía con un ojo cerrado, ni bien terminó de hacerlo lo seguí para cerrar la puerta.

Cuando volví a mi armario no me dio tiempo de sacarme la polera que la puerta se abrió de golpe.

- ¡Qué demonios te pasa! - grité más asustada que molesta.

- ¡Esto era! ¡Esto me tenías que decir! - tenía un papel en la mano. De inmediato supe lo que era.

-No, eso no tiene nada que ver, mira...

-No intentes darme explicaciones...nunca esperaría algo así de ti

- ¿Qué crees que significa que te engaño?

- ¿Qué espera que piense? Vengo a la casa de MI novia y me encuentro con que un imbécil se da el lujo de mandarle flores. Dime ¿no tengo derecho de sospechar?

-Sospechar si, acusarme no.

-Soy un idiota, y yo que pensé que lo que me querías decir era...-hizo una pausa mientras veía con demasiado dolor la nota-ya no importa.

-Nacho, no te hagas películas en la mente, por favor déjame explicártelo...-no sabía cómo arreglarlo no esperaba ser yo quien podría lastimarlo.

-Necesito estar solo, Dan esto no es lo que quería, esto no debía terminar así.

-¿Terminar? ¿Estas cortando conmigo?

Quería un día tranquilo, un día normal, y al parecer sería un día que nunca olvidaría, Nacho nunca habló así conmigo, bueno tampoco es que había motivos, siempre le di su lugar y el me dio el mío, debía dejar esas flores en el basurero cuando llegaron, no sé por qué no lo hice. Algo cambió también en mí.

**tardé demasiado lo sé pero fue por una buena causa, a veces es tan divertido vivir otra historia de amor que olvidamos la realidad, lo que realmente sentimos. A esa persona que nos enseñó el amor, tal vez es un para siempre, o fue un momento, un momento que todos sabemos que valió la pena. Pues el amor es así, una vez leí por ahí "no sé si el amor existe para aprender a ser feliz o aprender a sufrir" yo creo que si no sufriríamos en algún momento no valoraríamos lo increíble que es la felicidad y contar con una persona. **

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