Día 6 Parte 3

102 23 0
                                    


-Mira Nacho, tal vez debí decírtelo, tienes razón fue muy estúpido no hacerlo, pero no tiene importancia.

- ¿Y por qué dice que espera que eso no cuente como acoso? Dime te tocó-se acercó a mí y tomó de los hombros como revisando que no tenga nada.

-No, no, no él no me tocó-suspiré y senté en la cama-mira es un chico muy intenso y yo lo quise alejar, pero se empeña en disculparse conmigo yo tomé muy mal algunas actitudes suyas.

-Y por eso te tiene que estar diciendo que...que te eso...me entiendes.

-Sabes, hay personas que, si dicen lo que sienten, y como te dije él es bastante intenso.

- ¿Qué quieres decir? ¿me cambiarías por él?

-Eres un idiota...-no pude decir más fui a la puerta y la abrí para que Nacho saliera.

Me miró e hizo una mueca que no se la conocía, sonreía a medias como incrédulo, me dolía demasiado verlo así conmigo con esa actitud desafiante. Agarró su chaqueta que ni siquiera sabía en qué momento se la quitó y se fue por la ventana. Por un largo tiempo me quedé congelada hasta que escuché su moto arrancar y alejarse.

No tenía idea ni en que pensar, me senté en la cama aun congelada, hasta que recordé la hora.

Fui a comer algo y luego alistarme. Mantuve la trenza del cabello y salí.

Al llegar vi a todos los muchachos riendo, tal vez no éramos el mejor grupo de personas, pero eras un genial grupo de personas. No veía a Oliver por ninguna parte. Me puse a bailar con los chicos y dimos muchas vueltas, al hacerlo me sentía tan feliz que olvidé por completo lo que acababa de pasar, solo quería soltar todo ese nudo nuevo para mí, la primera discusión, tanto pensar no me dejó recordar que daba vueltas y me mareaba. Intenté pararme, pero no podía mantenerme de pie. Cuando por un momento sentía que llegaría directamente al piso alguien me sostuve y todos se callaron, veía medio borroso, pero pude reconocer a Oliver.

Me levanté lo más rápido que pude me volví a marear y caí al suelo, todos empezaron a reírse menos Oliver que quiso ayudarme. Cuando al fin se aclaró mi vista y vi algo escrito en su frente.

"tonto"

Por inercia tomé su mano para levantarme y terminamos bastante cerca.

- ¿Y eso? -le dije aun viendo doble.

-Es lo que soy ¿no? -tenía que darle toda la razón-mire señorita...-a veces me estresaba su formalidad, leía algunos libros españoles y definitivamente no eran así-me comporté como todo un niñato de preescolar y no era la forma, por sexta veces quisiera presentarme, no soy lo que crees.

Lo miré aun mareada y un poco atónita, tragué muy fuerte y sentí que nada podía molestarme, no de él, algo nuevo, asentí con la cabeza y lo vi a los ojos, lógicamente me dolió el cuello al hacerlo ya que es bastante alto, el intenso color de sus ojos cafés me bloquearon, algo últimamente normal, pensaba que hubiera pasado si lo conocía antes que a Nacho, definitivamente le pondría más atención, pero no era así, Nacho tenía el 90% de mi corazón y el otro 10% se repartía entre mi familia y amigos. Entonces me di cuenta que podía sentir su perfume, una señal de que estábamos muy cerca. Miré al frente y efectivamente, estábamos tan cerca que mi nariz chocó con su pecho, lo quise empujar, pero al parecer aun me sostenía, así que casi vuelvo a caer y me acercó con más fuerza hacia él.

-Ya se te hace costumbre hacerte el héroe ¿verdad? -le dije mientras lo alejaba un poco.

-No soy Superman, pero por lo menos superlopez podría serlo-me guiñó el ojo como si fuera algo que debía entender.

Lógicamente al no encontrar una respuesta tuvo que aclarar un poco las cosas.

- Es un héroe, de una historieta que leía de pequeño, era muy popular, el autor era de Barcelona se llamaba Juan Fernández le decían Jan, una persona realmente increíble logré conocerlo e incluso autografió uno de mis libros "Cederrom" salió ese mismo año.

Realmente parecía saber mucho del tema, pero debía decirle que realmente no estaba interesada. Solo que estaba totalmente mareada por las vueltas que di con los chicos.

-Mira Jenny, ya sé que te estuve molestando con prácticamente mi existencia-hice una mueca para demostrar la obviedad de lo que dijo- como te lo dije en la tarjeta hoy, yo...

Le tapé la boca asustada

-No digas nada...-asintió.

-Bueno, solo quiero saber si empezamos de cero.

-Con tal de que no repitas lo que dice esa tarjeta nunca-me miró raro y en un segundo se dio cuenta a lo que me refería.

-Bueno ¿nos vamos? –se dirigió esta vez a todos.

Por supuesto que el viaje no fue silencioso nunca lo era, Salva y Manuel parecían congeniar mejor que antes y se pusieron a bailar de una forma muy extraña, yo estaba sentada sola en un par de asientos, en los de adelante estaba Nando que parecía no creerme ninguna de mis sonrisas y era de esperarse ya que eran todas falsas, cada vez que miraba el camino por la ventana esperaba ver la moto de Nacho alcanzándonos a toda velocidad.

Pero él no es así, creo que lo conozco lo suficiente para estar segura de que eso no pasará. Nunca olvidaré su cara de decepción nunca pensé que yo podría dañarlo, y aun peor, nunca pensé que alguien más lo dañaría por mí, y yo permitiera eso.

Llegamos al fin y nos pusimos a trabajar, las horas pasaron muy rápido y pronto se hizo hora de irnos, sin ninguna conversación más allá de lo estrictamente laboral con todos. No tenía mucho que contar y no quería hacerlo.

Fui a casa en silencio, ni la música era en este momento algo que llame mi atención, solo quería pensar en qué momento todo explotó con Nacho.

Llegué al silencio de mi casa, no me molestaba para nada que no haya nadie con quien hablar, no quería hacerlo. Entré a mi cuarto me puse el pijama y me acosté, me quedé mucho tiempo viendo mi teléfono a ver si Nacho me hablaba, pero no pasó hasta que me quedé dormida.

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora