Dia 2

110 26 0
                                    

-Hola hermosa-me tomó de la cintura para besarme y le respondí.


-Hola... ¿me extrañaste no?-era indiscutible que hoy me besó con más intensidad de la que estaba acostumbrado, y lo vi más complacido, algo extraño en él.


-Siempre te extraño ¿Qué quieres hacer ahora? Tengo unos amigos esperándonos donde siempre para...


-Mira...estoy muy cansada, por hoy quisiera simplemente ir a casa-caminaba hacia su moto y él tomó mi mano para caminar.


Tengo que admitirlo, nunca me dijo las palabras "te quiero" o "te amo" pero eran bastante obvias, me lo mostraba con hechos ¿eso no es lo importante?


-Está bien sirenita te llevo-besó mi mejilla y se adelantó para encender la moto.


-No me digas así que ya no soy una niña.


-Para mí siempre lo serás.


-Qué horror sonaste como mi padre-me burlé.


-Bueno, eso no te molestaba cuando te lo decía antes-se acercó intimidante-solo te ponías toda colorada.


Me volvió a besar con delicadeza, sencillamente no podía cansarme de él. Y bueno tampoco podía negarlo, me encantaba que me trate así, pero ya hace mucho de eso, y el hecho de que mi princesa favorita de Disney sea mitad pescado ya no sonaba divertido.


-Y qué... ¿piensas llevarme? Por qué puedo irme sola, nadie me espera en casa...


-¿Qué?-me miró asombrado-esto tenemos que aprovecharlo, sube.


-Estoy totalmente de acuerdo-subí y besé su mejilla antes de ponernos los cascos, que aunque a Nacho nunca le gustó usarlos conmigo lo hacía.


-¿Quieres hacerlo?


-Si.


Acostados en mi cama, abrazados, con algún beso repartido en el tiempo, era mi lugar favorito, y más si teníamos la tranquilidad de ver un película sin escondernos de nadie, aunque insistí en ver una película de acción, Nacho insistió en ver una romántica, no lo entiendo, es tan rudo y maduro siempre, pero conmigo se vuelve un niño tierno, lo contrario a mí, que intentaba ser siempre un poco más seria y tranquila que el día anterior.


-Tengo un poco de hambre, ¿quieres que prepare algo?-Interrumpió la película.


-No es necesario, tengo un poco de pizza en mi cuarto.


-¿Y desde cuando está eso ahí?


-Casi dos meses pero tú tranquilo, se conservó bien.


-Bueno y ¿por qué estás tan segura?


-Confía en mi ¿quieres?-me levanté y me puse los zapatos.


-Lo haré ¿sabes por qué?-jaló de mi brazo, la tención nos invadió y por un momento, solo un momento, creí que lo diría.


-¿Por qué?


-Porque...-creo que él también supo que lo diría o por lo menos lo intentó-por que confió en ti.


No me la esperaba, cambió de tema de nuevo, me preguntaba si Oliver lo diría, si él decía lo que sentía, y por en un segundo reaccioné, otra vez los estaba comparando.


-Bueno pues no deberías, la pizza es de hoy mismo-quise cambiar de tema, pero no a él si no a mi corazón, que se olvidaba de mi novio y pensaba en tonterías.


Fui por la pizza y volví para ver otra película, estaríamos así hasta el amanecer, si podíamos sería más, mientras veíamos la tercer película mis ojos me traicionaron y se cerraron, abrazados, sin miedo de ser descubiertos, solo así queriéndonos mucho.

Si Te Elijo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora