Capitulo 12: Un paseo en el parque.

349 37 0
                                    

Alastor tratando de despejarse estuvo recorriendo las calles del pentagrama, solo observando como algunas pobres almas salían despavoridas ante la presencia de él, siendo bien conocida la reputación que tenía, esperando a no ser asesinados el Demonio de la Radio.

 Durante su largo recorrido volvió a pensar sobre todo lo que vivió en la tierra, cada momento, cada sentimiento o incluso algún pensamiento que tuvo era bastante para él, después de haber vivido tanto tiempo sin sus recuerdos, pensando que siempre estuvo solo asesinando de manera despiadada a quien se le pusiera enfrente queriendo saciar su sed de sangre y tan pronto llegar a chocar con la pared al haber recuperado sus recuerdos muchos años después... Asimilar cada cosa es bastante complicada, hay muchos sentimientos de por medio, en especial tres siendo muy fuertes.


El primero siendo el amor, el amor que sintió que venía de su pareja mortal, el amor que el mismo le había tenido a este, era tan puro y hermoso, se sorprendía mucho sentir eso de esa manera era demasiado, nunca se había sentido capaz de amar así, pero era de ese modo aunque era de una forma algo enfermiza, pero aun con el hecho de decir "ame a alguien" es sorprendente y más viniendo de parte de él, siendo que así mismo se percibía como alguien sin la capacidad de amar, que los sentimientos lo aburren y las parejas solo son para perder el tiempo.

 El segundo sentir, era un dolor intenso, un dolor que querrías dejar de sentir en ese momento donde lo sientes ya no quieres sentir más, un dolor donde sientes que te ahoga, te está sofocando, un dolor que preferirías sentir físicamente porque solo necesitarías medicina para aliviar el dolor, pero no era así, no había forma de mitigarlo por más que lo deseará y por más que deseara poder mitigarlo con algún hechizo, conjuro o algo que se le ocurriese utilizando su poder, no lo creía posible, era tan suyo el dolor pero a la vez tan ajeno que le sorprendía sentir esa especie de piedra en su corazón como si en algún momento sintiera que dejaría de poder respirar.


Y el ultimo, odio, puro odio, un odio que no se detendrá hasta hacer sufrir de la manera más lenta y retorcida que hay a la persona que produjo esto, Alastor basándose en sus recuerdos sabia a quienes dirigía ese odio, sabia a quién quería matar, quienes quería torturar... Por más ganas que quería hacerlo ahora tiene que esperar, sabía bien que los sentimientos que sentía eran demasiado intensos y no puede ir haciendo destrozos por impulsividad.

Tiene que poder recuperarse bien de todo esto, poder controlar lo que sentía y pensar que podría hacer, ve bastante necesario e importante encontrar a la persona que amo estando en vida.

 Alastor sabía que tenía que descargar toda esa furia y odio que siente, pero debe de controlarse, no sería un buen momento para ponerse a destruir cosas al azar por muchas ganas que tuviera, tenía unas ganas de asesinar en masa, dar con el responsable de haberlos separado en vida, no permitirá que eso de nuevo sucediera, no iba a permitir que alguien más se interpusiera en su camino y en el de su amado, va a matar a cada demonio que lo haga o que lo intente.

Nadie lo separara de lo que le pertenece, nadie le arrebatara lo que es suyo, no de nuevo, ahora que posee un gran poder podría perfectamente tener a su merced gran parte del pentagrama, no solo la zona de los caníbales.

Alastor se la paso caminando así un rato, pensando en todo tratando de llegar a algún punto, solo llego a detenerse cuando llego a una cafetería en el centro del pentagrama donde a lo lejos pudo notar que estaba su compañero, el peliblanco arácnido se encontraba bebiendo un poco de malteada con su cerdito en sus piernas comiendo unas galletas, por lo que decidió que iba acercarse un poco más a este, bien podría sacar algo de información de este demonio afeminado.

Angel vestía una hermosa sudadera rosa fuerte que dejaba al desnudo uno de sus hombros y dejaba ver su pecho, pero aun pese a verse hermoso de esa manera, su sonrisa era bastante brillante, no era falsa, no era forzada, no era siquiera esa sonrisa característica que siempre poseía e iba de un lado a otro, era una completamente nueva, una que dejo maravillado a Alastor, pues el rostro del peliblanco denotaba tranquilidad y una felicidad efímera. Angel también llevaba puesto su típica falta corta y sus botas largas, pero el solo variar un poco su apariencia le ayudaba a dar un aire fresco y bueno.

— ¡Hola! ¡Mi afeminado amigo! — Dijo el pelirrojo de sorpresa colocándose a lado de Angel que estaba tomando su malteada, asustándolo, haciéndolo saltar de la silla.

— ¡Mierda! ¡¿Alastor que carajos?! — Dijo mientras tose por casi ahogarse con su bebida, mientras su cerdito solo se ponía encima de su dueño con terror al tener al ciervo enfrente de él, solo su aura era suficiente como para saber que era peligroso.

— ¿Cómo te encuentras compañero? — Sin importarle lo que había sucedido solo se sentó en la misma mesa que el peliblanco esperando a que llegara el mesero para pedir algo.

— Estaba bien antes de que llegaras fresita, mierda, casi derramo mi malteada Al — Dijo mientras calmaba a Nuggets con sus manos y también se ponía a limpiarse la boca ya que se había manchado un poco alrededor — ¿Qué haces aquí Alastor? ¿Me estabas buscando? ¿Necesitas de mi compañía bombón? — Dijo de manera coqueta mientras se recargaba en sus brazos en la mesa.

— ¡Ja! No, es solo una coincidencia querido. Estaba caminando por acá, dando un paseo para despejarme y vaya que te encuentro aquí — Dijo Alastor, mientras veía el menú de la comida, en ese momento llego un mesero y pidió lo que quería — Tráeme un poco de café, el azúcar aparte y también trae unos pastelillos por favor — Dijo para que el mesero saliera rápidamente de ahí asustado.

— Vaya Al, todos te temen, se han alejado bastante de aquí con solo verte y ni hablar del pobre mesero, solo se acercó y ya se estaba orinando encima jajajaja — Angel lo decía en un tono de burla, por como los demás demonios se alejaban con el solo ver de quien se trataba.

— Me sorprende ciertamente que no hagas lo mismo joven Dust, creo que estas demasiado mal de la cabeza como para no saber que debes alejarte de mí, puedo serte demasiado peligroso, pero aquí estas incluso teniendo la osadía de insinuarte, puedo matarte ahora mismo y apoderarme de tu alma — Dijo mirándolo fijamente mientras sonreía- Angel, ¿Eres demasiado estúpido como para que no escapes de mí? — Pregunto Alastor observando divertido al peliblanco quien solo reía suavemente por lo dicho del ciervo. 

— Jajajajaja puede ser verdad pequeño chulo de fresa — Dijo Angel, molestándolo un poco ocasionando que este Alastor moviendo su cabeza hacia un lado y reproduciendo una leve estática — Puede ser que sea algo estúpido al no huir de ti Alastor, pero no veo porque hacerlo, lo dijiste, podrías matarme ahora mismo, pero no lo has hecho, sigo aquí aun sabiendo el riesgo, ¿Debo considerarme especial porque no me has matado Al? — pregunto bajando sus brazos y acercándose un poco al otro demonio mirándolo de manera coqueta.

— Jajajaja oh, Angel, eres un personaje bastante interesante, aunque respondiendo tu pregunta, puedes considerarte dichoso de que aun posees todas tus extremidades unidas querido, me proporcionas bastante entretenimiento como lo hace el propio hotel al ver a los pecadores queriendo redimirse, siendo que te encuentras en el mismo saco compañero — Alastor ya tenía su café y algunos pastelitos que había pedido, el mesero solo llego rápidamente dejando todo y marcharse tratando de evitar molestar al demonio radio — Angel, querido, ¿Qué haces aquí afuera? ¿Por qué estas en esta cafetería? Antes de acercarme, te vi bastante tranquilo, pero detrás de esa sonrisa maravillosa que poseías note cierto cansancio — Dijo el ciervo, acercándole los pastelitos al arácnido y mantenía su vista en su café. 

When it comes to you, the rest doesn't matter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora