When it comes to you, the rest doesn't matter.

Capitulo 6: Bloqueado

—¿Y bien querido? ¿Para qué nos llamabas? — pregunta Rosie — No creo que haya sido precisamente por vernos, Al, habrías venido a la Boutique —

El ciervo, por la mañana había tenido que presentarse con Charlie por su ausencia durante el resto del día, ya que la chica rubia, por mucho que Alastor le hiciera entender que no todo el tiempo estaría disponible en algunos momentos ella lo buscaba, por alguna idea de remodelación o rehabilitación de sus pacientes, lo que lo hacía un poco molesto. Tenía la necesidad de presentarse con sus dos amistades más cercanas, la gran diseñadora Rosie y la gran cantante y bailarina Mimzy.

— Quisiera que me contarán sobre lo que saben de mi llegada al infierno, pese a que yo mismo lo sé, antes no había tenido la necesidad de indagar por esto, pero ahora, por diversas circunstancias comencé a pensar más sobre el tema y presiento que hay algunos cabos sueltos — dijo Alastor haciendo que sus dos acompañantes lo mirarán con duda y comenzaba a beber un poco del café servido por Rosie.

— Sabemos lo que todo el mundo sabe querido — dijo Mimzy — apareciste en el castillo de Lucifer saliste de ahí para hacer un genocidio y transmitirlo todo por radio— explicó bebiendo un poco de su té — Fue todo un espectáculo digno de escuchar —

— ¿Cuál vendría siendo tu duda Alastor? O ¿Qué partes tienen cabos sueltos para que ahora te llevara a pensar sobre el tema? — Pregunto Rosie.

— Es respecto a mi estadía en el hotel de la princesa Charlotte, mi diversión — explico Alastor, dejando su café de lado.

— Bien, pero ¿Que tiene que ver con lo que nos has preguntado, con tu llegada al infierno? — Está vez pregunto Mimzy, completamente interesada en el tema.

— Tiene bastante relación, aunque ni siquiera yo mismo comprendo del todo cómo es eso —Menciono Alastor, suspiro e hizo aparecer un cigarrillo, comenzando a fumar tranquilamente — Desde el momento en que caí en el infierno, lo único que recuerdo era el vacío que sentía emocionalmente y mi búsqueda constante por algo, supongo que lo único que podía tranquilizar mi especie de vacío y dolor, fue hacer lo que mejor y más disfrutaba de hacer en vida — lo interrumpe Rosie — Entonces todos esos ataques que cometiste... ¿Fueron por ello? Eso sí que nunca nos lo habías comentado — Pregunto, a lo que el rojizo solo afirmó lo dicho por ella — estás en lo correcto Rosie, en breves momento si estaba concentrado haciendo todo ese caos, pero la mayor parte del tiempo me la pasaba divagando en mi interior buscando que era lo que necesitaba y necesito ahora. No lo había comentado en ningún momento por el mismo hecho de que es algo bastante personal, querida y sabes perfectamente como soy en ese aspecto — termino de explicar Alastor y golpeaba un poco su cigarro para deshacerse la ceniza restante.

— Eso es verdad, normalmente no hablas cosas de este tipo con nosotras, querido, y en el momento que lo haces, podemos decir que es por algo que realmente ya no sabes manejar, es raro cuando lo haces — Dijo Mimzy, mientras encendía su propio cigarro y comenzaba a dar caladas.

— Bien, entonces dime ¿Qué fue lo que hizo que te detuvieras? — Pregunto Rosie, comprendiendo lo que le estaba tratando de decir Alastor.

— Lucifer — Contesto de manera simple el ciervo tomando lo último de su café y dejar el cigarrillo en el cenicero.

— Un momento, ¿Lucifer? ¿El gobernante del infierno? — Pregunto sorprendida Rosie, pues si bien, Alastor había aparecido en el castillo del Rey, no imaginaba que realmente haya interactuado con él.

— Si, el propio Rey del infierno fue quien me detuvo, no tengo claro como lo hizo, pero mientras mataba a quien se me enfrentara se mantuvo aquel sentir de búsqueda... A día de hoy lo sigo sintiendo — dijo el ciervo, mientras suspiraba y se pasaba una mano entre las cejas — Da la casualidad de que después de eso, solo recuerdo despertar en la mansión de uno de los Overlords que asesine. No recuerdo más, solo hay fragmentos de mis memorias, algo me paso en ese momento, porque bien saben que todo pecador siempre recuerda su vida anterior — Explico Alastor, manteniendo un semblante serio, sin cambiar de actitud.