Capitulo 20: ¿Qué pasara ahora?

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Angel había despertado de nuevo en la habitación de Alastor, pero ahora dándose cuenta que no estaba totalmente solo, ahora lo acompañaba la sombra del ciervo enfrente de él, a los pies de la cama sin moverse, sin hacer ruido alguno, solo observándolo sin si quiera un rastro de alguna sonrisa. Esto causaba demasiados nervios a Ángel, ya que rápidamente comenzaba a recordar todo lo sucedido con Alastor, todo hasta que finalmente había colapsado en brazos de este.

No sabía cómo iba a poder procesar todo lo que pasó, como sentirse, que pensar, que decir, ¡Diablos! Ni si quiera sabía cómo iba a poder mirar a los ojos de ahora en más al pelirrojo siendo que ambos compartieron una vida bastante íntima siendo humanos y ahora... Ahora que están nuevamente juntos... ¿Qué se supone que tiene que hacer? ¿Volver a la rutina de pareja? ¿Hacer como si nada? ¿Fingir que nada de lo anterior ocurrió? Era demasiado.

En definitiva, no correría a los brazos del otro, no se siente seguro haciéndolo aún pese a que en el fondo ese ciervo psicópata podía ser el mismo Alastor de quien se enamoro perdidamente en vida, carajo, hasta se avergonzaba ahora de pensar que el primer encuentro que tuvieron ambos y lo que le dijo fue que podía hacerle una ¡mamada!

¿Es que su vida es una puta broma? ¿Qué tan jodida es su suerte como para que estas cosas tengan que pasarle? Ahora tiene que lidiar con otro problema más. Parecía que no tenía suficiente con Valentino, sus socios, clientes e incluso su propia familia en ocasiones solían ser un dolor de pelotas excepto por su querida hermana Molly.

Tenía que salir primero de ahí, tenía que salir primero de esa casa, del territorio caníbal, tenía que irse a algún lugar que no fuera estar ahí más tiempo, no sabía cómo iba a enfrentar a Alastor ahora, pero no quería hacerlo en ese momento.

Angel se había terminado de acomodar bien la ropa, mientras se mantenía alerta en caso de que la sombra se moviera y se acercase a él o si aparecía el demonio de la radio, le faltaba poder salir de ahí, así que lo mejor que hizo fue acercarse lentamente a la puerta de la habitación, escuchar con cierta atención hacia a fuera, y al no percibir ruido alguno y teniendo aún un ojo encima de la sombra que, extrañamente no hacía nada, no le impedía el paso, no se movía, simplemente lo observaba era lo que aún más lo ponía tenso ya que no sabía que iba a suceder. Sentía que se ahogaba en ese lugar si no se iba de una vez.

La araña aún teniendo sus sentidos en alerta, salió con cuidado de la habitación, queriendo evitar algún ruido de más, para darse cuenta que al momento que ya había salido, la sombra simplemente se disipó, dejó la habitación haciendo que Ángel se relajar a un poquito y ahora teniendo más atención por donde iba, esperando no encontrarse a nadie si es que había alguien más en toda esa mansión.

Alastor por su lado, se había mantenido observando a Ángel desde lejos, a través de su sombra ya que momentos después de ese descontrol de emociones que tuvo, había reaccionado volviendo a su forma demoníaca sintiendo el peso del peli blanco en sus brazos, lo miró inconsciente. El tenerlo así de cerca lo hizo quedarse absorto en la belleza que poseía el arácnido, ademas del dulce aroma que desprendía, quizá sea por la influencia de sus recuerdos que ahora considera Ángel más hermoso que antes, podía ser así, pero no quitaba el hecho que aún pese a no procesar bien lo que sucedía y no manejar del todo bien sus sentimientos y emociones, le gustaba lo que sentía en ese momento, esa extraña sensación familiar, ese raro sentimiento de amar a alguien siendo que hacía bastante no lo sentía y mucho menos con una intensidad alta como ahora.

Ya había regresado en si, por lo que después de haber estado observando un poco a Ángel perdiéndose en sus viejos recuerdos, se levantó con el en brazos para acomodarlo nuevamente en la cama, lo reviso un poco y noto que ya estaba mejor, las heridas que tenía ahora habían disminuido y eso lo tranquilizaba, por lo que decidió que era mejor dejar al de manchas rosadas solo, quizá con un poco de vigilancia con su sombra, pero tenía cosas que pensar, y seguro que Ángel también para cuando despertará, aun pese a sentir cierta emoción de querer solo tenerlo para él, de seguirlo teniendo en brazos, tenía que ser consciente que todo lo que ocurrió, todo lo nuevo que acabaron descubriendo ambos era demasiado, y necesitaban pensarlo... Además de que posiblemente ahora no estaría bien que estuviera cerca del peliblanco, sintiendo que en algún momento querrá causar una masacre por no controlar bien sus impulsos.

Ademas de que probablemente comenzaría a sentirse demasiado posesivo, y seguramente seria capaz de llegar a encerrarlo en la mansión o asesinar a quien sea que se atreviera a mirarlo o incluso el intentar tocarlo, no desea atemorizar a su Ángel, no ahora que apenas se vieron y quiza no ha reaccionaria bien, es el único demonio con quien se sentiría mal si llegara a lastimarlo. 

Alastor se había ido a su despacho, lugar donde estaba llena de libros, una habitación privada donde solo habían algunas repisas, un pequeño sofá, su escritorio, su radio y una pequeña cabina donde podía hacer transmisiones por radio de lo que el quisiera, que en ocasiones lo usaba para transmitir alguno de sus asesinatos más sanguinarios. 

Sería la primera vez que el ciervo no iba a saber que posición tomar en este asunto, había encontrado a su pareja, con quien pudo compartir parte de su vida humana y era Ángel Dust, su amado Anthony Bella D'Angelo su alma le pedía acercarse a él, estar con él, tenerlo sólo para él... Pero... ¿Cómo podría hacerlo? Primero tenía que ver si Ángel lo aceptaba de nuevo en su vida, no quería forzarlo, Ángel para él era su mayor tesoro, el único ser vivo que no forzaría, no lastimaría y respetaría cada cosa que él quisiese, pero como se supone que podría estar con él si ni el mismo sabía que tenía que hacer, no podía de pronto acercarse y declararle su amor eterno cuando él se siente un poco confundido con las cosas, todo suscitó de manera rápida, de manera descontrolada y en especial por su parte por que se había dejado llevar por todo lo que sentía y recordaba, no se pudo controlar... Solo esperaba no haber asustado al peliblanco, por el momento eso era lo que le preocupaba y en especial ahora, que había visto atreves de su sombra como Ángel quería salir de la mansión, buscando las salida, recorriendo los pasillos hasta dar con la entrada de la mansión.

Angel, en ningún momento se encontró con alguien, no había si quiera rastro de Niffty y Alastor en ningún momento se lo cruzo, siendo que ahora lo agradecía bastante, solo faltaba salir de ahí y poder irse a su habitación en el hotel, aún pese haber estado inconsciente en un par de ocasiones, haber descansado un rato en cama, se sentía agotado, aunque ni si quiera era físicamente, se sentía cansado emocional y mentalmente, necesitaba despejarse un poco, lo suficiente como para pensar el siguiente movimiento que haría. No quería llegar al hotel y encontrarse con las demás teniendo que dar explicaciones, no quería hacerlo, no quería hablar, no quería hacer nada, solo dormir, estaba abatido por dentro.

Angel, afortunadamente de sus brazos extras tenía dos ametralladoras cargadas y listas para disparar en caso de necesitarlo, así que podía salir rápido y con cuidado del territorio caníbal, aunque no contaba con que una sombra lo seguía, no era para impedirle el camino, pero al menos si para protegerlo en caso de necesitarlo, Ángel no se había dado cuenta de eso, solo iba a paso rápido sin detenerse demasiado y sin voltear hacia atrás mientras la sombra se camuflaba con la suya y que está por momentos se hacía visible para espantar alguno que otro diablillo que estaba por ahí acechando al peliblanco que con prisas quería salir del lugar, finalmente optó por dar algunos saltos llegando al techo de edificios no precisamente altos, pero permitiéndole mantener cierta distancia de algunos pecadores que buscarán querer darle algún mordisco encima.


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