Capitulo 31: La Purga

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ADVERTENCIA: ESTE CAPITULO TIENE ESCENAS EXPLÍCITAS, FUERTES Y MUCHA SANGRE, ASI QUE, SI ERES SENSIBLE SALTA ESTE CAPÍTULO O LEE BAJO TU PROPIO RIESGO. QUEDAS ADVERTIDO, NO DIGAS QUE NO TE AVISE.




El día de la Purga había llegado, Charlie, la princesa del infierno se encontraba evacuando el hotel, ella junto con Alastor habían creado una especie de búnker resistente en caso de que el hotel pudiera venirse abajo por las constantes batallas, no existía del todo un lugar seguro a excepción del propio castillo de Lucifer, pero este siempre mantenía las puertas cerradas y la única persona que podría entrar era la heredera del infierno.

— Dazzle, Razzle guíen a los huéspedes al bunker y asegúrense que estén cómodos — Ordeno la princesa, quien se encontraba caminando junto con Vaggie para irse al punto más alto del hotel y lanzar la señal que daba inicio, pues ya solo faltaban un par de horas y más valía poder tener todo preparado.

Dado a que la princesa hacia tiempo que había lanzado su comunicado de su hotel para redimirse, ahora con la Purga algunos pecadores débiles como tambien las pobres almas que habían sido perjudicadas por los pecados de alguien más eran las que aun querían sobrevivir y justo en ese mismo día fueron rápidamente a buscar refugió donde se encontraba la princesa para poder sobrevivir una noche más en el infierno y teniendo esperanza que podrían salvarse para largarse de una vez por todas de un lugar como ese.

— Mon ange, será mejor que te quedes con los huéspedes cielo — Dijo Alastor caminando con Angel quien tenia dos de sus manos agarradas al cuerpo del ciervo, una en su cadera y la otra cruzando su brazo con el otro demonio.

— Se cuidarme Al, no necesito quedarme ahí, además vas a salir a pelear aun me sigue preocupando eso — Reprocho Angel, ambos recorrían los pasillos vacíos por donde habían estado los pecadores, hasta llegar a la entrada de esa especie de búnker que se encontraba en el sótano del hotel, estaba lo suficientemente cubierto para que los ángeles exterminadores como los pecadores restantes no supieran su ubicación y solo creyeran que era un lugar en ruinas, eso y que también usando el poder de la princesa se camuflaba — Incluso Charlie y Vaggie se quedaran para proteger un poco el hotel, me gustaría hacer eso, al menos, ayudar a las chicas —

— No lo se mon cher, se que puedes cuidarte solo, no por nada sigues vivo, supongo que aun no me acostumbro a la idea dulzura — Respondió resignado, negando con la cabeza, Charlie y Vaggie ya se encontraban en la azotea del hotel, Angel y Alastor estaban en camino, pues el ciervo se lanzaría al ataque desde ahí, siendo la primera defensa del hotel y en caso de que algún ángel escapase las chicas y Angel (aunque sin mucha confianza aun) terminarían matándolo.

— Estaré bien mi chulo de fresa, tengo estas hermosuras, además, llame a un par de amigos que puedan ayudarme — Dijo Anthony sonriendo mientras sacaba el par de brazos extras y consigo un par de ametralladoras con partes bañadas en oro y siendo de munición de alto calibre, permitiéndole que las balas sean capaces de perforar el cuerpo de sus adversarios, eran armas forjadas del propio infierno, lo que las hacia más poderosas que las armas mortales.

— ¿Llamaste a Cherri y alguien más? — Pregunto Alastor tomando una de las armas que tenia Anthony para observarla mejor, le recordaba a cuando cazaba con su rifle favorito, él también era capaz de usar armas de fuego, aunque en el infierno nunca las uso, pero tenia la práctica.

— A esa perra de tetas de azúcar como también a un gran amigo, se llama Tyco, cielo, te lo presentare en algún momento bebé — Explico Angel, ver como Alastor sostenía su arma le hacia recordar viejos momentos locos y divertidos cuando eran humanos, lo que le provocó una pequeña risa llamando la atención del ciervo.

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