Capitulo 24: Un nuevo inicio

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Ambos se quedaron abrazados en la cama de Angel un rato disfrutando el calor de sus cuerpos y el haber asimilado por fin todo lo ocurrido sintiendo como sus almas ahora se comenzaban a conectar un poco más. La sensación de soledad que solían poseer ahora ha desaparecido. Ya no necesitaban de algo más para poder llenar el vacío que tenían.

El sueño estaba venciendo a Anthony quien se esforzaba para mantenerse despierto, ambos pecadores ya habían cambiado su apariencia a su forma demoniaca, mantenía su cabeza recostada en el pecho del ciervo mientras este lo observaba acariciando su cabeza y espalda del peliblanco.

— Cariño, se nota que estas agotado ¿Por qué no tratas de dormir un poco? — Pregunto, Alastor no sentía cansancio aunque también podía dormir si el quería, pero era algo que no solía hacer muy amenudeo. 

— No quiero aun dormir bebé, no me gustaría hacerlo ahora... No  quisiera dormirme, despertar y pensar que esto fue solo un sueño— Respondió Angel con sinceridad pero delatando en su voz dolor, tristeza y miedo, no deseaba volver a caer en lo mismo, como cuando llegaba a soñar que estaba de nuevo en brazos del castaño para despertar con la amargura de que estaba solo, que no eran mas que fantasías las que creaba su mente. 

— Angel — llamo la atención del arácnido alzando un poco su cara para que lo viera a los ojos — No pasará, no te dejare solo, ahora que te he encontrado, ahora que te tengo por fin en  mis manos, no te llegare a dejar, ten eso en claro mon amour — Termino de decirle para darle un beso en sus labios y uno en su frente, sintiendo como su cuerpo comenzaba a relajarse un poco más y volvían a la posición en la que estaban antes.

— ¿Dormirías esta noche conmigo? — Pregunto Angel

— Dormiré todas las veces que quieras contigo querido — Dijo Alastor, para finalmente el peliblanco comenzar acomodarse sin apartarse del ciervo para descansar, quedando su cabeza entre el hombro y el cuello del pelirrojo dejándose llevar por el sueño y finalmente quedarse dormido.

— ¿Eso lo hiciste tú? — Alastor le pregunto a su sombra, quien se veía entretenida con la sombra de Angel, quien por falta de vigilancia había logrado hacer que la sombra de Angel pudiera moverse con libertad aunque le costaba un poco de trabajo, realmente le había sorprendido este hecho, pues no le había dado la orden antes de hacerlo.

La sombra simplemente sonriendo asintió mientras agarraba la mano de la otra. El ciervo simplemente suspiró y negó con la cabeza, comprendía que parte de sus poderes podían ser influenciados por sus sentimientos y uno de esos es su capacidad de controlar su sombra a voluntad, esta podía reflejar en cierto nivel todo lo que sentía, uno de los motivos del porque siempre se mostraba con una sonrisa y como si no le importase nada para no mostrar alguna pequeña pizca debilidad.

— Bien — dijo, estirando un poco una de sus manos iluminándola de verde y dejando que un poco de poder fluyera hacia la sombra del  peliblanco, esta seguiría conectada a Angel, con la diferencia de que ahora contaba con voluntad propia para poder moverse — Cuídala, ella no es igual de poderosa como tú lo eres. Además, sirve para que puedan proteger a Angel mientras no este — suspiro para poder relajarse y acomodarse mejor en la cama para dormir también.

— Vayan los dos, busquen a Husk, debería de haber encontrado algo de lo que le pedí y avísenme sobre lo que hayan encontrado — Dijo Alastor por ultimo viendo como ambas sombras tomadas de la mano desaparecían por la ventana en busca del felino.

Esa seria la primera noche que compartiría una cama el ciervo y la primera vez que dormiría, si bien antes pudo haber llegado a descansar un poco, nunca había llegado a dormir tranquilo, siendo ahora el momento que lo haría. Para finalmente llevarse por el sueño.


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