Capitulo 22: Hablando de lo que fue

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//Nota Rápida de la autora: Hola chic@s les vengo a decir, que disculpen alguna falta o incoherencia que tenga este capitulo, son las 4am, no he dormido nada y pese a que no tengo sueño, realmente tengo que descansar, últimamente me he estado volviendo como que mas noctambula o búho como dicen (osea, que estoy comenzando a ser mas activa por la noche) y pues, aun así no debo de sobrepasarme, ya que luego me pasa factura por que entre semana despierto temprano por la escuela y trabajo, ademas de cosas personales, así que, creo que por esta vez o por si hay una próxima, subiré solo un capitulo, trate de corregir cosas evidentes, pero si falta algo, discúlpenme, en fin, eso es todo, eliminare la nota cuando la historia finalice, byes!// 




Un momento despues de calmarse por el impacto que le dio al volver a escuchar la voz de Alastor mediante su sombra, Angel suspiro de manera profunda, sintiendo aun como su corazón palpitaba con fuerza, aunque sabia que probablemente seguiría así por el resto de la noche e incluso con la visita del ciervo. En un intento de relajarse, opto por tomar un baño, viendo que estaba completamente solo, porque su querido cerdito Fat Nuggets se encontraba en el cuidado de Vaggie y Charlie, solo tomo sus cosas y se dirigió a su baño, tratando de despejar su mente.

Angel ya había terminado de darse un baño, ahora su cuerpo podía desprender un suave y rico aroma de frutos rojos bastante apetecible, el baño le había ayudado a relajarse un poco más y despejarse para lo que se venía, sentía que había vuelto a retomar energías así que estando un poco más animado estuvo paseando por su habitación buscando que ropa iba a colocarse además de terminar de acomodar otras tantas, decidiendo al final por un suéter de mangas largas y que le llegaba a la altura de sus muslos de un color rosado un poco más opaco y oscuro, también eligiendo usar una medias negras y sus características botas, no quería lucir algo extravagante o bien su estilo sensual que normalmente usaba, usaba muy poco un estilo más "decente" como podrían llamar algunos e incluso, aprovechando de su apariencia lo hacía lucir adorable.

Mirando que ya no faltaba mucho tiempo para que Alastor presentará para poder conversar y aún pese a sentir renovadas su energía no se sentía lo suficientemente animado para querer maquillarse bastante, optando por un maquillaje bastante sencillo para matar el tiempo que le restaba causando que con cada minuto se sintiera algo nervioso; le gustaba como le quedaban todo tipo de estilos, incluso el que poseía ahora mismo, no pareciera que cometía muchos pecados y sólo luciendo como un pobre angelito que tuvo la desdicha de caer en el infierno. En ocasiones habían momentos donde Ángel por darse estos lindos gustos le gustaría poder mandar al carajo su reputación, pero era algo que no podía permitirse hacerlo todo por el contrato que tenía con Valentino, lo que le ordenase tenía que cumplirlo, al menos le alegraba que no lo esclavizara demasiado al punto de estar queriendo que se quede en estudio todo el tiempo, en caso de que realmente llegara a desatender lo que la polilla le pidiera era claro que lo iba a llegar a matar o bien torturarlo hasta hacerle desear la muerte, era claro que no iba a llegar hasta tales extremos, lo único que le quedaba era resignarse y seguir como estaba, aunque se sentía estancado en un estúpido ciclo vicioso que solo lo hacia sentir miserable.

Para no continuar amargando más la noche de lo que ya lo había hecho pensando en ese tipo de cosas, había decidido en ponerse a jugar un poco en su celular, subir alguna que otro foto que tenía guardada a su perfil, revisar el de sus amistades y demás, aunque no se había percatado de que cierta sombra traviesas ya había llegado a su habitación entrando por la ventana, Ángel estaba sentado enfrente de su tocador, por lo que en el momento que alzó la mirada al haberse sentido observado, vio a través del reflejo de este como estaba la sombra de Alastor atrás de él.

— ¡Ah! ¡Con una mierda! — Grito llevándose dos de sus manos inferiores a su pecho mientras con las superiores se sostenía del tocador — ¡Deja de hacer eso! Carajo, vas a terminar matándome primero antes de que alguien más lo haga — Reclamo el peliblanco tratando de pasar el susto y comenzando a respirar más calmadamente, la sombra, solo se detuvo a mirarlo de manera un poco burlona y divertida por lo que había dicho el otro. Pero en ese momento fue cuando el arácnido cayó en cuenta que si ahí estaba la sombra del ciervo, eso significaba una cosa, él ya estaba ahí.

When it comes to you, the rest doesn't matter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora