When it comes to you, the rest doesn't matter.

Capitulo 30: Suavizando un enojo

Ambos pecadores aun poseían su apariencia humana, tanto Alastor como Angel habían terminado de comer y siendo el momento en donde Angel le contaría todo lo vivido con Valentino, desde los maltratos, de los castigos que le daba en caso de que llegara a fallarle en alguna tarea que le pusiera estando en el estudio o bien con los clientes que tuviera, como incluso estaba Vox incluido en esos abusos.

Angel, por todo lo vivido solo comenzaba a deprimirse más, la vida había sido muy injusta con él, tener su destino marcado desde su nacimiento y tener su camino directo ya al infierno. Aunque pese a ello estaba feliz, si no fuera por eso, no habría conocido a Alastor pero aun con ello ni si quiera se había podido permitir una vida en paz o bien vivir una vida un poco mas larga para al final terminar con su vida a una edad joven al no poder seguir soportando todo lo que seguía viniendo encima, aun sin poder encontrar algo de tranquilidad en el infierno.

Algunas de los "castigos" cometidos por Valentino fue usando su pobre alma, siendo que tenia poder en el por el trato que tenía, sin necesidad de tocarlo, materializando el alma de Angel en su mano, con su forma física arácnida de color rosa solo bastaba para dañarla un poco, ya sea apuñalándola, quemándola un poco, asfixiándola o cortándola en algún punto bastaba para que el maltrato lo resienta el mismo Anthony, incluso con esto Valentino podía ubicar el paradero del mismo. Una vez, incluso por experimento probo atar por un momento el alma de Angel a la suya, encadenandola, causando que pudiera sentir algunos sentimientos de este, solo con el fin de encontrar mas modos de jugar con su pequeño pecador que no podía hacer nada mas que obedecer cada una de las ordenes que este le daba.

Alastor lo entendía, escuchaba atentamente las palabras que le decía su pareja, su furia crecía cada vez más, Valentino había cavado su propia tumba desde el primer momento que toco a su pareja y no se lo dejaría pasar, haría suyas ambas almas de porquería y aunque quisiera matarlos ahora mismo, ¿Por qué no aprovechar de que están en el infierno? Les daría el castigo apropiado y también le daría la oportunidad a su amado ángel de vengarse.

— ¿Cariño? ¿Me estás escuchando? — Pregunto Angel al ver que al terminar de hablar Alastor termino por perderse en sus pensamientos.

— ¡Claro! Fuerte y claro cielo — Respondió, pero en ese momento parte de su forma demoniaca se hacia presente, pues los ojos de Alastor había comenzado a cambiar, ya no eran marrones, ahora eran de un color rojo brillante carmesi e incluso sus dientes y en especial sus colmillos comenzaban a verse un poco más grandes y filosos, como también comenzaba hacerse presente un poco de estática. Estaba controlándose lo que mas podía por que bien le invadía la irá pero se repetía que no tenia que precipitarse, aun no poseía el mismo nivel de Vox.

— Bebé — Dijo Anthony, estaba preocupado, sabia que su pareja iba a reaccionar de una manera un tanto... Alterada, pero por ahora lo llevaba ¿Tranquilo? Aunque sabia que reamente no es así, se estaba conteniendo y era muy fácil de verlo, pero también eso lo volvia bastante mas peligroso.

— Oh mon cher Antoine, no quisiera que ahora te acerques a mi en este momento — Dijo Alastor, siendo que en esos segundo que hablo en su voz dejo de escucharse suave, ahora tenia un tono de voz más grave, un poco ronca completamente cargada de lo que sentia, ademas de una suave advertencia para su pareja. Indirectamente eso calentó a Anthony, sintiendo un calor entre sus piernas y el calor en su rostro, por mas que sabia que eso no estaba bien ese momento.

<< Mierda, este no es el momento para pensar en esto, pero joder, Al se escucho tan jodidamente sexy >> Pensó Angel, al no ser un momento adecuado para pensar en ello solo trato de calmarse y pensar en otra cosa, Alastor seria capaz de castigarlo si pensaba en hacer algún atrevimiento, aunque no seria algo precisamente doloroso, no era capaz de lastimarlo, pero si de darle un sermón como un niño pequeño.