Capítulo 65

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Aria

7 de Febrero – 21:58 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Tenshukaku

Tardé, pero acabé dando con Nathaniel. Era el único baño cerrado, lo que no era ningún obstáculo para mí. Ahora a solas en uno de los oscurecidos pasillos, activé mi poder y abrí aquella cerradura usando mis orbes Dendro.

Hallé a un Nathaniel al límite. Sus cuernos de dragón habían aparecido sobre su cabeza y sus manos temblaban sosteniendo aquella tablilla, mientras lloraba en silencio.

-Aria: mi adorable niño... -expresé, nada más contemplarlo.

Cuando al fin se percató de mi irrupción, se quedó paralizado. No sabía qué hacer o qué decir... pero yo sí. Me senté frente a él y coloqué mis manos sobre las suyas, para envolverlas con todo mi afecto.

Las palabras salieron por sí solas:

-Aria: eres una de las dos mejores cosas que he hecho en mi vida, me rompe verte así –sentía su temblor ahora en mi cuerpo y no tardé en darle un beso en la frente-. Éste no es tu lugar, ¿verdad, Nathaniel? –fue incapaz de articular palabra, debido a los sollozos-. Tu lugar está con quien realizó este deseo.

Ante aquella frase, reaccionó al fin:

-Nathaniel: ¡no! –negó en rotundo, pese a las lágrimas en sus ojos verdes-. Sólo es un bajón, yo en realidad... -no tenía ni fuerzas ahora para seguir mintiendo.

"¿Un bajón?", pensé, vislumbrando aquellos cuernos diáfanos. Por muy intimidantes que pudieran ser, a mí se me hacían tan bellos como los de su padre.

-Aria: el mayor pecado que puedes cometer en esta vida es malgastarla, negarte a ti mismo y a lo que verdaderamente amas –manifesté, llevando una de mis manos a su mejilla para secar sus lágrimas-. Te haré un adelanto, hijo mío... Si estás realmente enamorado, un clavo no saca otro clavo. Nada sacará a esa persona de tu corazón jamás y sólo te volverás un monstruo, porque tus instintos regresarán por mucho que trates de ahogarlos.

-Nathaniel: ... estar con él lo verían como una aberración –lamentó, trayéndome más que recuerdos.

"Arg... ¡la gente intolerante que necesita dictaminar la vida de los demás!", me dolió captar sus miedos, aquellos que también padecimos Al y yo en su momento. Sin duda alguna, aquella charla era más que necesaria. "Que todas mis experiencias ahora te sirvan", deseé, acariciando su rostro.

-Aria: ¿cuándo estás con él lo sientes aberrante? –interrogué, seria.

Sollozó, y quedó cabizbajo.

-Nathaniel: no –lo tuvo claro, lo cual me fascinó-. Soy tan... tan feliz –pronunció como una confesión.

-Aria: entonces mamá y las personas que te quieren, desearán que estés con él –aseguré, con mi sonrisa más dulce.

Tembló una vez más.

-Nathaniel: no sé si... -dudaba.

Aprovechando que estaba con la guardia baja y con la mirada clavada en el suelo, tomé aquella tablilla de sus manos y la giré hacia mí.

-Nathaniel: ¡es-espera! –gritó, alzando la cabeza de nuevo súbitamente.

Entonces, lo comprendí todo.

-Aria: oh... Estos trazos toscos... -reconocí sin mucha dificultad.

Se dio un asfixiante silencio, en el que Nathaniel paró de llorar debido al shock. Debió percibir que había captado su origen.

Tuve que procesarlo por unos segundos.

-Aria: ¿Xiao?

Mi hijo palideció.

El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora