Capítulo 80

318 40 96
                                    

8 de Febrero – 23:58 PM

Inazuma – Sangonomiya – Pueblo Nala

Ninguno de los dos esperaba experimentar semejante mágico momento. Bajo la luna y en aquel claro del bosque, los sentimientos se sintieron a flor de piel. Las barreras se desmoronaban, incluso las forjadas durante siglos.

Xiao callaba para no explotar en más palabras de amor, pero ya no podía permitirse estar en ningún otro lugar distinto a su lado. Y Nathaniel, quien había soñado toda una vida con estar junto al adeptus, estaba lo suficientemente borracho como para cometer una locura y romper aquella bella esperanza ante sus ojos de una vez.

En una imagen idílica, entre flores de brillos turquesa, el joven dragón había hincado su rodilla ante el milenario guerrero y sacó la pulsera que hoy mismo, pensando en él, había comprado.

-Nathaniel: Xiao... -reía, demente dada su desesperación-. ¡Gran Cazador de Demonios! ¡Rey de alas doradas y último de los Yakshas! –recitó, de forma ceremonial, recordando las innumerables historias que había leído sobre aquel hombre-. ¿Aceptarías... -pese a que esperase un rotundo rechazo, su mirada no podía brillar más. Ardía en miles de fantasías- Aceptarías casarte conmigo? –gozó cada palabra.

Y, pese a lo drástico y súbito del acontecimiento, Xiao no sólo no reaccionó, sino que quedó aún más impresionado y mudo.

No hubo ironías, ni gruñidos o respuestas mordaces. Simplemente, continuó petrificado.

-Nathaniel: Xiao, si no me paras de una vez, te voy... -fue acercando aquella pulsera dorada a su muñeca, para provocarlo aún más- a acabar poniendo esto y eso significaría que...

Cuando alcanzó su brazo sin resistencia alguna y comenzó a anudarle el accesorio, Nathaniel creyó que debía estar gastándole una broma, que debía estar aguardando a que terminara con aquello para dar inicio a la mofa.

Tampoco ocurrió nada.

El joven visualizó la pulsera dorada sobre su oscuro guantelete, y tembló bajo el hombre que tanto amaba. Tembló ante una imagen digna del mejor de los sueños.

Súbitamente, el pelirrubio de larga coleta volvió a ponerse de pie. Por poco no cae.

-Nathaniel: ¡Xiao! –gritó, y lo agarró de su blanca camiseta para removerlo ligeramente-. ¡¿Qué más tengo que hacer?!

Lo que Nathaniel desconocía era que Xiao, para su sorpresa, también estaba viviendo un sueño. Pese a lo repentino de aquella extraña petición, no podía, sencillamente, rechazarla.

Él también había gozado de cada palabra. De hecho, no esperaba sentir tanta dicha ante lo que podría considerar un disparate. Más aún estando el joven borracho.

-Xiao: vámonos a esa casa de una vez –manifestó, impávido.

-Nathaniel: ¡¿de verdad vas a hacer como si no hubiera pasado nada?! –replicó, enfurecido-. ¡Eres... Eres...!

Lo tomó de la mano, para que ambos retomaran el paso hacia su destino.

-Xiao: ¿cruel?

-Nathaniel: ¡muuuuuy cruel! –seguía alargando las palabras de vez en cuando, debido a su embriaguez.

Entrelazó más sus dedos entre los suyos.

-Xiao: ¿acaso quieres que te devore aquí mismo? –habló su orgullo una vez más, mientras su corazón trataba de recuperarse.

Y el adeptus no pudo seguir tirando del joven de voluminoso cabello dorado. Firme, había detenido su paso y lo miraba ahora con ferocidad.

-Nathaniel: ... debes odiarme –dictaminó, y liberó la mano de la suya.

Se dio la vuelta, caminando en dirección contraria.

-Xiao: ¡¿a dónde te crees que vas?!

Ignorándolo por completo, el joven dragón sacó sus alas.

El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora