El Pecado del Alquimista 9 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 68

Albedo

7 de Febrero – 22:26 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Tenshukaku

Ante la huida repentina de Nathaniel, no pudimos contarle lo sucedido con Kairi. Le pedí a Däriel que me dejara aquel asunto y fui lo antes posible al palacio, hacia donde Aria también parecía haber marchado a una velocidad de vértigo.

No obstante, en los jardines de la entrada, no la encontré a ella... sino a Nathaniel. Angustiado, nada más verme fue a alcanzarme.

-Nathaniel: ¡papá! –gritó, haciéndome temer que hubiese pasado algo.

Fui también a su encuentro lo antes posible.

-Albedo: ¿qué? ¿qué pasa? –expresé, muy preocupado.

-Nathaniel: ¡mamá pretende luchar contra...!

Antes de que terminara aquella frase, yo ya temí a quién se refería y, mentalmente, ya me estaba preparando para activar mi poder como dragón hasta las últimas consecuencias si era necesario.

-Aria: ¡no ha hecho falta! –escuchamos ambos de pronto a unos metros de distancia-. Es una mujer comprensible.

-Albedo y Nathaniel: ...

Me iba a acabar dando un ataque al corazón.

***

Aria

7 de Febrero – 23:47 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Ryokan Kowasu – Habitación de Albedo y Aria

Al se veía como un tembloroso flan tras haber imaginado mi posible combate contra la Arconte, y Nathaniel (aunque mejor) aún estaba visiblemente emocionado. En aquel ryokan, les realicé el mejor festín posible y después me los llevé a ambos a dormir.

No hubo palabras, sólo acciones envueltas en todo el afecto que me fuera posible transmitirles.

Junté varios futones, les quité sus casacas y los arropé a mi lado, para poderlos abrazar durante toda la noche.

En el pasado, no tuvimos muchas oportunidades de dormir junto a nuestro hijo, pues yo estaba con Xiao y Kairi de normal. Por mucho que replicara, tanto el adeptus como Al defendieron que debíamos hacer vidas separadas, lo que perjudicó sobre todo a Nathaniel.

-Aria: ahora descansa, cariño –le di un beso de buenas noches en la frente y pasé mi brazo encima de él.

Pese al susto que se había llevado, Al nos miró con ternura e, hipnotizado, también acabó pasando su brazo por encima de nuestro querido hijo.

"Pintaba mal el día, pero al final pienso guardarme esta estampa en mis mejores recuerdos", pensé, feliz de tenerlos a mi lado.